Aldabonazo cristiano.

El cardenal Luis Aponte Martínez, quien este domingo celebra sus 61 años como sacerdote, aconsejó al cantante Ricky Martin que, por amor a sus hijos, trate de dar ejemplo a la juventud de "los grandes valores que todos compartimos, además del sexo"."

"Personalmente he admirado a Ricky por los grandes dones artísticos con los que el Señor le ha dotado, pero le ruego que, por amor a sus hijos, para quienes me imagino desea lo mejor, trate de dar ejemplo a nuestros jóvenes de los grandes valores que todos compartimos, además del sexo.  Así estará agradeciendo al Señor los grandes dones que le ha dado...", sostuvo el religioso, de 88 años de edad, en entrevista con Primera Hora con motivo de su aniversario sacerdotal.

El arzobispo emérito de San Juan consignó que la Iglesia Católica "no rechaza al homosexual (sino) las acciones y conductas que van en contra de la moral, y pretender fomentar la homosexualidad o promiscuidad sexual entre nuestros jóvenes, ciertamente, es inmoral sin importar de donde venga".

Aponte Martínez, quien fue ordenado sacerdote el 10 de abril de 1950, señaló que lo mismo sucede con el tema del adulterio. "Parece mentira que algunos legisladores y legisladoras, sobre todo legisladoras, que tanto exigen respeto para la mujer, ahora quieran 'canonizar' el adulterio y poner a todas nuestras mujeres a nivel de adúlteras", afirmó en referencia a las enmiendas que se están trabajando en la Legislatura.

Instó a que, en el 2012, "nuestras madres, esposas y hermanas casadas defiendan su dignidad de cristianas eligiendo legisladores y legisladoras que recuerden que vivimos en un país cristiano y que a ellas, más que a nadie, les toca defender su propia dignidad cristiana y la unidad familiar y velar por algo tan sagrado como la fidelidad matrimonial".

El cardenal criticó a "algunos de los legisladores y legisladoras", sin identificarlos por sus nombres, haya que "recordarles que no están legislando para las vacas o bueyes en el cercado, sino mas bien que están legislando para seres humanos, la inmensa mayoría cristianos".

"No pretendemos que se legisle la religión, pero sí exigimos que se respete", planteó.

-¿Qué mensaje le enviaría al pueblo de Puerto Rico en esta Cuaresma, ante la violencia y ola criminal que azota al País?

-Me pones en un verdadero aprieto al pedirme un mensaje para Puerto Rico ante la ola de violencia y criminalidad que nos arropa, porque veo que cada día vamos más en reversa en nuestra vida cristiana y religiosa.

"Tenemos dos Constituciones amparando los derechos de todos; sin embargo, en los tres meses que van de año, ya contamos con más de 300 asesinatos.  Estamos muy preocupados por la posibilidad de un tsunami, pero quiero recordarles que cualquier tsunami o calamidad atmosférica pueden afectar nuestras personas y propiedades, pero y el alma ¿qué…..?  Me permito dejarles ese pensamiento para estos últimos días de la Cuaresma", expresó.

Delicado de salud

Monseñor Aponte Martínez celebrará sus 61 años de ordenación sacerdotal "en la tranquilidad del hogar por razones de salud". Se proponía celebrar misa en su capilla privada, acompañado de su "fiel y leal" Sor Isabel, una monja que labora para él hace casi cuatro décadas.

Explicó que desde octubre pasado, debido a que tuvo que ser sometido casi de emergencia a una cirugía de hernia en el estómago, se tuvieron que cancelar las actividades que la Arquidiócesis de San Juan estuvo organizando para celebrar sus 60 años de sacerdote y los 50 de consagración episcopal. "Desde entonces he tenido una racha de mala salud, incluyendo una cirugía de los ojos, por catarata, la hernia y una cirugía menor de la próstata. Como si todo eso fuera poco, sufrí dos caídas que me ocasionaron una pequeña fractura en una de las vértebras de la espalda la que, gracias a Dios, luego de varios estudios y evaluaciones médicas, no me ha ocasionado daño permanente y, según los médicos, va sellando con éxito", indicó.

En el momento de la entrevista, el prelado padecía de un catarro "que no quiere abandonarme".
Los quebrantos de salud le han obligado a "reducir las caminatas y el ejercicio matutino" que acostumbraba en los alrededores de su residencia en una urbanización de Río Piedras.

-¿Cuál ha sido su mayor satisfacción como sacerdote y cuál su mayor decepción?

-La mayor satisfacción de mis 61 años de vida sacerdotal es haber podido servir a Dios, a la Iglesia y a las almas con todo el entusiasmo que he podido, agradeciendo al Señor que, fuera de los achaques de salud de los últimos tiempos, haya gozado de tan buena salud para poder servirle por tanto tiempo.  En cuanto a la mayor decepción, que no haya podido contribuir de forma más efectiva a la construcción del Santuario a nuestra Patrona, la Virgen de la Divina Providencia.

-¿Las nuevas vocaciones sacerdotales han disminuido? ¿Cómo podrían incentivarse en estos tiempos?

-Tendría que decirte que más que haber disminuido, han aumentado, sobre todo porque hoy día contamos con jóvenes muy maduros. La mayoría de ellos entran al seminario después de haber adquirido algún título universitario y muchos otros con gran madurez, tanto síquica como espiritual.
Relató que el obispo de Ponce, Félix Lázaro, ordenó recientemente cuatro sacerdotes; la Diócesis de Arecibo, otros dos, y la Arquidiócesis de San Juan, uno, al igual que la Diócesis de Fajardo-Humacao.

"Naturalmente, la edad sigue pasando factura y algunos, como este servidor, estamos ya retirados pero, gracias a Dios, van apareciendo los sustitutos y el Señor sigue llamando obreros que puedan trabajar la mies, sobre todo a través de las órdenes e institutos religiosos", comentó Aponte Martínez.

El único cardenal puertorriqueño publicó sus memorias en el 2005 y ante la acogida que tuvo, se le preguntó si habrá una nueva edición. En tono de broma dijo que eso podría conllevar la pérdida de su fiel secretaria, Miriam Ramos, cuyo trabajo arduo fue determinante para la publicación del libro.

"Ahora hablando en serio, con esta edición de mis memorias cumplí con el propósito y un sueño hecho realidad: dejar constancia escrita de la labor realizada en el preciso momento en que la Arquidiócesis comenzaba a crecer y su situación económica era muy difícil, con muy escaso pero muy dedicado personal", señaló Aponte Martínez, quien se convirtió en cardenal el 5 de marzo de 1973.

-¿Qué le falta por hacer?

-Ahora que estoy retirado, poder dedicar más tiempo a mi vida espiritual y a ayudar a familiares y personas a las que antes, por falta de tiempo, se me hacía bastante difícil hacerlo.

-A usted se le conoce como el cardenal viajero. ¿Tiene en planes nuevos viajes?

-Ya sabes que por muchos años estuve llevando peregrinaciones a Europa. Naturalmente, al retirarme, tuve que suspenderlos aunque siempre he tratado de asistir, de manera particular, a las actividades de Roma. Ahora lo más que lamento es que, por motivos de salud, no puedo asistir a la ceremonia de beatificación de nuestro queridísimo Papa Juan Pablo II, de feliz recordación, quien precisamente en estos días se cumplieron los seis años de su fallecimiento.  Abrigo la esperanza, si los achaques me lo permiten,  poder celebrar los 61 de sacerdote estrenando uno de esos viajes de Aguadilla a Madrid.