Tienen historias diferentes, de estudiantes que se perfilaban como fracasos, madres solteras luchando por salir adelante, mujeres solas intentando establecer un negocio, por nombrar algunas.

Pero todas estas personas tienen también un denominador común de haber llegado a un lugar como los Centros Sor Isolina Ferré (CSIF), que les dio un giro radical a sus vidas para que pudieran sacar adelante su potencial y lucir lo mejor de sí.

Un caso es el de una estudiante que, luego de sufrir de acoso escolar (bullying), además de maltrato por parte de maestros y falta de buena educación que la llevaron a repetir grado tres veces, con el cambio, logró subir sus notas, de todas F, a A y B. La joven pasó de grado, demostrando que el problema era su antigua escuela y no ella. De paso, se unió a un club que le encanta y en el que ha hecho buenas amistades.

Otro es un joven que regresó a Puerto Rico luego de pasar ocho años en Michigan, a donde se fue tras el huracán María, y encontró un espacio que le hace feliz, donde se lleva con todos y hace amigos con facilidad. Además, logró superar su timidez y ganar confianza para hacer teatro.

También está una estudiante que era una persona extremadamente tímida que sufría ataques de pánico tan horribles que hasta se colgó en la escuela a causa de eso. Con el cambio que hizo, no solo conoció nuevas amistades, sino que además consiguió ser más extrovertida y sociable, y superar casi del todo los ataques de pánico, al punto que es ahora parte del club de teatro. De paso, con esa confianza que ganó, y el cariño de los maestros, también subió sus notas, de las usuales C, D y F, a calificaciones de A y B.

Otra es una madre soltera de dos muchachos preadolescentes, residente de un residencial público, que al recibir unos talleres logró sacar adelante su propio negocio de limonadas.

Y también está el caso de una mujer que vive sola, en un residencial público, y había comenzado a hacer prendas como forma de superar una depresión por una pérdida familiar. Gracias a unos talleres, llevó esa actividad a nivel comercial y ahora vive de ese negocio.

Son apenas cinco de las cientos de miles de personas que, por los pasados 55 años, han llegado a los CSIF para experimentar una transformación positiva en sus vidas, impulsadas por los valores que allí promueven: respeto, dignidad, autoestima, cariño, autogestión, perseverancia, confianza, honestidad, solidaridad, servicio y justicia.

Pero ahora los Centros quieren ir mucho más allá de lo que han logrado en sus escuelas y talleres y extender a todo Puerto Rico esa fórmula de exitoso cambio social inspirada en esos valores que dejó como legado Sister Isolina, y que además sirva como antídoto al clima de violencia que vive la Isla.

Stella Maris Molina, principal oficial ejecutiva de los CSIF, explicó que, para conseguir ese objetivo lanzarán una campaña enfocada, precisamente, en esos valores, para que lleguen a comunidades, empresas, pueblos y a toda la sociedad en general.

“Todo esto comienza con la idea de Sister Sor Isolina de reivindicar al ser humano a su máxima expresión y darle la oportunidad a personas que quizás no la tenían externa, quizás no tenían la mejor familia del mundo, los mejores recursos, para poderse educar, para poder llegar a otras alternativas y facilitarle el camino, pero que eran tan importantes o más importantes que aun el pequeño grupo en Puerto Rico que tenía la facilidad de alcanzar este otro tipo de educación, proyección, no solamente educación en la escuela, sino educación en tu familia, en valores, en principios, y en cómo ser un ser humano completo, cuerpo, alma y espíritu, para lograr alcanzar el mayor lugar en términos de ser humano, cómo tú logras desarrollarte como ser humano que logres tu plenitud. Así que eso es lo que continúan siendo los Centros”, comentó.

“Así que los Centros hoy se mantienen exactamente con el mismo fin, reivindicar a los jóvenes en Puerto Rico. Pero como decía ella (Sor Isolina), yo no reivindico al joven por él, yo tengo que arreglar su familia, yo tengo que arreglarle a los papás, a los abuelos, a los hijos, porque muchos de ellos tienen hijos también. Tengo que reivindicar esos núcleos familiares. Tengo que darle oportunidades de crecimiento, que no sea solamente a él decirle tienes que ser bueno, cariñoso, respetuoso, digno, tienes que tener autoestima, sino cómo yo lo hago para que ocurra dentro de esa persona la transformación. Y nosotros estamos todavía encaminados, y más ahora, a lograrlo”, agregó.

Reflexionó que Puerto Rico está viviendo unos “cambios en los valores” que llevan a “una sociedad totalmente hostil, agresiva, confrontativa”, en la que es cada vez más frecuente ver incidentes tan descabellados como que maten a alguien a tiros por un estacionamiento, o que agredan a palos a una anciana que va camino a una farmacia a buscar sus medicinas para robarle su cartera.

“O sea, están pasando unas cosas en Puerto Rico… y el mal es ausencia del bien, y es ausencia de valores y de principios”, afirmó. “Así que ahí es donde nosotros estamos apostando ahora mismo, en que lo que nos ha funcionado a nosotros en 55 años, y nos ha ayudado a transformar comunidades, también puede funcionar para Puerto Rico”.

Esa apuesta, abundó, se reenfoca en esos valores y principios que han llevado a los CSIF a lograr esa “transformación total”, que llevan a las comunidades, desde los “early head start” y “head start”, pasando por las escuelas alternativas, escuelas vocacionales, escuelas especializadas, Regazo de Amor (donde cuidan a los nenes para que sus padres puedan ir a estudiar), las becas para estudiar en la universidad, las becas para pagar el cuido, y todos los demás programas en que “te llevo de la mano para que logres lo que tú quieras, y vamos hasta nuestra juventud dorada”.

“Eso lo queremos extrapolar. Nosotros trabajamos con esos 11 valores todo el tiempo. O sea, estos jóvenes saben que todos los meses ellos van a ser expuestos a un valor que nosotros esperamos que ellos hagan de ellos. Nuestros niños también los exponemos a los valores. Y nos transforma. Hemos logrado transformación. Nuestros empleados los estamos exponiendo un poco más a nuestros valores también. Y lo que estamos es haciendo que esos valores que nos dejó Sister Isolina y los que nosotros trabajamos todo el tiempo con nuestros participantes los podamos sacar de aquí y llevarlos a la comunidad”, explicó Molina.

¿Por qué la campaña de valores?

“Porque esas 11 palabras que te dije pueden transformar a un ser humano. Yo lo que quiero es que la gente empiece a pensarlas, a que yo diga quizás esta semana va a ser para cariño, mañana vamos a fomentar respeto, y ahí lo voy a replicar”, insistió.

Para eso, han trazado varias estrategias. Además de acercarse a líderes comunitarios, “a tratar de que estos valores salgan”, explicó que “vamos a empezar unas campañas. Ya hemos contactado varias cadenas de diferentes comercios, que no vamos a decir todavía, porque esto va a ser una campaña bien grande. Vamos a tener actividades, los empleados van a empezar esa campaña de que ellos van a escoger cuál es el valor que ellos quieren hacer en la comunidad. Las escuelas también van a escoger valores y van a llevar eso a la comunidad”.

Además de eso, en la comunidad, “como algunos comercios cercanos a nosotros, van a incluir los valores en sus paredes, donde las personas van y adquieren su valor, ponen mi familia tiene este valor, y lo pego en la pared del supermercado, y vamos a empezar a que los valores empiecen a sonar para que cuando tú los veas tú pienses qué yo puedo hacer para cumplir ese valor, qué yo puedo hacer para que mi familia sea parte de ese valor”.

Posteriormente habrá una campaña “un poco más grande”, en la que acudirán a los grandes negocios a través de la Isla, “no solamente de ventas, sino de manufactura, servicios, grandes empresas aquí en Puerto Rico, también para empezar a expandir nuestros valores dentro de la cultura de esas entidades”.

La idea, a fin de cuentas, es que esa cultura de valores de los Centros Sor Isolina Ferré “se vaya replicando en distintas áreas de Puerto Rico y se vuelva una campaña de Puerto Rico, no de los Centros Sor Isolina”.

“Esto no es una campaña para generar dinero, no. Esto es una campaña para cambiar nuestro país, para que comience la cultura de que empecemos a pensar más en los valores en vez del valor del dinero solamente, donde seamos solidarios, que no tenga que llegar un huracán para sentir que todos nos unimos y hacemos las cosas por nosotros, sino que estamos caminando hacia un mejor Puerto Rico, con una proyección de a dónde queremos llegar todos juntos”, enfatizó Molina.

“Y esto tiene que ser una campaña de país, y que Puerto Rico regrese a ser ese pueblo unido y lleno de valores y principios que nosotros deseamos, no solo para nuestras familias y para nuestros hijos, sino para nuestro crecimiento económico. De la manera que vamos ahora mismo, se va a detener el crecimiento económico si nosotros no empezamos a desarrollar las personas y las comunidades. O sea, que esto puede ser una transformación total, y eso es lo que nosotros queremos”, insistió.