Indefensión, vergüenza, desamparo y culpa.

Estas son algunas de las sensaciones que experimenta una mujer que de una manera u otra ha sido víctima de maltrato por parte de su pareja.

Muchas prefieren callar, ya sea por miedo o vergüenza, huir lejos de todos o se mantienen en la relación.

La violencia de género es un problema que ataca a todos, sin importar el sexo y la clase social. Por lo tanto es tarea de todos combatirla, actuando o ayudando a las víctimas para que puedan salir del círculo de la violencia.

Es importante que toda mujer acepte que atraviesa por una situación difícil, que necesita ayuda para poder superarla y que debe tomar acción por su seguridad y la de sus hijos.

Expertos en comportamiento humano han identificado unas características o síntomas denominados como el Síndrome de la mujer maltratada que desarrolla la víctima basado en una indefensión aprendida tras ser sometida a ciclos de violencia constante.

Annette Ortiz, consejera de la Casa Protegida Julia de Burgos en Ponce explicó que existen tres fases en el ciclo que toda mujer necesita entender e identificar.

“Primero está la acumulación de tensión, la que puede durar días, meses o años”, sostuvo Ortiz. Señaló que en esta fase el agresor busca tener el control de todo.

La segunda fase es la agresión, donde comienza el abuso físico por incidentes insignificantes que pueden llegan a tornarse violentos o llegar hasta la muerte.

“Aquí la víctima busca ayuda para salir de ese túnel que parece no tener fin”, mencionó la consejera.

Es este momento en que la víctima acude a un hospital, a la Policía, y comienza un proceso de sanación y buscar una mejor calidad de vida para su familia.

En muchos casos las mujeres caen en la fase de la reconciliación o arrepentimiento, acción que las impulsa a perdonar a sus agresores, a quitar las órdenes de protección y a albergar la esperanza de que su agresor cambiará.

“Esta fase dura muy poco y regresarán al inicio de este ciclo vicioso”, añadió.

Indicó que las mujeres perdonan por dependencia emocional, económica, por evitar la ruptura de un matrimonio, por los hijos o por intentar cumplir con la sociedad.

“Es necesario enseñar desde niños la igualdad de género y dejar a un lado el sexismo tan marcado que es un detonante”, reiteró Ortiz.

Asimismo, exhortó a que busquen ayuda, que hablen sobre el problema antes de que pueda ser muy tarde.

La Casa Protegida Julia de Burgos en Ponce ofrece servicios de apoyo y consejería ambulatorios, ofrecidos por profesionales. Para información puede llamar al 787-284-4303.

¿Cómo identificar a una mujer que presenta el síndrome de la mujer maltratada?

El Síndrome de la mujer maltratada puede manifestarse con síntomas corporales o trastornos psicológicos. Los más frecuentes son:

Baja autoestima.

Tienen sentimientos encontrados; aunque odian ser agredidas, también piensan que se lo merecen porque se consideran la causa del problema.

Viven en la culpabilidad.

Se consideran fracasadas.

Padecen temor e incluso pánico ante cualquier tipo de cambio.

No tienen control sobre su vida.

Desean que haya una solución mágica para sus problemas.

Angustia, malhumor, depresión, sensación de impotencia, intentos de suicidio e insomnio.

Abuso de drogas y trastornos de la alimentación.

Molestias en el cuerpo como: dolor abdominal crónico, dolor de cabeza o cansancio.

Problemas ginecológicos.

Creen que no merecen ayuda ni hay quien pueda o quiera ayudarlas.