La idea de prohibir el uso de velas en instituciones, negocios, oficinas y otros lugares de reuniones con el fin de prevenir incendios accidentales es bien visto por ciudadanos y comerciantes de estos productos. Sin embargo, algunos opinan que la medida no resolvería el asunto, en especial con los amantes de velas aromáticas o con aquellos que las utilizan para fines religiosos.

Una encuesta informal realizada por Primera Hora respecto al tema, coincide en que algunos ciudadanos, comerciantes de botánicas y de tiendas de velas de olor aprueban que el jefe de Bomberos de Puerto Rico, Ángel Crespo, firme la orden de la prohibición para “mejorar el nivel de seguridad contra incendios” en la Isla.

Entre los entrevistados estuvo José Luis Calvino, de la botánica La Caridad en la Placita de Santurce, a quien le parece “correcto” el plan de Crespo pues reconoce que cualquier descuido con este producto pudiera culminar en “tragedia”. De hecho, recientemente, en el hogar de ancianos Villa Paraíso en Río Grande, ocurrió un incendio a causa de una vela aromática. En el incidente murió un envejeciente de 90 años.

“Y si fuera que utilizan las velas para fines religiosos tampoco lo apruebo porque las oficinas o negocios no son para eso. Eso se hace en la privacidad del hogar. Ahora, en el caso de las iglesias es otra cosa... podrían optar por las velas artificiales”, expresó.

El santero agregó que aquellos que persistan en utilizar las velas para fines religiosos pueden optar por “hacer otras cositas que funcionan igual”. “Un vasito de agua también se puede utilizar para lo espiritual y no hay riesgos”, explicó.

Por su parte, Maritza Morales, de la botánica La Era de Acuario, en Santurce, opinó que la utilización de la candela “debe ser discreción de cada cual”, si es que se utiliza en los hogares.

“En los hogares de ancianos, por ejemplo, es diferente porque si son gente que se les está yendo la mente podrían dejar una vela prendida, se les puede virar y ahí es que vienen los peligros de que se forme un fuego. A lo mejor eso es lo que él (Crespo) está tratando de evitar... pero desde ahora te digo que por algún lado se va a colar una velita porque a la gente le gusta”, dijo Morales al explicar que las velas son el producto de mayor venta en su negocio.

Agregó que usualmente las personas las compran para sus altares, para pedirle a sus santos o en busca de solucionar problemas de amor, dinero o salud.

“La vela es la luz que le están dando a la petición que están pidiendo o a su santo... y lo ideal es prenderla y dejarla hasta que termine. Pero si les causa temor por un incendio, pueden apagarla al salir de su casa o al acostarse a dormir. Claro, le piden permiso al santo que le están haciendo el ofrecimiento... todo con mucho respeto”, manifestó al agregar que otra medida cautelosa es ubicar la vela dentro de una base de cristal con agua (como un florero). “Como un tipo de baño de María... es para precaver que en caso de que la base de la vela explote, ocasione un fuego”, dijo.

De otra parte, Alis Betancourt, dueña del punto de venta especializado en velas aromáticas Natural Style, en San Patricio, expresó que no le preocupa la medida pues básicamente las velas en su negocio han perdido auge entre los clientes y han sido sustituidas por los difusores o las lámparas eléctricas que, a la vez, sirven de quemadores de aceites con fragancia.

“Diría que las velas tradicionales están reemplazadas en un 85% por estos nuevos productos que se utilizan para aromatizar las casas o áreas de oficinas”, destacó la vendedora al indicar que este tipo de productos usualmente tienen una duración de hasta tres meses, por lo que también les resultan económicos a los clientes.

Finalmente, varios ciudadanos entrevistados por este diario indicaron estar de acuerdo con la orden que firmaría el jefe de Bomberos, y destacaron que se trata de una medida de seguridad para el pueblo.