¡Increíble!

A pesar de los anuncios que ésta y anteriores administraciones de gobierno han hecho sobre innovadores proyectos de energía, no han podido brindarle energía eléctrica a una pequeña comunidad en el barrio Callejones, en Lares, que desde su fundación, hace más de 15 años, carece del servicio.

No fue hasta la semana pasada, durante el anuncio de un “operativo de impacto” en Lares dirigido por La Fortaleza, que por fin se anunció que se hará un proyecto para suplirles energía a las tres familias que se establecieron en estos solares sin saber que no había conexión de energía.

Widelvinda Román relató que, junto con su esposo, Juan Antonio Torres, compraron la finca de una cuerda en el sector Ulises Ramos, en el barrio Callejones, y con sus reducidos ingresos construyeron la casa poco a poco.

“Cuando terminamos la casa, fui a la oficina de (la Autoridad) de Energía Eléctrica para que me conectaran la luz. Allí pagué el depósito, pero cuando vinieron a instalarla, los empleados me dijeron que no podían ponerme luz porque no había ni postes ni cables”, recordó esta lareña.

Desde entonces, la familia comenzó su lucha para que le proveyeran la infraestructura necesaria para poder conectarse al servicio que, a menos de un kilómetro de su casa, disfrutan otros vecinos de este sector.

“Primero nos dijeron que el otro alcalde (Luis Oliver) había dejado el dinero separado, pero no era cierto. Luego, nos dijeron que teníamos que pagar $15,000 para que nos pusieran los postes. Pero ¿de dónde vamos a sacar $15,000?”, expresó Román.

El cheque del seguro social es el único ingreso que recibe el matrimonio.

Hace cerca de cinco meses que el Gobierno Municipal instaló los postes para el tendido eléctrico. El resto de la infraestructura la pondrá la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) con una inversión de $16,000, según se informó.

“Ahora falta que pongan los cables pero, cada vez que se va al Municipio, dicen que en dos semanas la ponen y en dos semanas se ha quedado”, dijo la residente. “Yo digo: ‘Dios mío, que pongan la luz porque ya es tiempo’”, agregó.

La familia Torres Román, compuesta por doña Widelvinda y don Juan Antonio, así como su hijo y la esposa, aprovecha la luz del sol para iluminar la casa y tiene una generadora de energía que sólo enciende durante contadas horas al día para mantener alimentos refrigerados.

Ésa es otra lucha, según explicaron los residentes, porque para evitar que les roben “la planta” cuando no la usan tienen que guardar la pesada máquina dentro de la casa y, cuando la vuelven a utilizar, tienen que sacarla lo más retirado que puedan para evitar la intoxicación por los gases que genera.

Sin la generadora no pueden estar porque la nuera de doña Widelvinda necesita unos medicamentos que tienen que mantenerse bajo refrigeración.

Estas familias tuvieron problemas también para que les instalaran el servicio de agua, pero luego de varios años, la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados realizó la obra.

“Usábamos agua de un pozo que hay aquí”, señaló don Juan Antonio sobre cómo obtenían este servicio esencial.

La familia cuenta con el permiso de construcción de lo que antes era la Administración de Reglamentos y Permisos (ARPE).