La comunidad del barrio Arenas, en Guánica, tiene un proyecto que espera recibir el visto bueno del Gobierno, para convertir una estructura abandonada en un centro multiusos resiliente, que sirva -entre otras cosas- de refugio, biblioteca electrónica, dispensario médico para primeros auxilios y centro de reunión.

Se trata de la escuela María del Rosario Cruz Claudio.

“Lo único que necesitamos es la buena voluntad del Gobierno, y que nos entreguen la escuela”, comentó Sofía Ramos, líder comunitaria que labora con la organización Unidos por la Comunidad de Arenas.

Explicó que “hemos diseñado un centro resiliente”, para enfrentar eventos naturales, como los huracanes y terremotos, cuyos azotes han tenido que padecer allí recientemente.

Agregó que el asunto cobra más importancia si se toma en cuenta que la comunidad de Arenas queda incomunicada en caso de inundaciones.

“Para esos eventos naturales, en nuestra comunidad no habría por dónde salir. Tenemos un puente que da acceso a Guánica, y ya en una ocasión colapsó. Si vamos por Yauco, está el Río Loco, que se desborda y podemos salir. Y si vamos por Magueyes, para salir por la carretera PR-2, cerca de la entrada del barrio La Joya y el Convento Las Monjas, eso se inunda también. Y la otra salida, por el barrio Palomas, que hay otro puente, también se inunda y no hay paso”, explicó Ramos.

“Así que nos quedamos incomunicados hasta que bajen las aguas. Y no podemos estar esperando a que la ayuda llegue, porque son muchos barrios afectados que también hay que atender”, agregó.

Escuela María del Rosario Cruz Claudio, en Guánica.
Escuela María del Rosario Cruz Claudio, en Guánica. (Suministrada)

“Por ende, queremos resolver nosotros hasta que puedan llegar las autoridades, y la escuela nos da el lugar adecuado para hacer eso”.

Según detalló, el proyecto incluye un refugio, la habilitación del comedor para ofrecer alimentos, un salón para guardar alimentos no perecederos, la instalación de paneles solares para tener independencia energética, la instalación de un pozo o sistema de cisternas, un dispensario médico para primeros auxilios, la biblioteca electrónica y un centro de encuentro de personas mayores con personas jóvenes “para que puedan dar charlas, conversar, ver alguna película”.

“Y lo mejor de todo es que no queremos que el gobierno nos dé dinero”, afirmó la líder comunitaria.

“Tenemos ya $75,000 que hemos recibido a través de la Fundación Comunitaria de Puerto Rico, Vamos Puerto Rico y Nuestra Escuela. Esas organizaciones nos han provisto materiales sanitarios, cajas de alimentos y esos fondos”, manifestó.

Ramos explicó que entre el 45% al 50% de las personas de la comunidad son mayores de 50 años, y muchos han experimentado abusos a la hora de llenar documentos por vía electrónica.

“Hoy día todo es electrónico, y hemos sabido de gente que le cobra a una persona mayor hasta $100 por hacerle unos trámites por internet, y eso es abusivo. Por eso queremos tener esa biblioteca electrónica, para que todas las personas puedan hacer sus trámites allí. Y también para que los jóvenes puedan usarla para sus actividades escolares, porque muchos no tienen acceso a internet”, explicó.

“Y todo eso es lo que pidió la gente. Porque nosotros estamos bien organizados. Y todo esto que he dicho no es cosa de la directiva (de su organización), todo eso sale de nuestras comunidades. Es lo que dijo la gente en consultas que hicimos”, afirmó. “Y lo que más se repite es lo del refugio y la biblioteca electrónica”.

El plantel fue cerrado en el 2014, según se alegó entonces porque había poca matrícula estudiantil y “porque, supuestamente, no servía”. Y “paradójicamente, junto a la escuela María L. McDougall, es de las únicas dos del Departamento de Educación que quedaron en pie” en esa zona luego de los terremotos, porque la Agripina Seda colapsó por completo y la Áurea Quiles también quedó severamente afectada y se anticipa que tengan que demolerla. Antes, luego del huracán María, hubo gente que usó la María del Rosario Cruz Claudio para guardar caballos.

Ramos afirmó además que el alcalde de Guánica, Santos “Papichy” Seda, sabe del proyecto y le ha dado su total respaldo.

“El alcalde conoce el proyecto, está de acuerdo, nos apoya, y nos dio la carta de endoso y todo”, aseguró.

Según Ramos, Unidos por la Comunidad de Arenas solicitó la escuela “cumpliendo con todos los requisitos”.

“Y de allí (el Comité de Evaluación y Disposición de Bienes Inmuebles) nos escriben, nos dicen que confirman el recibo de la petición y que verificarían con el Municipio de Guánica, al que se le otorgó recientemente un arrendamiento, sujeto a certificación del Departamento de Educación, que se ha reservado el derecho de utilizar planteles en los municipios afectados por los terremotos”, explicó. “Pero el alcalde dijo que debe haber sido una mala interpretación, porque él endosó el proyecto y quiere que (la escuela) sea para la comunidad de Arenas”.

“Tenemos aquí 411 casas de familias, unas 1,250 personas aproximadamente viviendo en la comunidad, y estamos superorganizados y cada día nos motivamos más. Queremos ser modelo para otras comunidades de Guánica y de Puerto Rico”, insistió. “Así que lo único que necesitamos es que el gobierno nos transfiera la escuela”.