Cabo Rojo. Un camellito blanco y con 15 meses de edad es reclamado al Gobierno por parte de la coleccionista de animales de la Feria Nacional Agrícola quien alega que el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) tiene al animal hace casi cinco meses y no se lo quiere devolver.

Xiomara V. Ferrer presentaría hoy un recurso legal en el Tribunal de Mayagüez para que el DRNA le devuelva al dromedario (de una sola joroba), que fue adquirido de un circo que cerraba en Florida y traído a la Isla con toda la documentación requerida.

La coleccionista mostró a Primera Hora documentos requeridos para la entrada del animal, como una carta de intención al DRNA para importarlo, los permisos de salida del estado de Florida, certificados de salud, inspección del veterinario del Gobierno de Puerto Rico autorizando su entrada a la Isla y la evidencia de la intervención (65-150) del Cuerpo de Vigilantes del DRNA con fecha del 13 de septiembre de 2013, y el permiso de Agricultura federal que se le exige a los exhibidores de animales, como es el caso de los zoológicos.

“Le pusimos por nombre Altabán, como el cuarto rey mago, pues llegará tarde a su casa”, explicó Ferrer.

Su padre Georgie Ferrer fue con su esposa a Florida a conocer al animal para comprarlo. Como es una rareza –por su pelaje blanco (en el mundo hay solo otros cinco, según dijeron)–, decidieron traerlo a la feria, que se celebra anualmente en Lajas.

Además de ser blanco, como viene de un circo estaba en su etapa de entrenamiento para trabajar con la niñez, explicó Ferrer.

“Ahora, como han pasado cinco meses, ese entrenamiento se ha perdido y habrá que comenzar otra vez. Eso nos afecta porque al llegar a cierta edad será más difícil de entrenar”, acotó.

La coleccionista se asesoró con abogados, quienes tramitan hoy un recurso legal para que el tribunal obligue al DRNA a responder por Altabán.

“ Ya el tiene todos sus requisitos y no lo quieren entregar”, reiteró la coleccionista.

Esta mantiene una familia de varias especies en su finca y asegura que viven como si fueran bebés, en espacios amplios y relativamente libres. Altabán venía a ser parte de esta familia, pero según aparenta, su proceso de “adopción” ha sido víctima de una burocracia gubernamental, altamente cuestionada por esta coleccionista.

Según dijo, cuando el camellito llegó al puerto en la isla, tenía la autorización que indicaba que estaba en ley y que cumplía con todos los requisitos.

“El veterinario del estado lo dejó entrar a pesar de que los vigilantes lo querían incautar. Como no tuvieron opción, llegaron hasta la finca a donde iba a llegar (en Arecibo), se metió un contingente (de vigilantes del DRNA) y lo incautaron. Nosotros intentamos impedirlo, pero se lo llevaron para el zoológico”, explicó Fermín Morales, esposo de Ferrer.