“Esta carta abierta es para todos nuestros clientes que nos han apoyado por los pasados años. Debido a la difícil situación económica que afecta todos los comercios locales de Puerto Rico y en especial al pueblo de Humacao hoy hemos decidido poner un cierre parcial a nuestras operaciones de Café Renacer. Esta noticia nos entristece demasiado, pero la merma de los clientes y los altos costos operacionales en adición a los nuevos costos por la pandemia no nos permite mantener la operación efectiva de nuestro establecimiento”.

Así comienza el conmovedor mensaje que la comerciante Shaira Delgado Ortiz, propietaria de la cafetería Café Renacer- ubicado hace tres años en el casco urbano de Humacao- compartió con sus clientes a través de la red social de Facebook.

El pasado martes -cuando dio inicio la segunda fase de reapertura económica en el país en medio de la cuarentena impuesta por el gobierno como medida cautelar para frenar los contagios de la COVID-19- Shaira reabrió su negocio con la esperanza de recuperar a sus clientes y de aliviar la carga económica que arrastra desde hace dos meses cuando tuvo que cerrar de forma abrupta el restaurante dedicado a vender desayunos y almuerzos.

La quinta orden ejecutiva permitió una flexibilidad en las operaciones de algunos negocios, incluyendo los restaurantes, los cuales pueden abrir sus comedores a comensales siempre que mantenga la capacidad de ocupación en un 25%.

Pero la historia no fluyó como planificada para la madre soltera de tres niños que tuvo que tomar la difícil decisión de poner candado nuevamente al establecimiento, pues las ventas generadas en los pasados días no compensan los gastos operacionales.

“Pensé que con la nueva orden ejecutiva de la gobernadora iba a ver más comercios abiertos y que era una gran oportunidad para reabrir, pero realmente fue devastador… no llegaron casi clientes. Hice una inversión de apertura de $800 y no tuve ni $300 en ventas”, lamentó quien optó por donar todos los alimentos que quedaron a un hogar de rehabilitación del municipio.

Como todo comerciante tuvo que cumplir con una autocertificación en el Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH) e implantó un protocolo de salud y seguridad que la obligó a invertir también en productos de higiene y protección para el local y para sus dos empleados. También carga con los gastos de renta, agua y luz de un comercial que no le ha generado un solo centavo por más de 73 días.

En su afán por echar pa’ lante el negocio llamó a algunos clientes para informarle sobre el retorno, pero la respuesta a cambio fue desalentadora: “me dijeron que les encanta la comida y que es deliciosa pero que, realmente, no es costoefectivo comprar comida en la calle o que les hiciera ‘delivery’. La situación no se los permite”.

El mercado de Café Renacer lo componen empleados gubernamentales y de escuelas e institutos que no han reiniciado labores a causa de la pandemia o están trabajando remoto desde sus hogares. “Lo otro que tengo cerca es el Centro de Diagnóstico y Tratamiento (CDT) de Humacao, donde actualmente están las carpas para hacer las pruebas de coronavirus y eso puede ser otro factor para que la gente no llegue. A lo mejor asocian que al lugar pueden estar llegando enfermos y prefieren no venir. De verdad que no sé qué puede estar ocurriendo”, expresó al agregar que los dueños de otros negocios de comida cercano no han podido reabrir, incluidos un cafetín y un carrito de venta de hotdogs.

“No he hecho el cálculo total todavía, pero es mucho el dinero perdido”, sostuvo a Primera Hora la comerciante que solicitó el beneficio de desempleo por la pandemia y otros incentivos que utilizó para la reapertura del negocio que no prosperó.

En días recientes, Ramón Leal, expresidente de la Asociación de Restaurantes de Puerto Rico (ASORE), expresó a Primera Hora que no debe haber dudas de que las pérdidas en la industria son gigantescas.

“En un censo realizado la semana pasada, y en el que participaron 166 empresas, el consenso del grupo es que las pérdidas de ingresos desde que empezó el ‘lockdown’ hasta este momento supera el 75%.

Este no es el primer cantazo que recibe Shaira como comerciante, pues en el 2017 el huracán María destrozó un negocio de comida que tenía en Humacao desde el 2012.

“Tenía también una cafetería y se me cayó completa con el huracán…. ahí fue que decidí emprender nuevamente y me ubiqué en el otro lado donde poco a poco me levanté con Café Renacer”, sostuvo.

Según Jorge Argüelles, presidente del Centro Unido de Detallistas (CUD), la segunda fase de reapertura -incluyendo a pequeños y medianos comerciantes- es un proceso importante porque hay gran preocupación de que entre un 20% a 25% de los negocios cerrados en la isla no vuelvan a abrir. Se estima que en Puerto Rico hay 45,000 establecimientos de pequeños y medianos comerciantes. Este grupo genera el 80% de los empleos dentro del sector privado y el 60% a nivel de toda la isla, sostuvo.

“Quizá este cierre no sea permanente. Eso espero. Pero para eso debo hacer negociaciones con la dueña del local porque ahora mismo los costos operacionales sobrepasan las ventas y no tengo dinero para seguir invirtiendo en algo que no está funcionando… además, se están yendo los ahorros”, explicó.

Con un poco de optimismo, Shaira piensa en el futuro y se visualiza levantando nuevamente su fonda.

“Esperamos que cuando todo este proceso, al cual llevamos meses adaptándonos, vuelva a su normalidad estaremos RENACIENDO y brindando nuestros nuevos rumbos. Quiero manifestarles todo mi agradecimiento por todo su apoyo durante los pasados años. Esto no es una despedida si no un hasta pronto…”, culminó su post en Facebook Shaira demostrando el mismo optimismo que tuvo en otras crisis anteriores.