Cada vez son más los jóvenes que prefieren estudios de poco tiempo a tener que culminar un bachillerato de cuatro años o más. ¿La razón? La apremiante necesidad de conseguir empleo y dinero rápido para lidiar con los gastos del día a día y las deudas de mes a mes, en un país que enfrenta una debacle económica.

Tal es el caso de Jorge Pérez, nombre ficticio, un joven graduado de escuela superior con uno de los promedios más altos de su clase. Tras ser aceptado en el Departamento de Ciencias Naturales de la Universidad de Puerto Rico, Jorge empezó su carrera con el sueño de convertirse en doctor. Sin embargo, en el camino se frustró.

“Estuve un año y medio en la Universidad, pero me frustré. Entré a Naturales pensando que eso era lo que me gustaba, pero me di cuenta que no. Pedí traslado a Mayagüez para estudiar ingeniería mecánica, pero tenía que esperar. En la UPR no conseguía clases y encima vino la huelga. Encontraba que me estaba quedando atrás”, expresó el joven de 20 años quien agregó que su desilusión se agudizó cuando comenzó a ver conocidos, con bachilleratos y maestrías, desempleados o trabajando en otras áreas.

“Decidí moverme. Fui a una escuela especializada en mecánica y me orientaron bien. Estoy en lo que me gusta; ya mismo termino, tengo buenas notas y sé que tendré trabajo en algo que me gusta. Mis planes son seguir cogiendo clases especializadas y aprender más”, manifestó el hoy estudiante de mecánica automotriz en Mech Tech College.

Las universidades e institutos de la Isla son testigos del alza en la cantidad de alumnos matriculados en cursos cortos y certificados técnicos. Más aún, se observa un aumento significativo en los profesionales con bachillerato y maestría que optan por tomar estos cursos.

Ajustes mandatorios

Para ajustarse a la demanda, la Universidad de Sagrado Corazón (USC) tuvo que reinventar por completo el Departamento de Educación Continua y ofrecer nuevas alternativas que fueran a la par con las necesidades e intereses del estudiantado. Su nueva oferta integra cursos que se terminan hasta en 20 horas.

“Desde el pasado año llevamos experimentando con distintos temas nuevos y con la idea de reinventarnos para los estudiantes, sean académicos o no tradicionales. El primer objetivo es llegarle a una audiencia que tiene la necesidad de readiestrarse. Segundo, ofrecerle a los estudiantes materias que se ofrecen muy poco o no se ofrecen en Puerto Rico, pero que son importantes”, explicó el asesor de Educación Alternativa del Sagrado Corazón, Jorge Silva Puras.

La gerente de Educación Continua de la institución, Beba Alvarado Torrech, no dudó en resaltar el alza de profesionales que buscan reinventarse por medio de los cursos cortos.

“Antes era casi parte de nuestra cultura que todo el mundo tenía que tener un bachillerato, hacer maestría y luego doctorado. Pero nos hemos dado cuenta que eso ha cambiado grandemente. Tenemos estudiantes de Sagrado y personas profesionales de afuera que tienen sus maestrías y están haciendo certificados porque esos estudios les están añadiendo valor a sus preparaciones académicas”, aseguró Alvarado Torrech.

A pesar del paso del huracán María, la USC tuvo un aumento de un 15% en la matrícula de cursos cortos, a diferencia de la gran mayoría de las instituciones del país.

Otra de las universidades que reflejó un aumento en su matrícula luego del paso del huracán, lo fue la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Carolina. El recinto cuenta con 3,000 estudiantes matriculados, cifra mayor a la del pasado año. Según el ayudante ejecutivo del rector, Jorge Benítez, ese aumento se debe a que el recinto es de los pocos que trabaja en cuatrimestres; por tanto, los bachilleratos suelen ser más cortos.

“Todos nuestros cursos ya de por sí son más cortos a los de los demás recintos UPR. Nuestro tiempo académico son de 10 semanas, que nos permite ser muy eficientes. Por ejemplo, en este recinto graduamos los estudiante mucho antes que los demás recintos. A diferencia de los bachilleratos en Finanzas que existen en Río Piedras y Mayagüez, aquí lo estudiantes terminan en un periodo de 1 año y dos meses antes. Y es el mismo currículo, pero en 10 semanas y más horas contacto de corrido”, explicó Benítez.

Los bachilleratos híbridos, donde el estudiante puede combinar las clases en línea con las presenciales, son una de las alternativas que la UPR en Carolina ofrece para acoplarse a los cambios en el perfil del estudiantado.

De hecho, sobre 1,000 estudiantes de este recinto optan por tomar por lo menos un curso en línea dentro de su bachillerato. Por dar un ejemplo sobre los cambios en los intereses académicos de los alumnos, el recinto de Carolina ha observado cómo el corte principal de los estudiantes de su institución ha dejado de ser ese joven de 17 y 18 años y han visto un aumento de matrícula en personas con empleo y/o estudios profesionales.

Claros con su objetivo

Por su lado, Huertas College y National College-IBC Institute, destacados por ofrecer exclusivamente cursos cortos, defienden y confían en el éxito de sus programas técnicos.

“Las carreras cortas han tenido un auge en los últimos años debido a que el estudiante obtiene el curso en un tiempo corto. Los estudiantes lo que buscan es la manera de autoempleo. Buscan la manera de reinventarse con algo rápido. Hacer su propio negocio y ganar dinero. Conozco tantos testimonios de personas que generan mejor ingreso con los cursos cortos que la misma gente que tiene un bachillerato”, confesó el director ejecutivo de National College-IBC Institute en los Colobos, Anthony Rodríguez.

Este recinto, de los 12 que tiene National College-IBC Institute alrededor de la Isla, tiene una alta demanda en los cursos de Panadería y Repostería Internacional, Cocina Local e Internacional, Enfermería, Refrigeración y Electricidad y Bartender. Además de ser cursos cortos que duran entre 8 meses a un año, según Rodríguez, los estudiantes tienen altas posibilidades de conseguir empleo casi de inmediato. Los costos de los cursos rondan entre los $3,000 a $9,995, dependiendo del periodo de estudio.

Amarilis López, encargada de Mercadeo de Huertas College, asegura que para muchos es más beneficioso para el bolsillo tomar un curso corto que contar con un bachillerato. Por dar un ejemplo, explicó que un entrenador personal puede ganar entre $25 a $45 la hora. Un perito electricista puede generar hasta $80 por su visita. Mientras que por una hora de masaje terapéutico la persona certificada puede generar sobre $75.