Quienes han visitado Culebra pueden constatar que, de vez en cuando, se les puede cruzar algún venado cuando transitan por las vías de rodaje e, incluso, mientras se deleitan con la belleza de los cayos porque estos animales nadan de un lado a otro.

Se han convertido en símbolo de la isla municipio.

Sin embargo, nadie sabe a ciencia cierta cómo llegaron los venados a esta isla municipio donde se han convertido en uno de los símbolos que definen el icónico territorio, pues unos dicen que fueron traídos por los soldados de la Marina de Guerra de Estados Unidos y otros responsabilizan a un matrimonio norteamericano que introdujo la especie desde Santa Cruz.

De acuerdo con Carlos Carrión, maestro retirado de la escuela superior Antonio R. Barceló, “los venados se convirtieron en uno de los símbolos de la isla, a pesar de que es una especie introducida porque en un momento dado éramos el único sitio en Puerto Rico donde la gente podía encontrarse con venados”.

“Según la historia que me hicieron fue que, a los marinos, como le gustaba mucho la carne de venado, ellos trajeron unas parejas e hicieron un cercado, pero olvidaron que los venados brincaban. Así que, cuando los soltaron los vieron brincar la verja y se perdieron en el monte”, relató Carrión, un culebrense por adopción que se quedó a vivir en la isla hace 24 años.

“Poco a poco se han seguido reproduciendo, al punto de que hoy en día tenemos venados prácticamente en toda la isla y en los cayos, porque ellos nadan de un cayo a otro. Ahora mismo tenemos una población bastante grande de venados”, acotó.

Aseguró que nadie puede precisar una cifra aproximada de los venados culebrenses ya que no se ha hecho un censo oficial para contabilizarlos, aunque hubo intento por parte del Servicio de Pesca y Vida Silvestre (FWS).

Por su parte, el exvigilante del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), José Munet Solís, insistió en que la teoría apunta a que “una pareja trajo a los venados y los soltaron aquí desde Santa Cruz hace más de 30 años, se fueron reproduciendo, pero aquí en Culebra la cacería es prohibida… ni con arco”.

Resaltó que la mejor hora para verlos es al amanecer o entrada la noche, principalmente en periodos de sequía pues salen a buscar agua. De hecho, algunos residentes colocan envases para que puedan aplacar la sed, pues hasta se meten en los patios de sus residencias.

“Ellos salen mucho cuando tienen sed, mayormente en tiempos que no hay mucha lluvia, tiempo seco, y ahí se ven más en las carreteras porque salen a beber agua. No se sabe cuántos hay, pero pueden verlos en Zoni o Flamenco cruzando las calles por la tardecita o bien temprano por la mañana”, mencionó.

“Viven en el monte, se ve más ahí porque ellos cruzan buscando las charcas… buscan donde sea para beber agua. Pero son temerosos, salen brincando. Mucha gente los cuida, les encanta porque ver un venado cuando van con los hijos, al verlos se ponen contentos y disfrutan”, confesó al destacar que los ha visto comiendo mangó.

Munet Solís recordó que, en un momento determinado, el gobierno ponderó su eliminación debido a que los venados ocasionaron una plaga de garrapata africana.

“Cuando estaba en el DRNA, hubo garrapata africana y hubo una orden para eliminarlos, pero no llegaron a hacer nada hasta el sol de hoy”, aclaró.

En tanto, Carrión advirtió que, aunque los venados suelen comportarse con cierta docilidad, “hay que recordar que son animales salvajes porque viven en la naturaleza, no porque sean agresivos. Pero los machos, si hay alguna hembra en celo se pueden poner agresivos”.

“Pueden tomar fotografías, pero que los miren y no les hagan nada. Ellos por lo general son bastante tímidos, puede ser que se queden quietos por unos minutos, pero se van, no son muy sociables”, concluyó.