No ha terminado la pesquisa que hace la Fuerza Aérea de los Estados Unidos del accidente de un avión de la Guardia Nacional Hércules WC-130, que se estrelló con nueve militares puertorriqueños a bordo a pocos minutos de despegar del aeropuerto internacional Hilton Head en Savannah, Georgia, el 2 de mayo. 

El oficial de Asuntos Públicos de la Guardia Nacional de Puerto Rico (GNPR), Luis Orengo Román, indicó que la investigación, que podría extenderse más allá de los 90 días por su complejidad, sigue su curso.

Reiteró que una vez concluya, serán los familiares de las víctimas quienes serían notificados primero sobre los hallazgos, luego se revelarían los resultados a ese cuerpo militar y después se haría público. 

“Esperamos que con los resultados de la investigación en cierta medida podamos cerrar este capítulo trágico para sus familias, para nosotros y para el pueblo de Puerto Rico”, dijo Orengo Román, quien agregó que la Fuerza Aérea conduce dos pesquisas paralelas.

Una la lleva a cabo un Panel de Investigación de Seguridad, que va dirigida a identificar y prevenir accidentes futuros implementando los cambios que sean necesarios. 

La otra la hace el Panel de Investigación del Accidente, cuya responsabilidad será determinará las causas. 

Ambos paneles están integrados por expertos, oficiales de alta jerarquía y personal experimentado con esa nave, que incluyen mecánicos, pilotos, y especialistas en los diferentes componentes quienes estarían a cargo de examinar los restos, los expedientes de mantenimiento y las entrevistas de los testigos, entre otras funciones. 

El accidente ocurrió luego de que el avión militar, cuyo fuselaje fue construido en el 1965, despegó del aeropuerto con destino a Tucson, Arizona, para ser retirado de su operación luego de estar todo abril en reparaciones en la base de Savannah.

Pedro Sanabria, amigo del teniente segundo David Albandoz, copiloto de la nave, le reveló a Primera Hora que el militar no quería abordar la nave por su mal estado.