Con tan solo 7 años de edad, Sebastián Bellavista Claudio, se ha convertido en todo un héroe pues le salvó la vida a su amada abuela materna.

El 20 de diciembre Sebastián salió al mediodía de la escuela y se fue a casa de su abuela, Norma Iris Figueroa, de 73 años de edad, lugar donde vive temporeramente junto a su familia, mientras reparan su hogar, el cual sufrió daños por el huracán María.

“Era mi último día de clases y por eso salí temprano. Abuela se puso a limpiar con la manguera los alrededores de la piscina y yo me puse a ayudarla con la escoba. De pronto, ella se enredó con la manguera y se cayó a la piscina cerca donde hay un banco de cemento. Esperé diez segundos, los conté, y como no salía y solo hacía como burbujas, me tiré a la piscina. La agarré por las axilas y, poco a poco, logré llevarla hasta la orilla. Ella reaccionó y se sentó y empezó a vomitar mucha agua. No sentí miedo ni me puse nervioso. Solo sentí felicidad de ver que mi abuela estaba viva”, relató el niño.

Sin pensarlo dos veces, enseguida Sebastián fue a pedir ayuda a casa del vecino. “Toqué la puerta de nuestro vecino, el doctor Israel Ayala, quien trabaja en Centro Médico, pero no estaba. Le conté a la señora que abrió, lo que había pasado. Ella se llama Sonia, y cogió su celular -pues el de abuela se había mojado en la piscina y estaba dañado- y fue conmigo hasta nuestra casa”, narró Sebastián. 

Llamaron a toda la familia. “La primera en llegar fue titi Arlen, la hermana de mi mamá, que es doctora. Chequeó a abuela, le cambió la ropa y se la llevó al hospital”, recordó. 

Contó la abuela de Sebastián, Norma Figueroa, que la piscina de su casa es de tan solo cuatro pies. (david.villafane@gfrmedia.com)
Contó la abuela de Sebastián, Norma Figueroa, que la piscina de su casa es de tan solo cuatro pies. (david.villafane@gfrmedia.com)

La abuela estuvo tres días hospitalizada por varios traumas que tenía en el cuerpo, en los hombros, en las costillas y en las piernas y, además, le diagnosticaron pulmonía química, pues tragó mucha agua de la piscina con alto contenido de cloro.  Actualmente, a un mes de este accidente, Norma Figueroa continúa en tratamientos médicos con varios especialistas como consecuencia de los daños que sufrió ese día. 

Para esta abuela, que comenzó a vivir de nuevo gracias a que su nieto le salvó la vida, Sebastián es un niño muy maduro e inteligente. “A su corta edad, tuvo la iniciativa de tirarse a la piscina a salvarme. Es increíble cómo reaccionó”, aseguró.   

Contó Norma Figueroa que la piscina de su casa es de tan solo cuatro pies, pero que al caer dentro del agua, ella recibió un golpe fuerte y quedó inconsciente. “En un momento dado sentí que moría. Al despertar estaba atontada, sin fuerzas, no sabía dónde estaba. En eso, sentí que Sebastián me estaba agarrando por las axilas y llevándome hacia la orilla. Recuerdo que, casi sin fuerzas, le dije: ¡No te ahogues tú! y me dijo: tranquila mamita que ya estamos saliendo. De verdad que no fue fácil. Una muerte por ahogamiento tiene que ser horrible. Si Sebastián no hubiese estado ahí, la historia sería otra”, recalcó la abuela.

Los padres de Sebastián, Liza Claudio y Carlos Bellavista, están muy orgullosos por la manera cómo actuó su hijo.

Sebastián Bellavista Claudio con sus padres, Liza Claudio y Carlos Bellavista. (david.villafane@gfrmedia.com)
Sebastián Bellavista Claudio con sus padres, Liza Claudio y Carlos Bellavista. (david.villafane@gfrmedia.com)

“Este domingo, el grupo de voluntarios FREMS (First Response Emergency Services) le va a hacer un homenaje a Sebastián, en los predios de Rescate Aéreo en el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín. Este es un grupo de voluntarios de bomberos, paramédicos y médicos, al que yo pertenezco, y que atendemos emergencias médicas en el área metropolitana y áreas adyacentes”,  dijo Bellavista. 

Según el padre, desde que su hijo es pequeño sabe nadar y, además, se ha criado en un ambiente donde hay un plan de contingencia para todo. “Yo soy paramédico y, a veces, cuando voy a trabajar de voluntario a FERMS, él me acompaña y se pone a ver los vídeos que yo hago para FERMS TV, de los diferentes rescates y emergencias que atendemos. Él es un niño muy maduro y me pregunta mucho”, subrayó.

En esas conversaciones entre padre e hijo, el padre le habla sobre cómo hacer rescates en piscinas, cómo parar un sangrado, cómo y cuándo marcar al 9-1--1, entre otros y, sobre todo, la importancia de mantener la calma en una emergencia.

“Papá rescata vidas en la calle. Él me ha enseñado casi todo. Él me dijo lo de las axilas y cómo llevar a una persona a la parte menos honda cuando la rescatas en una piscina. También me enseñó que, enseguida, había que salir a buscar ayuda. En el momento que abuela se cayó, me acordé de todo lo que me enseñó mi papá y lo hice exactamente perfecto”, sostuvo el niño. 

Afirmó Bellavista, que su hijo manejó la emergencia como debía hacerlo. “Es importante que los padres les enseñen a sus hijos cosas que deben hacer ante una emergencia. Nunca uno sabe en qué momento puede suceder un accidente”, reconoció.  

Para Liza Claudio, su hijo Sebastián es un niño que para su edad, es muy maduro. “Él no lo pensó dos veces. Actuó como se le había enseñado. Se tiró a la piscina e hizo lo correcto. El golpe que recibió mi mamá fue serio, estuvo a punto de ahogarse. Si Sebastián no la hubiese rescatado, ella no estuviera hoy aquí con nosotros”, precisó.

Sebastián aseguró que se siente muy feliz de haberle salvado la vida a su abuela. “Ella es muy buena conmigo y yo la quiero mucho. Cuando sea grande quiero ser paramédico como mi papá, para salvar muchas vidas, como le salvé, el 20 de diciembre, la de mi abuela”, puntualizó.