Cocinar a ojo no es seguro
Los alimentos tienen una temperatura específica de cocción para matar cualquier bacteria.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 10 años.
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Si aprendiste a cocinar con tu abuela o con tu mamá y llevas toda la vida preparando tus recetas “a ojo” debes tener cuidado ya que podrías envenenar sin querer a tu familia.
Los alimentos tienen una temperatura específica de cocción para matar cualquier bacteria. Por ejemplo, la carne molida debe tener una temperatura de 160 grados Farenheit, las aves de 165 grados y el pescado de unos 145 grados. Estas temperaturas son las que nos garantizan que el alimento está bien cocido y que cualquier bacteria ha sido eliminada. Para medirlas se necesita un termómetro, pero este instrumento debe utilizarse en la confección diaria de los alimentos y no solo para cuando se hornea un pavo, un pollo o un pernil.
“Los alimentos engañan y tú puedes pensar que algo está listo por el color o porque lo tocaste y está caliente o porque la receta dice tantos minutos y no necesariamente (está listo)”, explicó María del Mar Olmedo, de la división de Educación a la Comunidad del Departamento de Agricultura Federal (USDA, por sus siglas en inglés).
“La única forma de tu matar una bacteria es cocinándola, esto de que yo puse un pollo a lavar debajo del agua realmente lo que puede hacer es regar bacterias cuando empieza todo a salpicar, es regar bacterias por la cocina. La bacteria no se te va con agua, la bacteria se va cocinando y es cocinando hasta la temperatura que está en la tabla. Lo seguro es usar termómetro siempre”, recomendó Olmedo.
De hecho, Olmedo asegura que la comida queda más rica ya que no se sobre cocina el alimento.
Clave la limpieza en la cocina
Otra de las formas en que se contagian las bacterias como la salmonella y el E.coli es con la poca higiene en el proceso de confección de alimentos. Muchas personas se lavan las manos antes de comenzar a cocinar, sin embargo, en el proceso tienen contacto con carne cruda y al no lavarse las manos con agua y jabón llevan esas bacterias a otros alimentos.
El uso de la toalla o paño de cocina es una de las maneras más fáciles de regar las bacterias. Usar un paño para limpiar un poco del líquido que suelta el ave que vas a cocinar, y luego con ese mismo paño secarte las manos o limpiar el gabinete, es un grave error.
La salmonella es una bacteria que en algunas personas ocasiona solo una descomposición estomacal, sin embargo, a otras las lleva al hospital y en otros casos se han registrado desenlaces fatales. Todo va a depender del sistema inmunológico del infectado.
Guarda bien las sobras
En tiempos en los que la economía está apretada, muchos guardan los alimentos que sobraron del almuerzo o de la cena, para almorzar al día siguiente en el trabajo. De esta manera ahorran dinero y no desperdician comida. No hay ningún problema con esta práctica, siempre y cuando esos alimentos se guarden de la manera correcta.
“Dejar comida afuera enfriándose (para después meterla en la nevera) es bien peligroso si hay bacterias en el ambiente y le caen a la comida, cuando las bacterias las dejas ahí, en el calor (de la temperatura ambiente) esas bacterias se empiezan a multiplicar, esas bacterias empiezan a generar toxinas, que toxinas es el nombre fino para tu decir que la bacteria está haciendo caca y una vez la bacteria hizo caca en la comida, la daño, no hay forma de tu arreglarla (la comida) la toxina no se cocina como la bacteria, no la mata”.
La manera correcta de conservar esos alimentos, es enfriarlos lo más pronto posible, fuera de los calderos o bandejas. Se recomienda que se coloque en un recipiente o una bolsa plástica de zipper sin aire. Una vez envasados, deben ser colocados en la nevera y su duración es de aproximadamente cuatro días, según Olmedo. Para cantidades más grandes o si se van a consumir mucho más tarde, se deben refrigerar.
Precaución con los niños y las embarazadas
Los niños tienen el sistema inmunológico en desarrollo en sus primeros años de vida y por esta razón forman parte de uno de los sectores más vulnerable a contraer bacterias por los alimentos. “Jugar con huevos, comer cuando estamos haciendo galletas, bizcocho en la casa, probar esa mezcla cruda, que es rica, pero ahí puede haber salmonella”, detalló la educadora de la USDA.
Los reptiles y las aves tienden a tener salmonella así que si su niño tiene contacto con estos animales, es recomendable que tan pronto finalice se lave bien las manos con agua y jabón por 20 segundos.
Al igual que los niños, las embarazadas tienen la capacidad de su sistema inmunológico reducida. Por esta razón, deben cuidar la calidad de los alimentos que confeccionan y que consumen, para evitar contraer virus y bacterias causados por alimentos contaminados.