Gerentes y empleados de varios casinos de Puerto Rico le hicieron hoy un dramático llamado a la gobernadora Wanda Vázquez Garced y al Task Force médico para que les permitan reabrir en igualdad de condiciones en que otros comercios han reiniciado operaciones de forma paulatina en medio de la pandemia.

El gerente general del Casino del Mar La Concha Resort, Sigfrido de Jesús y el gerente general del Casino Metro Sheraton, Ismael Vega, advirtieron que si en los próximos meses los casinos no logran reabrir, muchos tendrán que cerrar.

Indicaron que entre un 40% a un 50% “es un número cómodo para los casinos”, reiniciar operaciones de forma paulatina y reclamaron que se les incluya en la próxima orden ejecutiva.

“Nuestros trabajadores no quieren seguir en las filas del desempleo, esperando por un turno para recibir ayuda, nuestros empleados quieren trabajar. El cierre de los casinos impuesto, sin prueba, ha sido nefasto. Este cierre afecta la economía y al gobierno ya que nosotros aportamos casi $50 millones al presupuesto de la Universidad de Puerto Rico, la Compañía de Turismo y al Fondo General”, dijo De Jesús en una conferencia de prensa desde el Hotel La Concha.

Destacó que, actualmente, a consecuencia del cierre por la pandemia, cerca de un 95% de los 3,000 empleados de casinos “están en la calle o despedidos”. En Puerto Rico actualmente operan unos 16 casinos.

Los empresarios estimaron en $23 y $24 millones las pérdidas mensuales para los casinos y el gobierno, y reclamaron que del primero al 16 de julio cuando se les permitió abrir y luego les ordenaron volver a cerrar, tuvieron que sacar dinero sin ganancias para cumplir con las medidas de higienización y distanciamiento social. Detallaron que cada casino invirtió unos $100,000 en acrílicos, medidores de temperatura, sanitizers y otros materiales que impone el protocolo del COVID-19.

De Jesús dijo que los operadores de casinos están acostumbrados “a tener el control absoluto” de las salas de juego. “Con o sin pandemia las personas que no sigan las reglas se retiran inmediatamente de las salas de juego, donde hay cámaras de seguridad grabando todo el tiempo”, sostuvo.

“Estamos listos y preparados y contamos con que usted (la gobernadora) nos dé la oportunidad como nos la dio anteriormente. No le vamos a fallar, dijo el gerente de uno de los casinos de Mayagüez.

“Hemos llegado a un punto en que nos hemos convertido no en una petición sino en una rogativa. Estamos rogándoles para que no desaparezca nuestra industria”, expresó por su parte el gerente del Tropical Casino de Ponce.

Otro gerente de Isla Verde dijo que “los primero 15 días del mes de julio demostramos que estábamos capacitados para tener un lugar limpio y seguro”.

Con el hashtag #Queremostrabajar, en la conferencia de prensa se ofrecieron emotivos testimonios en vídeo de croupiers y de otros empleados que expresaron cómo el cierre no les permite llevar el sustento a sus familias.

“Tengo dos niños, una en la universidad que no le dieron beca y no sé cómo voy a pagar”, dijo con lágrimas una croupier, quien dijo que tampoco ha podido someterse a una cirugía por falta de recursos económicos.

Otro empleado dijo que para ellos la situación es devastadora porque “muchos no hemos podido cobrar el desempleo desde marzo y a los que trabajaron en julio se les ha hecho imposible reactivar sus solicitudes de desempleo”

“Cada día es peor. Estamos viviendo inhumanamente. Si el gobierno no nos ayuda, que nos permita trabajar”, exclamó otro empleado.