Más del 25% de los hidrantes que utilizan los bomberos para extinguir incendios en Puerto Rico están inservibles o necesitan algún tipo de reparación mínima.

Alrededor de la Isla, se han contabilizado un estimado de 32,246 bombas de agua, cifra que aumenta según el desarrollo de proyectos comerciales o de vivienda. De estos miles, 2,164 están completamente inservibles y otros 6,000 necesitan algún tipo de reparación, acorde a la inspección más reciente que efectuaron bomberos a principios de mayo, según confirmó Luis Ortiz, vicepresidente de operaciones de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA).

Es decir, estos 2,164 hidrantes necesitan ser reemplazados en su totalidad porque la infraestructura ya no tiene uso.

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Según el presidente del Sindicato de Bomberos Unidos, José Tirado, el que un bombero se encuentre con un hidrante que no esté en funcionamiento en medio de una emergencia “no es muy nuevo”.

“Eso nos sucede en múltiples ocasiones”, confesó en entrevista con Primera Hora. “Es altamente peligroso”, reiteró.

El comisionado Josué Iván Piñeiro Torres, por su parte, admitió que “pudiera darse el caso” de que un bombero se encuentre un hidrante inservible durante una emergencia, máxime por la falta de presión de agua, pero “eso no impide que apaguemos el incendio”.

“Si estamos en un pueblo, y hay un fuego en una residencia, el pueblo vecino siempre llega, también tenemos camiones cisternas. Eso no va a afectar a que nosotros podamos hacer nuestro trabajo”, recalcó confiado en sus esfuerzos como jefe de la agencia para aumentar el personal y evitar futuras tragedias.

Incluso, Tirado señaló que, en ocasiones, el asfalto de las carreteras afecta los hidrantes, pues los trabajadores que aplican el material pueden tapar los tirafondos, una llave que pasa de la tubería principal de agua al hidrante. Al estar cerrada y asfaltada, “no hay forma” de extraer el agua de la bomba, convirtiendo el hidrante en uno “inservible”.

Ortiz, mientras tanto, dijo no conocer de situaciones de esta índole.

“Desde mi silla, no me he enterado. Pudiera haber ocurrido y no tengo el dato. Pero, sí le puedo decir que nosotros, Acueductos, tenemos camiones cisternas contratados privados y camiones de nosotros y ante esos escenarios estamos disponibles”, comentó concordando con Tirado y Piñeiro Torres de que el Negociado de Bomberos de Puerto Rico adquirió 14 camiones cisternas el año pasado para asegurar la extinción exitosa de incendios, independientemente del estado del hidrante.

Por otro lado, otras 6,000 bombas de agua funcionan, pero necesitan algún tipo de mantenimiento, desde pintura hasta simplemente abrir una válvula.

Si con una reparación operacional los hidrantes aún tienen vida útil, no se reemplazarían. El cambio no está relacionado a edad de infraestructura, sino a condiciones operacionales.

“En términos de su vida útil, va a depender de esa inspección. No importa cuánta edad tenga ese hidrante, mientras funcione, se mantiene”, comentó Ortiz.

Las inspecciones

Para evitar sorpresas desagradables, el Negociado de Bomberos de Puerto Rico y la AAA han desarrollado una colaboración donde la agencia pública adiestra a bomberos para inspeccionar la utilidad de los hidrantes. Tirado indicó que, durante el 2025, conoce de la inspección de hasta 6,000 hidrantes, de los cuales entre el 8% al 10% están defectuosos.

“Como inservibles pueden pasar varias cosas”, explicó, por su parte, Ortiz. “¿Qué va a mirar un inspector de Bomberos? Pues, primero que contenga agua, que abramos el hidrante y contenga agua; y segundo, que el cuerpo del hidrante esté deteriorado de tal manera que esté agrietado o roto y cuando el agua llega, pues se va a perder y no va a hacer función. Esos son las dos principales situaciones que va a mirar ese inspector para categorizarlo como inservible”, continuó.

“Una vez (se redacta) este reporte de Bomberos que se categoriza como inservible, entra a esa plataforma para crear una orden de trabajo. Va a comenzar como una orden de trabajo de intención sobre el campo para validar por qué está inservible y de ahí se determina si es una situación seria como un reemplazo. En nuestros almacenes nosotros tenemos piezas de repuesto, se hace la gestión y se reemplaza”, agregó.

Aunque Ortiz aseguró que el cambio de hidrantes inservibles es un asunto que se trata con “prioridad”, admitió que se puede aplazar, dependiendo en el lugar dónde esté ubicado la bomba de agua, pues en regiones con más actividad comercial y de densidad poblacional, como los municipios de la región metro, se dificulta.

Es, precisamente, en la región metro, dijo Tirado, donde más consistentes son las inspecciones. Sin embargo, el mantenimiento y reemplazo es “bastante lento”, comentó al opinar que debería existir una brigada específica dedicada a la inspección y cuidado continuo de esta infraestructura “de manera que cuando tengamos emergencia, lo tengamos disponible para operación”.

“Se reporta esta información recolectada en campo y de ahí nosotros atendemos esos reportes y, eventualmente, vamos sobre el campo a atender cualquier situación de algún hidrante que no funcione, o de alguna mejora que requiera para ponerla en función”, comentó Ortiz.

El reemplazo de un hidrante puede ascender a $10,000, dinero que está incluido en el presupuesto de la agencia pública.

En un documento de ocho páginas con fecha del 30 de mayo y firmada por el presidente de la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) Arthur González, el presupuesto aprobado para este año fiscal fue de $2,023,156,000, suma que incluía $1,177,369,000 de ingresos operacionales y $845,787,000 de mejoras de infraestructura, como los hidrantes.

“Los hidrantes son de Acueductos. Ellos son los responsables de darles mantenimiento y rectificarlo y tenerlos en buenas condiciones, para que cuando haya emergencias, los bomberos puedan conectarse a esa tubería y llevarle agua del hidrante al camión de bomberos”, reiteró Tirado.