La reducción dramática en el poder adquisitivo del consumidor puertorriqueño promedio lo ha llevado a modificar sus hábitos alimentarios, sustituyendo productos de alto valor nutritivo por otros de pobre calidad.

Lo que muchos consumidores no saben es que aun con la limitación de dinero hay formas de comer saludable si conoce el valor nutritivo de los grupos de alimentos.

El economista José Alameda explicó que cuando hay una recesión económica, donde algunos -por sus ingresos- no cualifican para cupones de alimentos, los típicos consumidores tienden a moverse a productos más baratos y posiblemente menos nutritivos.

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“La racionalidad de una persona sería dirigida a tratar productos más baratos y que sean a la misma vez mejores. Pero no necesariamente uno tiene la información para decir que compró productos más baratos pero de alto valor nutritivo”, expuso Alameda.

“El atún no es muy caro y con un canto de pan yo resuelvo. No necesariamente con la racionalidad de procurar los productos más baratos la persona escoge los de más alto valor nutricional”, acotó.

¿Cuánto se ha encogido el dólar?

Se encoge por la inflación. De 2006 para acá ha bajado 84 centavos. Eso es por concepto de precio de inflación y a esto le añades la depresión económica, que reduce la base de ingresos monetarios.

Patrones se van a sostener

El economista Gustavo Vélez señaló, por su parte, que hay un cambio de perfil de consumo y que la gente ha empezado a comer más en la casa.

“El dólar rinde más comiendo en tu casa que comiendo fuera. Eso es un efecto que ha provocado la recesión, porque la gente tiene menos ingresos”, sostuvo.

Lo que también se ha visto a nivel de supermercado, dijo, es una sustitución de comida de mayor nivel nutricional a productos de menor nivel.

“En vez de pollo fresco, pollo congelado. En vez de vegetales frescos, enlatados y en vez de buscar marcas reconocidas, buscan la privada. Todo esto son medidas del consumidor para maximizar un presupuesto limitado. A corto plazo no se ve una mejoría y estos patrones se van a sostener”, sentenció.

Es posible comer saludable

La nutricionista Ada Laureano expresó que en estos momentos de crisis económica hay que enfocarse en los alimentos principales y eliminar los procesados, porque los alimentos de conveniencia, que ya vienen listos, como los corn flakes, que son más caros, se pueden sustituir por un cereal que se prepare en la casa.

“Es comerse un yogurt y una granola y ya”, dijo.

Algo que las madres y padres pueden hacer cuando vayan a escoger alimentos para sus hijos es eliminar las bebidas, los refrescos y jugos.

“Los niños lo que necesitan es agua. Ponen botellas de aguas en la nevera, pueden ponerle una gotita de sabor, como limón, un poquito nada más. Un saborcito de parcha. No tiene caloría y no le cuesta”, acotó.

“En la leche es lo más que se gasta dinero. Lo que se necesita al día son tres vasos de ocho onzas. Si ya se le dio queso, ya tiene medio vaso. Si se le dio cereal, ya le dio otro vaso. Si va al comedor escolar, se toma otro”, ilustró.

Si tenemos crisis, dijo, hay maneras de controlar los gastos, comiendo lo necesario.

Aquellas personas que no tienen recursos para comprar leche en grandes cantidades, le añades una granola y con poquito se alimenta.

“Si uno no tiene dinero, consumir granos combinados con ensalada o con arroz; o mezclas de granos, habichuelas blancas, negras con rosada, le echas un poquito de vinagre, aceite y pedacitos de cebolla. Eso es una comida. Es económico y es nutritiva”, explicó la nutricionista.

“Puedes utilizar vianda con ensalada y sobrantes de carne de pollo, res o salchichas que picas en pedacitos pequeños. Con un plátano, comes económico y no gastas en otros condimentos, salsas y yerbas. Solo el alimento y tienes toda la nutrición que necesitas”, dijo.

La especialista aconsejó reducir el tamaño de la porción de la carne, porque es el costo mayor de los platos que la persona prepara. “La cantidad de proteínas en el día que una persona necesita no es más de cinco onzas. Un pedazo del tamaño de cuatro a cinco pulgadas de largo, cruda, y cuando se reduce, es de tres de largo y tres de ancho. Las otras proteínas las conseguimos en la leche, el arroz y los vegetales”.

La comida balanceada es hacer un desayuno bueno y un almuerzo completo que lleve su aportación de proteína, carbohidratos y una fuente de leche. Indicó que no tienen que hacer las tres comidas bien pesadas.

En cuanto a la ensalada, comentó que puede ser la lechuga más barata y si no hay, bastan pedazos de cebolla y pimientos y con eso se tiene la comida. “Las cebollas y pimientos son vegetales. Las habichuelas proveen todos los nutrientes de los vegetales, todas las vitaminas y minerales. Unas sopitas de gandules con bolitas de plátano es un alimento completo”, señaló Laureano.

“La carne no es imprescindible, porque lo que es imprescindible es la proteína”, sentenció.

Otra cosa en que se debe economizar en el menú es la grasa. Si se elimina lo frito, se economiza un montón de dinero, apuntó al agregar que el costo del aceite está bien alto.

“Veo a veces que compran cuatro galones de aceite al mes. Si lo eliminas, ganas en salud y economizas en un producto que lo que hace es ayudar a obtener calorías. Si evitas ese aceite y los alimentos fritos, quitas los radicales libres que produce el aceite y que aumentan el riesgo de cáncer y de envejecer. Los radicales libres producen envejecimiento prematuro”, expuso la nutricionista.