Chemo ‘clavao’ en un palo de espinas - Ve vídeo
Fufú no le quita el sueño al Alcalde.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 15 años.
PUBLICIDAD
Menos mal que para el alcalde de Canóvanas la búsqueda de criaturas extrañas en el monte es un asunto viejo porque si no, su obsesión podría interpretarse como la confirmación de que le hizo efecto un “brujo” que le tienen clavado en un árbol con espinas.
Un pescador de camarones de río estaba envuelto en su faena cuando se percató de una mancha negra en el tronco de un árbol. Sorprendido quedó cuando vio que la sombra oscura era en realidad un pequeño muñeco negro que tenía escrito en un papel “Chemo”, el apodo del ejecutivo municipal canovanense, José Soto.
A juzgar por el desgaste de las letras escritas en tinta negra, el trabajito lleva un tiempo colgado de un árbol de molinillo, cuya característica principal son unas gruesas espinas.
“Tiré las trampas (para pescar) allá abajo por la esquina del río y, cuando regresé, me pareció extraño ver eso negro pegao a ese palo y, cuando me acerqué, leí que decía Chemo dos veces”, contó Samuel Santiago Morales, un hombre de 45 años que frecuenta la zona cercana a la orilla del río Canóvanas.
Aunque su primera reacción al verlo fue echarse a reír, la gracia se le fue cuando sus familiares le recomendaron que no se le acercara por temor a que el trabajito “se vire a donde uno porque definitivamente eso es un trabajo de brujería, de santería o algo de eso”.
El también artesano aseguró que no tiene ninguna sospecha de quién pudo ser el autor del fufú con un muñequito que se consigue en muchas botánicas.
Agregó, además, que “ni el Alcalde ni ningún ser humano se merecen que le hagan algo así”.
El muñequito de trapo no le quita el sueño a Chemo, pues no es la primera vez que le hacen un trabajito similar.
“No me interesa ese asunto y tampoco voy a visitar donde está el muñeco. (Si lo hiciera) lo cogería y lo botaría. Aun tocándolo y teniéndolo un rato en la mano sé que no pasaría nada porque la brujería no progresa”, afirmó el Alcalde con una valentía digna del cazador del chupacabras. “Lo que no está con Dios no está conmigo”.
El también perseguidor de la gárgola mencionó que casos como el suyo se ven a diario en la política, pero él siempre le confía su obra a Dios.
“Eso es la cuestión de fanáticos políticos que tratan de amedrentar a uno. Muchos políticos utilizan esos medios para adelantar sus causas políticas”, comentó.
En eso parece que tiene razón.
Según el senador Antonio Soto, “el Chuchin”, recurrir a trabajitos especiales es algo bien común en el ambiente político. Si lo sabrá él, que hace unos días le hizo uno a un legislador que, según él, divulgó que tenía un bebé y otro en camino, algo que rechaza, pero que en un principio prefirió no negar ni confirmar.
El Chuchin se ofreció a revocarle lo que sea que le hayan deseado al alcalde del Partido Nuevo Progresista, pero para eso Chemo tiene que agarrar el trabajito.
“Yo lo rompo y se lo revierto al que lo hizo. Que me lo traiga en una bolsa plástica y que use la mano izquierda para traerlo”, surgirió el senador, quien también se ofreció a tirarle los caracoles para identificar a quién le hizo el trabajo y la intención oculta en el muñequito clavado al árbol con espinas.
El legislador aseguró que en el ambiente político los trabajitos son bien comunes, sobre todo en época de campaña.
“Yo no tuve que hacer nada de eso. Yo acostumbro a hacerle al que me tira”, reconoció y aseguró que la mayoría que lo practica está en el clóset porque la gente piensa “que es una cuestión diabólica”.
Acerca de la tranquilidad con la que el Alcalde tomó el asunto, el Chuchin lo puso en duda.
“¿Tranquilo? Eso dice él”, señaló.