Con pleneros, una banda universitaria, cabezudos y zanqueros, Adjuntas celebró este sábado la inauguración de dos microredes solares que darán energía eléctrica a los comerciantes de la zona urbana del montañoso pueblo.

Pero, más allá de la celebración de ese triunfo, se lanzó un reclamo desde la organización que impulsó el proyecto, Casa Pueblo, para que haya una transformación energética en la Isla. Todo estuvo enmarcado en la “Marcha del Sol: Puerto Rico triunfa”.

El reclamo principal, dijo el portavoz de Casa Pueblo, Arturo Massol Deyá, “no es que Adjuntas tenga energía solar y pueda promover resiliencia energética. Es la aspiración que todos en Puerto Rico tengan derecho a la energía”.

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Dijo que, por este motivo, decidieron unir la celebración de que un grupo de comerciantes del pueblo se liberarán de estar conectado al servicio que provee LUMA Energy a un reclamo por los derechos de contar un sistema que cambie el paradigma y esté al servicio del pueblo.

Explicó que estas dos microredes que servirán a los comerciantes de la zona urbana de Adjuntas “hoy son únicas y podríamos decir, como en el 1999, que somos minoría. Pero, desde aquí le decimos al país que un nuevo referente energético existe, es posible y debe acogerse como alternativa de cambio. Y, si no hacen de arriba hacia abajo, seguiremos de abajo hacia arriba impulsando esa transformación”.

Este proyecto, en el cual ha conectado sobre 700 paneles solares sobre estructuras comerciales del área urbana de Adjuntas, se demoró en construir unos cuatro años. Además, el sistema, que provee 172 kilovatios de potencia solar y un megavatio de almacenaje mediante dos megabaterías únicas en la Isla, viabiliza la independencia energética de 13 negocios ubicados en la periferia de la plaza pública.

Massol Deyá contó que fue posible gracias a la colaboración de la Fundación Honnold.

“La transformación que perseguimos debe ser justa, accesible para todos y todas, transparente y eficiente, siguiendo las mejores prácticas para lograr total autosuficiencia. La generación distribuida en techos con almacenaje de energía debe ser el primer paso sin comprometer la integridad de los recursos naturales ni tierras agrícolas”, manifestó Massol Deyá.

Ya en funciones, serán los comerciantes, agrupados en la Asociación de Energía Solar Adjunteñas, quienes se encargarán de su operación y mantenimiento.

El presidente del grupo y propietario de Lucy’s Pizza, Gustavo Irizarry, explicó que “nosotros los comerciantes no le vamos a pagar a LUMA para que se lleve nuestro capital fuera y para que los grandes intereses se lucren del sudor y lágrima de nosotros. Nosotros mismos nos vamos a pagar a nosotros, a nuestra entidad, y nosotros vamos a gobernar ese dinero para poder dar todo lo que la comunidad necesita. Así que yo no espero ver una factura más de LUMA en mis manos. El dinero se va a quedar en nuestro pueblo y con nuestra gente”.

De otro lado, la directora de Honnold Foundation, Emily Teitsworth, resaltó que, en los 10 años de existencia de la entidad, Adjuntas Pueblo Solar ha sido el proyecto comunitario de mayor envergadura que han respaldado económicamente.

“Es muy grato, un honor, estar con ustedes aquí celebrando. Este es el proyecto más grande que hemos apoyado. Vemos que la luz del sol es el poder del pueblo. Felicidades a todos y todas”, manifestó.

Mientras, la ingeniera Cynthia Arellano, integrante de Honnold Foundation y gerente del proyecto, resaltó que un equipo de trabajo diverso -en y fuera de la isla- sobrepasó retos de ingeniería y logística para hacer de las microrredes una realidad.

“Gracias a mi organización por el apoyo que me han dado para estar en este proyecto y por arriesgarse, porque de verdad no sabíamos para qué lado estábamos apuntando. Pero llegó el día y hay mucho que celebrar”, indicó Arellano.

Según se ha destinado, el dinero que se acumule en ganancias tendría que ser aportado para que Casa Pueblo instale más sistema de energía solar a las personas necesitadas.