Con numerosas medidas de seguridad, un llamado a la cooperación ciudadana y mucha cautela el transporte público retomó su actividad en la zona metropolitana, luego de haber permanecido cerrado durante meses por la crisis provocada por la pandemia del coronavirus Covid-19.

La reapertura, sin embargo, fue una limitada. Si bien el Tren Urbano sí retomó sus servicios por completo a una frecuencia similar a la que operaban antes de la pandemia, el panorama no fue el mismo en el servicio de la Autoridad Metropolitana de Autobuses (AMA), que solo estaba operando un número limitado de rutas.

En cualquier caso, Primera Hora pudo observar que tanto en el tren como en las guaguas de la AMA la cantidad de pasajeros era mínima.

Esos pocos pasajeros, sin embargo, se encontraban a su llegada a estaciones del tren o terminales de guaguas con un personal que observaba un riguroso protocolo de seguridad, y un sinnúmero de letreros con indicaciones de alerta sobre las medidas sanitarias para combatir el Covid-19, como el uso obligatorio de mascarillas.

En el tren, además, en la entrada al andén había disponible ‘hand sanitizer’ o sanitizador de manos para uso de todo el que considerara necesario.

Y por si acaso, cada pocos minutos, un empleado reiteraba por los altoparlantes el llamado a seguir las medidas de seguridad.

“Se anuncia lo básico, el distanciamiento social, el uso de mascarillas que es mandatorio, y las medidas de higiene básica. Esto es una responsabilidad compartida”, explicó José L. Menéndez Agosto, director ejecutivo de la Autoridad de Transporte Integrado (ATI), y presidente y gerente general de la AMA.

Menéndez comentó que el flujo de pasajeros había estado bajo en las primeras horas posteriores a la reapertura, algo que era de esperarse, dijo, no solo porque se trata de uno de los meses de bajo tráfico porque escuelas y universidades están cerradas, sino porque todavía mucha gente no está saliendo de sus casas como de costumbre por la situación de la pandemia.

“Esta mañana, en la primera hora, estuvimos a un 81% comparando con años anteriores. Tuvimos 97 personas en todo el sistema”, detalló Menéndez. Para las 10:00 a.m. no habían registrado aún 300 personas usando el sistema.

Según pudo constatar Primera Hora, en general los pocos pasajeros del tren estaban satisfechos con las medidas de seguridad implementadas. El único inconveniente que señalaron fue el asunto de que se había expirado las tarjetas y no les estaba permitiendo usar el balance que tenían disponible. Para poder usarlo, se les explicaba, debían transferirlo a una tarjeta nueva, ya fuera por internet o por teléfono.

“El problema es porque no se extendió. A los ‘seniors’ y los estudiantes con tarjeta de descuento… la mía se venció el 1 de junio. ¿Por qué no se extendió eso, como se ha hecho con otras licencias?”, cuestionó José Suárez, un ‘un senior’ que estaba haciendo uso del tren. “Me resolvieron. Me hicieron una tarjeta provisional. Pero me dieron instrucciones para entrar a internet o ir a Río Piedras a arreglarlo. Pero sería más fácil extenderlas por 90 días y así se puede usar el balance pendiente”.

“Pero estoy satisfecho y bien orgulloso de la mayor parte del país, que está usando la mascarilla y protegiéndose, excepto unos pocos en las playas en los fines de semana, y eso no puede permitirse. Pero la gran mayoría del pueblo está siendo responsable”, afirmó Suárez.

En cuanto a la AMA, explicó Menéndez, la situación era diferente, pues inicialmente solo estaban operando una docena de rutas, de las 31 que tienen.

Agregó que las rutas que están operando son las que usualmente tienen más pasajeros, o que se conocen como troncales. Específicamente, enumeró que las rutas en servicio son las T2, T4, T5, T7, T9, T37, así como las rutas que atiende el operador privado First Transit, T3, E10, E20, E40, C22, C35 y C36.

Sin embargo, el ejecutivo explicó que las demás rutas “se van a ir restableciendo paulatinamente, escalonadamente”.

“Es importante el comportamiento de los pasajeros. Nosotros apelamos a la cooperación de la ciudadanía, en el distanciamiento, el uso de mascarillas”, insistió Menéndez. “Si vemos que la gente no coopera, pues tendremos que tomar otras medidas, que atrasarían el restablecimiento del servicio. No puedo tener un policía o personal adicional para vigilar a la gente. Así que insistimos en la cooperación”.

Aclaró además que las guaguas se llenarán solo a media capacidad, siguiendo las recomendaciones que han hecho las autoridades sanitarias. A todo pasajero se le va a exigir uso de mascarilla en todo momento, y si alguien se niega a usarla, el conductor, aunque “no vamos a entrar en una controversia, pero detiene el autobús” hasta que la persona se retire.

Pero los pasajeros no parecían en absoluto molestos por las medidas de seguridad. Por el contrario, consideraban que eran correctas. Un pasajero del tren incluso bromeó que “como ha cambiado esto, el alcohol antes me lo bebía y ahora me estoy bañando en él”.

Por otro lado, otros servicios de transportación también estaban ya activos.

El servicio de Llame y Viaje que sirve a personas con impedimentos y otras dificultades ya se restableció en su totalidad, luego que limitara sus servicios por los pasados meses a pacientes de diálisis, según explicó un conductor. Además de las exigencias de seguridad como el uso de mascarilla, solo dos personas a bordo además del conductor, se colocó una protección adicional de acrílico transparente alrededor del conductor.

Servicios de trolleys municipales, como el de Guaynabo estaban operando, limitando la capacidad de las guaguas, con los asientos que no podían usarse marcados con cintas rojas y amarillas. Las guaguas se están limpiando regularmente y en la puerta del autobús se colocó un dispensador de sanitizador de manos. Además, los conductores tienen un bulto preparado con dispositivos de limpieza y mascarillas extra para proveer a algún pasajero que no la tenga y necesite abordar la guagua.

Mientras, el servicio de conductores de guagua privadas de los porteadores públicos también había tomado sus medidas adicionales para garantizar la seguridad de todos en el servicio.

“Estamos haciendo limpieza todo el tiempo”, aseguró un porteador que se identificó como Julio, en la ruta de Río Piedras a San Juan, mientras mostraba varios frascos llenos de líquido para limpiar. “Y estamos llenando a 75% de la capacidad, según lo establecido. Aunque no hay mucho pasajero por ahora, aunque ya eso es otro problema”.

El directivo de ATI y la AMA informó además que para la reapertura de los servicios habían hecho pruebas de Covid-19 a 560 empleados de la AMA, 400 del Tren Urbano, y 78 de First Transit. Agregó que hubo cuatro empleados que arrojaron positivo. Tres de esos no se habían reportado a su lugar de trabajo, y uno sí lo hizo, por lo que fue necesario colocar en aislamiento preventivo a otros cinco empleados que estuvieron cerca del infectado, y proceder con un protocolo de desinfección del área donde estuvo.

Agregó que las guaguas se están desinfectando a diario al final de la jornada y el tren luego de cada viaje en la estación Sagrado Corazón.

“El objetivo principal es cumplir con brindar el servicio y permitir la movilidad, pero tiene que ser dentro de los protocolos de seguridad establecidos. Y la colaboración es fundamental. Así que yo imploro eso a la gente, que colabore. Esto es una responsabilidad compartida”, reiteró Menéndez.

Ellos no están contentos

Sin embargo, representantes de la unión Trabajadores Unidos de la AMA (TUAMA) no tiene la misma visión que Menéndez respecto a lo que ocurría en el reinicio de operaciones del servicio de transporte colectivo, a juzgar por expresiones que hicieron en las que condenan que no se estuviera cumpliendo con las medidas para garantizar la seguridad de los trabajadores.

De acuerdo con Alexis Merced, presidente de TUAMA, había guaguas que no contaban con la rotulación necesaria sobre seguridad y protocolos, y tampoco tenían el desinfectante de manos requerido. Agregó que solo salieron a dar servicio 26 unidades porque eran las únicas que contaban con el acrílico que se coloca alrededor del espacio del conductor para garantizar su seguridad.

“Ya nos hemos podido dar cuenta de cuál ha sido la supuesta preparación de la Autoridad ante la apertura gradual”, condenó el líder obrero. “Como representante de los trabajadores debo señalar que, si la Autoridad no tiene todas las unidades disponibles con los aditamentos necesarios de seguridad, aunque quieran brindar el servicio, no pueden porque si lo hacen estarían poniendo en riesgo la salud de los trabajadores y usuarios”.

Denunció además que durante el día se pudo evidenciar una ausencia de protocolos en el terminal de Sagrado Corazón y el de San Juan, al momento de las horas de relevo de conductores. Agregó que no hubo ni personal de limpieza ni equipos para realizar la desinfección, ni personal que supervisara dicha tarea.

“La gerencia de la AMA no estaba preparada para una apertura, ni gradual, ni completa de los servicios de transporte colectivo. Todo lo que prometieron para la desinfección de las unidades ha sido una promesa que se quedó en el papel”, insistió Merced.