Centros Sor Isolina celebran 44 años de ayuda a la comunidad
Hoy se celebró un nuevo aniversario de los Centros, pero, más allá, se reafirmó el compromiso de la organización con los menos aventajados del país.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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Ponce- Todo comenzó en la Playa de Ponce con apenas una máquina de coser, varios voluntarios, la ayuda de las Siervas Misioneras de la Santísima Trinidad, y sobre todo, la gran fe y determinación de Sister Isolina Ferré.
Hoy, 44 años después, aquella iniciativa que dio paso al primer Centro Sor Isolina Ferré se ha convertido en una institución sólida de servicio a la comunidad en diversos pueblos de la Isla.
En sus más de cuatro décadas de historia, sobre 60,000 personas han recibido servicios educativos y de prevención en los centros ubicados en Tabaiba, Mayor Cantera y El Tuque, en Ponce; Caimito y residencial Villa España, en San Juan; Playa Jobos, en Guayama; La Central, en Canóvanas; y en otros 15 residenciales públicos.
Este viernes se celebró un nuevo aniversario de los Centros, pero, más allá, se reafirmó el compromiso de la organización con los menos aventajados del país.
"Esto, como decía Sister, es un cosquilleo que va a continuar. Ella sabía que esto iba a continuar. Nosotros servimos a una gran cantidad de personas, a miles y miles de niños y adultos", manifestó Sister Mildred Vázquez, directora de los Centros en Ponce, donde se realizó la actividad de conmemoración de su fundación.
"Transformamos vidas, transformamos comunidades", agregó la religiosa, mientras destacaba que uno de los grandes legados de Sor Isolina fue el compromiso que mostró con su obra, compromiso aprendido y puesto en vigor por todos sus colaboradores.
Por su parte, María Eugenia Ferré Rangel, resaltó la alegría de ver que la obra de la religiosa continúa con gran ímpetu.
"Su obra se resume en compasión, amor y servicio. Esas grandes enseñanzas que ella nos dejó se pueden ver aquí en todos estos muchachos, en todos estos voluntarios. Es bien alentador ver que su vida continúa aquí donde todo comenzó", expresó la presidenta y principal oficial ejecutivo de GFR Media y sobrina de Sister Isolina.
"Nos dejó un legado que tenemos que continuar mucha gente", añadió.
Como parte de la celebración se entregaron los premios Antonio Ferré Bacallao y Padre Noell. El primer galardón, que se otorga en honor al padre de Sor Isolina, se le confiere a personas de la sociedad civil que muestren un genuino compromiso con la obra de los Centros a través del servicio voluntario.
Este año el galardón le fue conferido a Joaquín Arbona Torres, vicepresidente de operaciones de Empresas Arbona, y quien ha colaborado con los Centros por los pasados seis años, destacando su labor en el comité organizador del Torneo de Golf de la organización y en el Comité de Recaudación de Fondos.
"La verdad soy yo el que tiene que estar agradecido con ustedes. En los Centros me han abierto las puertas y me han tratado como uno de ustedes. Si bien es cierto que este es un gran premio, también es un gran premio poder trabajar con un gran grupo de profesionales en este gran proyecto", comentó Arbona.
El premio Padre Noell, otorgado al empleado del año, fue entregado a Félix López Figueroa, quien fue chofer de Sister Isolina por 20 años y luego de su muerte se ha mantenido trabajando en la organización.
"Me ha hecho muy feliz, han sido muchos los años de trabajo", dijo López Figueroa notablemente emocionado.
"Este reconocimiento se lo quiero dedicar a Sister por la gran confianza que tuvo en mí y darme la oportunidad de haber trabajado con ella todos estos años", agregó López Figueroa, quien fiel a su labor y a Sor Isolina, fue quien condujo el coche fúnebre que la llevó a su última morada en el año 2000.
En la actividad, enmarcada en la celebración del centenario de la vida de Sister Isolina, también se le entregó un reconocimiento especial a José Santiago, maestro del Departamento de Educación destacado en el Centro Tabaiba.
El reconocimiento a Santiago le valió un aplauso sonoro y vítores de los presentes. El educador trabaja con jóvenes y adultos para prepararlos a tomar el examen de sexto y noveno. También se ha destacado en el programa de alfabetización de adultos.
Otro reconocimiento especial le fue otorgado a José Luis Díaz Cotto, principal oficial ejecutivo de los Centros, quien hoy no pudo estar en la actividad ya que se encontraba en otro acto oficial en el Centro de Caimito.
Visita especial
El piloto de la novena nacional de béisbol y subcampeona del Clásico Mundial, Edwin Rodríguez, estuvo presente en la actividad.
Rodríguez le obsequió una bola autografiada a cada uno de los reconocidos en la mañana y le regaló la camiseta que utilizó en el Clásico Mundial de Béisbol al Centro de Tabaiba.
"De mi parte y de parte del equipo, para que permanezca como parte de ese legado de Sister y de uno de sus productos, les entregó la camiseta que sudamos, que literalmente sudé en el torneo", dijo Rodríguez, quien conoció el béisbol como participante del Centro en un parque de pelota que su papá ayudó a construir.
Rodríguez reconoció el impacto que tuvo su participación en los Centros en su vida.
"Esa parte espiritual, esa cercanía con Dios tuvo un impacto no solo en mi vida, sino en la vida de toda mi familia", puntualizó en coach.