Es un niño especial.

Su condición de síndrome de Down sería suficiente para que se le describiera así, pero es el amor que le da a su familia, y la dicha que ellos sienten con su presencia, lo que realmente le concede el atributo de especial.

Todos en casa aprendieron a aceptarlo como era -y a quererlo- tan pronto supieron de su condición. Todos, menos su papá.

A punto de cumplir 11 años, este niño -al que llamaremos “Angelito”- le envía a través de su abuela una carta a su padre, con la esperanza de que “recapacites y vengas a buscar el amor de éste a quien hoy se lo niegas”.

A continuación, reproducimos la “Carta a un padre ausente” de “Angelito”.

“Perdona que comience ésta sin el saludo de rigor. No sé cómo llamarte, tal vez proveedor. En mi corta vida han sido aún más cortas y escasas tus visitas o llamadas para saber de mí. Hace más de tres años que ni eso, a pesar que pronto cumpliré 11 años de edad.

“Aunque soy tu ‘único’ hijo y siendo lo que piadosamente llaman un ‘niño especial’, me niegas el derecho a conocerte y a que me conozcas mejor, a tus caricias y mimos. ¡Tanto amor que doy a cambio! El dinero no sustituye eso.

“He oído decir que ‘como no soy perfecto’, aún no te ‘recobras’ y que con el tiempo me aceptarás con mi ‘condición’. ¿Cuándo será esto? Me gustaría me dieras la oportunidad de mirarme en tus ojos y ver que estás orgulloso de mí como ser humano, como tu hijo. Recuerda, yo no escogí nacer así.

“Pero el amor que les devuelvo a los que sí me aman, así como soy, es perfecto y gratificante para ellos y para mí. Todos tratan de llenar, y lo llenan, el espacio del ‘padre ausente’”.

“Tal vez con el pasar de los años recapacites y vengas a buscar el amor de éste a quien hoy se lo niegas. Puedes estar seguro que mi corazón siempre lleno de amor sabrá perdonarte aunque nunca entiendas la cobardía y egoísmo de no amar a un...”

Y firma: “Niño especial”.

“Angelito” fechó su carta “En el Día de los Padres, junio 2008”.