Cerrarán dos de las tres tiendas Borders en Puerto Rico
Liquidarán toda la mercancía por radicar bancarrota.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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La cadena de librerías Borders, después de 40 años de operación y provocar el cierre de innumerables comerciantes pequeños, radicó hoy una solicitud de protección federal bajo el capítulo 11 de la ley de quiebras y anunció que cerrará en 200 de sus 642 tiendas, incluyendo a dos de las tres que operan en Puerto Rico.
Las tiendas de la avenida Hostos en Mayagüez y del centro comercial Escorial en Carolina figuran en la lista que comprende el 30% de sus tiendas. La de Plaza las Américas continuará operando.
Su plan de reorganización y cierres contempla comenzar este fin de semana a vender toda la mercancía y muebles de las tiendas a cerrar, aprovechando el largo fin de semana con motivo del feriado federal del Día de los Presidentes.
Borders Group Inc., la segunda cadena de librerías más grande de Estados Unidos, se había sumido en una crisis fiscal. Las deudas y lentitud en adaptarse a los cambios del mundo de negocios la llevaron a perder competitividad en el mercado.
En su petición ante la corte de bancarrotas en el Distrito Sur de la ciudad de Nueva York, Borders informó que hasta el 25 de diciembre tenía $1,280 millones en activos y $1,290 millones en deudas.
Borders planifica seguir operando y reestructurar su empresa con $505 millones en financiamiento de GE Capital, según un comunicado.
La reorganización será posible, según la publicación financiera Bloomberg, sólo si cierra inmediatamente las 200 tiendas que detalló en una moción de emergencia, y vender sus muebles y mercancía. Las ventas deben comenzar no más tarde del 19 de febrero para beneficiarse del feriado.
Existe la posibilidad de que cierren otras 75 tiendas si no logran concesiones de los caseros.
Borders opera también las tiendas menores Waldenbooks y Borders Express.
Mike Edwards, presidente de Borders Group Inc., dijo en un breve comunicado que el gasto cauteloso de los clientes, las negociaciones con los editores y otros vendedores y una falta de liquidez dejaron en claro que Borders "no cuenta con los recursos de capital que necesita para ser un competidor viable", informó Prensa Asociada.
Borders dijo que planea operar de manera normal y respetar las tarjetas de regalo y sus programas de cliente leal mientras se reorganiza.
La empresa anticipó el mes pasado que contemplaba declararse en quiebra tras recibir el préstamo condicional de GE Capital, que requería asegurar un financiamiento alterno.
Entre sus acreedores, la compañía debe $41.1 millones a Penguin Putnam, $36.9 millones a Hachette Book Group, $33.8 millones a Simon & Schuster y $33.5 millones a Random House.