Con sueños que alzan vuelo: Ellas le meten mano a la aviación
Este año, el instituto especializado PRAMI tiene 11 mujeres entre sus estudiantes.
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Fajardo. Las mujeres se han ido abriendo paso cada vez con más fuerza en espacios que fueron visualizados poco habituales para ellas.
Y la mecánica de aviación no es la excepción, como lo refleja el hecho de que este año el Instituto de Mantenimiento de Aviación de Puerto Rico (PRAMI) cuenta con 11 féminas estudiantes en su matrícula.
Este grupo de mujeres constituye una cifra inusualmente elevada para PRAMI, una entidad localizada en Fajardo que es uno de los cinco institutos tecnológicos adscritos al Departamento de Educación, en este caso especializado en mecánica y mantenimiento de aeronaves.
Y el denominador común de todas ellas, cuyas edades oscilan entre los 17 y los 29 años, es su evidente pasión por esa mecánica de aviación.
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“Nosotras pertenecemos a PRAMI, es la única universidad acreditada aquí en Puerto Rico en mecánica de aviación”, afirmó Shara Nicole Rodríguez Filomeno, con evidente orgullo, mientras hablaba en nombre del grupo.
¿Cómo lo estudian?
La joven loiceña explicó que en PRAMI reciben los cursos que se conocen como “general”, “airframe” (estructura de la aeronave, incluyendo fuselaje, alas, cola y tren de aterrizaje) y “powerplant” (sistema de propulsión).
“‘General’ es donde se nos provee lo que es la parte general del avión, lo que es mecánica, lo básico, matemática, física, las partes de fuselaje del avión, el ala, lo que es ‘weight and balance’ (peso y balance), qué fuerzas son las que actúan en el avión para que él pueda mantenerse en el aire, y todo lo demás relacionado a la estructura del avión. Y luego de eso pasamos a lo que es ‘airframe’ o ‘powerplant’”, explicó.
“Realmente, lo que aquí te están enseñando es todo el funcionamiento, cómo se pueden arreglar, cómo el piloto va a usar el avión, en qué circunstancias el avión puede servir de diferentes maneras”, agregó la también estudiante Beatriz Cantellops López.
“‘Powerplant’ se concentra totalmente en el motor, el motor recíproco de pistones, o motores de turbina, cómo funciona, como prende, cómo se intenta salvar; y en ‘airframe’ es estructura, todo como tal de instrumentos, uno va a saber cómo se leen, cómo el piloto te va a decir, ‘mira, encontré tal problema’. O sea, hablar como lo dice la aeronáutica, para ver cómo se manejan los aviones, cómo mantenerlo estable en el aire”.
Para esa labor, PRAMI cuenta con varias aeronaves pequeñas y partes de aviones de mayor tamaño, donadas por diferentes empresas y aerolíneas.
“Tenemos un Cherokee, un Azteca y un King Air, y entiendo que el avión nuevo también es otro Azteca… los helicópteros también, pero más se concentran en los aviones”, comentó Shara, aclarando que esos son aviones relativamente pequeños, de seis pasajeros, “con motores recíprocos, que son motores de pistones, como los de los carros”.
El curso que reciben toma en promedio dos años y medio o tres, según las circunstancias de cada estudiante.
¿Qué se necesita?
Para entrar a PRAMI, se necesita haber completado el cuarto año de escuela superior, tomar el “college board”, y un promedio de admisión de 3.0 puntos o más. Además, tiene que pasar un examen escrito y una entrevista.
Se admiten 25 estudiantes al año, por ahora, pues PRAMI tiene planes de ampliar su oferta.
Beatriz indicó que cuando evalúan el “college board” miran específicamente el desempeño en matemáticas e inglés.
“Tienes que tener un inglés intermedio o avanzado, porque todo el instituto se maneja en inglés. Clases, exámenes, los profesores, los libros, totalmente todo en inglés”, expresó.
“Mi experiencia personal, a mí me gusta mucho lo que es la aviación. Me inclinaba más por piloto, pero se me hizo un poco cuesta arriba y me decidí entonces por mecánica de aviación. No se me hizo fácil, por el hecho del primer idioma. Nosotros vivimos en Puerto Rico y el idioma principal es español. ‘So’, tuve que coger clases de inglés. De primera intención no fui ingresada al instituto por ese problemita. Luego logré aprender el inglés y nuevamente intento ingresar, y ocurrió”, agregó Shara.
“Hay igualdad”
En cualquier caso, contrario a lo que solía ocurrir año tras año, ahora destaca la cantidad de estudiantes mujeres en PRAMI, que actualmente también está bajo la dirección de una mujer, Charlotte Pagán Rojas.
“Este año es donde más chicas hay, anteriormente hemos sido poquitas, cuatro, tres”, comentó Shara. “Pero, en cuestión de los compañeros, que la mayoría son varones, pues nos hemos acoplado, como que nos hemos juntado, como que no hay eso de que ‘esto es de varones, y tú como eres niña’, no. Es como que nos hemos juntado y nos ayudamos mutuamente, hay igualdad”.
“En mi caso, me gustaría decir que me siento bienvenida en este lugar. No tiene nada que ver con si es de hombres o mujeres. Nosotras estamos aquí porque es algo que, genuinamente, nos interesa, como le puede interesar a cualquier otro hombre”, afirmó Amalys Ramírez Torres, una de las más jóvenes del grupo. “Somos compañeros. Básicamente, no hay distinción”.
“Nos tratamos por igual, trabajamos igual, trabajamos en equipo. Realmente, cada grupo que se forma y cambia, siempre el grupo termina siendo unido. O sea, no importa cuál es la cantidad de mujeres que hay. Realmente, siempre está unido”, agregó Beatriz.
“Y hay balance. No es como que estamos todas las nenas juntas. No. Como que siempre hay esa unión. Ahora mismo, estoy trabajando en lo que es el King Air, en la parte de ‘rigging’, del elevador del avión… soy yo con un varón, y siempre estamos como que juntos”, insistió Shara.
La loiceña atribuye esa mayor participación femenina al hecho “de que nos hemos dado a conocer un poco más”.
“Las mujeres en esta época es como que estamos, nos estamos dejando sentir... estamos presentes. Y pienso que es todo eso, la evolución que ha ido habiendo en la época, que las mujeres, pues ok, vamos a olvidarnos de que nosotras estamos encajonadas en un sitio, y si me gusta esto, allá voy, voy por él”, afirmó.
Más allá de la mecánica
“Y aquí no solamente hay gente que ya se graduó de ‘high school’ recientemente, hay gente que también tiene 38, 28 años, que tienen familia, que no solamente es para los jóvenes, que también los mismos adultos pueden estudiar”, agregó Amanda Ortiz Morales, otra de las más jovencitas del grupo, y quien a sus apenas 17 años tiene la distinción de también ser piloto.
Según explicó la jovencita de Yabucoa, su interés por la aviación comenzó gracias a su papá, que siempre quiso ser piloto, pero nunca tuvo la oportunidad.
“Y pues él siguió, cuando me tuvieron a mí, él siguió viendo videos de aviones, me llevaba al aeropuerto y, no fue algo forzado, fue algo que yo vi que a él le interesaba y como que me dio más curiosidad de investigar, y poco a poco, durante los años, cuando cumplí los 16 años, mi papá conocía de un programa que me ayudó a meterme a lo que es la aviación como tal. Allí me dieron los módulos que me explicaron las bases, y me dieron información de una academia donde en tres semanas te enseñan a volar un avión y puedes llegar a tener tu propio primer vuelo sola, o solo. Y ahí fue donde vi que de verdad eso es lo que yo quiero ejercer, que quiero volar un avión”, relató.
Sin embargo, sostuvo, “cuando vi que como tal no es un grado universitario, que solamente es una licencia, y que como que quiero algo más allá de volarlo, que cuestión de que, si se me daña, pues como le digo, contra, la mecánica no vendría mal”.
Entonces, durante una orientación de universidades en su escuela, “vi que había una mesa con un avión. Yo dije, ‘contra, un avión, aquí’. Y pues me acerqué, busqué más información, me dijeron ‘hay una casa abierta’. Y yo originalmente, como soy una persona que es muy dedicada a los estudios, no quería venir porque no quería perderme lo de la escuela, pero mi papá me dijo, ‘no, tú eres la que vas a ir. Pues ve’. Y yo fui. Me orientaron, vi todo, y quedé encantada como una nena que acaba de llegar a Disney”.
“De verdad, cada vez que yo paso por aquí me siento tan feliz cada vez que veo los aviones y los helicópteros. Y cuando están enseñando algo en el salón de verdad que me siento muy feliz”, insistió Amanda. “Estoy cumpliendo mi sueño y el de mi papá. Mi papá cada vez que yo llego a casa él, ‘cuéntame, ¿qué aprendieron?’”.
En resumen, el mensaje de estas chicas es claro para cualquiera que, como ellas, sienta que le apasiona la mecánica y la aviación.
“Yo a todas esas personas les digo que vengan. Que lo intenten a ver si es algo que genuinamente les gusta. Porque hay mucha gente que termina estudiando algo que no les gusta. Entonces, si genuinamente tienen este interés, vengan porque aquí van a ser bienvenidos”, afirmó Amalys.
“Y específicamente si me quiero dirigir a las mujeres, si hay alguna por ahí que tiene miedo de entrar, pues como ya hemos dicho, aquí somos un equipo, no hay distinción, somos iguales. Inténtenlo, y olvídense de lo que les vaya a decir su familia, olvídense de lo que piense todo el mundo, porque esta va a ser su carrera por toda su vida. Y no hay peor cosa que levantarse todas las mañanas y decir, ‘ay, tengo que ir a trabajar y no quiero porque mi trabajo no me gusta’. Así que, vengan”, agregó.