El que la mitad de los pediatras de la Isla estén en edad de retiro y la baja remuneración que estos reciben de los planes médicos amenaza la estabilidad de la atención médica especializada que deben recibir los niños y adolescentes boricuas, alertó este viernes el presidente de la Sociedad Puertorriqueña de Pediatría (SPP), doctor Gerardo J. Tosca Claudio.

Explicó que desde el 2011 la organización ha dado la voz de alerta de la tendencia de reducción de pediatras. Aseguró que ahora, en el 2023, “la situación se ha recrudecido y puede tener repercusiones nefastas si no se maneja de manera inmediata”.

“Es inconcebible que haya transcurrido más de una década desde que advertimos lo que era ya una tendencia y no se haya hecho nada al respecto. Luego de presentar el estudio, las situaciones de emergencia y la pandemia han perjudicado la salud de nuestros niños y adolescentes. Sin embargo, no se ha dado prioridad atender las situaciones que atraviesa nuestro gremio, que hacen prácticamente insostenible para muchos mantener su práctica y desalienta a los estudiantes de medicina a estudiar la especialidad de pediatría”, expresó Tosca en comunicado de prensa.

Entre los retos principales que enfrentan los pediatras figuran el empobrecimiento de la profesión, ya que aludió a que están expuestos a una baja remuneración por parte de los planes médicos.

El galeno explicó que los salarios en el sector público son demasiado bajos lo que, sumada a la exigencia de respuesta de atención inmediata sin límite de días ni horas, provoca el desgaste de los pediatras.

Asimismo, Tosca denunció que igual situación viven los pediatras que ejercen la práctica privada, pues desde hace más de 25 años los planes médicos continúan pagando la misma tarifa, remuneración que no está acorde con la inflación que afecta a los galenos, tanto en su aspecto personal como en la operación de sus oficinas.

“Las aseguradoras suben sus primas, suben el pago de deducible a la población, pero dejan igual la paga a los pediatras. Esta situación no es justa, no es ética y no es tolerable”, dijo.

Según el galeno, estas situaciones han desembocado en una merma en los pediatras activos ofreciendo servicios a la población pediátrica, desde cero días de nacidos hasta los 21 años.

“Verdaderamente nuestra clase médica está en peligro de extinción. Es hora de que se haga algo por parte del gobierno”, sentenció Tosca.

También indicó que una encuesta realizada recientemente en la que participaron 331 pediatras arrojó que el 49% tiene 60 años o más, que la edad promedio en la que piensan retirarse a los 67 años y que el 28% tiene práctica pediátrica general en dos o más pueblos.

Otra de las preocupaciones expresadas por la SPP fue la práctica de muchos hospitales de delegar la atención de la población pediátrica en manos de médicos generalistas, que no cuentan con el adiestramiento necesario para atender las situaciones y necesidades específicas de niños y adolescente, que se adquiere al estudiar la especialidad.

Ante esta situación, la Sociedad Puertorriqueña de Pediatría hizo un llamado a los padres de los menores para que se aseguren de que sus hijos reciban la atención médica de un pediatra, que conoce los cuidados médicos que debe proporcionarles en cada etapa de su vida.

Para orientar sobre el particular, los médicos lanzaron una campaña educativa, denominada Mi Pediatra Sabe, que exhorta a los padres y tutores a llevar a los niños al pediatra para mantener su salud estado óptimo. La campaña integra ejecuciones en prensa, radio, televisión y redes sociales.

“Nuestra población pediátrica se ha visto seriamente afectada durante los últimos años ante el repunte de enfermedades infecciosas como el COVID, el flu y el virus respiratorio sincitial (RSV), entre otras. Por eso es importante que los padres o tutores lleven periódicamente a los niños y adolescentes al pediatra, así como mantener sus vacunas el día. Nuestros niños necesitan que los adultos asuman la responsabilidad de su cuidado y eso incluye que reciban a atención médica adecuada”, concluyó Tosca.