Roberto Medero contó esta noche, todavía incrédulo, cómo él y su pareja, Michelle Rodríguez lograron sobrevivir milagrosamente a un accidente en el expreso Baldorioty de Castro, en Carolina, luego que les lanzaran un pedazo de concreto cuando transitaban por la vía la noche del sábado.

Afortunadamente, en el carro no iba su hijo de un año con siete meses, a quien habían dejado al cuidado de la abuela paterna, siguiendo el protocolo de la pandemia.

Michelle recibió el impacto del peñón en el rostro y la joven de 21 años, permanecía recluida esta noche en la Unidad de Trauma del Centro Médico en Río Piedras, donde le suturarían una herida en la boca, pero se encontraba en buen estado, según relató Medero a Primera Hora.

“Michelle está estable, se está recuperando. Todavía la tenemos en emergencia, pero ya se está recuperando”, expresó Medero, quien también recibió heridas leves en algunos dedos, pues el cristal delantero del Chevrolet, Lumina, que conducía su compañera, explotó con el impacto.

“Ella puede hablar a pesar de que tuvo su situación con su boca, puede contestar preguntas. Perdió dos dientes y tiene uno que hay que restaurarle”, detalló Medero, en entrevista telefónica.

El joven de 20 años relató que la noche del sábado fueron a comprar unas cosas a un supermercado y como “no encontramos lo que buscábamos, íbamos para Walmart de Escorial cuando ocurrió, lo que ocurrió”. Dijo que eran cerca de las 9:10 de la noche y que el confuso accidente ocurrió a la altura de la Avenida Fragoso, en el expreso Baldorioty.

“Íbamos por el carril de la derecha, Michelle estaba guiando, escuchando música y yo iba mirando el teléfono cuando escucho un ruido y el cristal del frente sonó como que se había explotado. Me cayeron pedazos de vidrio y cuando veo a Michelle estaba inconsciente y el carro empieza a desviarse. Yo cogí el volante para maniobrar, pero no alcanzaba los frenos”, narró Medero.

Dijo que tratando de controlar el vehículo se topó con una guagua gris que no se detuvo y luego impactaron una valla en la parte izquierda de la avenida. “Gracias a esa valla que nos detuvo. Yo tuve que reaccionar para poder salvarnos porque si no, no estaríamos contándolo. Estamos vivos de milagro, eso fue Dios, no podría decir otra cosa… La libramos de milagro y se salvó mi nene que se quedó con mami”, expresó el joven carolinense.

“Cuando pude salir del carro me bajé a gritar, un tipo me gritó que cerrara la puerta y después se paró otro que preguntó y también siguió. Ninguno me dio la mano y yo no sabía lo que había pasado. Si ves un cristal explotar, pues lo primero que pensé fue un tiro. Ella convulsionaba y francamente pensé que era un tiro. En ese momento yo no sabía que el peñón lo tenía Michelle en los pies”, contó.

Dijo que posteriormente, llegó una patrulla y después, llegaron más policías. “La primera versión que yo le di a los guardias es que yo creía que era una bala perdida”, sostuvo Medero.

En medio de la confusión indicó que “uno de los guardias llegó a pensar que Michelle tenía un tiro en el hombro, pero no. Yo vine a ver la piedra cuando se la llevaron a ella para emergencia. Ahí fue que caí en cuenta”, relató.

“Yo le diría a la gente que no salga de noche, llegué al hospital arrepentido de haber salido. Puerto Rico está fuera de control. No sé quién lo hizo y si lo hizo alguien porque siempre doy el beneficio de la duda, pero que las personas sepan que eso no fue broma, que atentar contra la vida de una persona no es un juego”, aseveró.

“Ya las cosas no están buenas. No quiero infundir un mensaje de temor y esto no es la primera vez que ocurre. Todavía no ha aparecido un culpable”, añadió el joven.

Dijo que ni él ni su compañera pudieron ver de dónde cayó el pedazo de cemento que impactó el cristal delantero del automóvil. “Era como una bola de concreto con roca de seis a siete pulgadas, como si hubiese sido sacado de escombros”, describió Medero, quien agradeció las muestras de solidaridad que ha recibido de sus compañeros de trabajo.

La joven fue atendida en la escena por paramédicos y transportada inicialmente al Hospital UPR en Carolina donde el doctor de turno le diagnosticó traumas en el rostro y la pérdida de los dos dientes centrales superiores siendo referida al Centro Médico de Río Piedras.

“Le van a hacer cirugía maxilofacial; está consciente”, indicó el director del Cuartel Carolina Norte, teniente Fermín González.

“Ya encontramos un pedazo de cemento similar al que se consiguió en el interior del vehículo en el que viajaba la pareja. Fue en el barrio Sabana Abajo, en el callejón Ortiz”, agregó González.

El teniente señaló que se presume que el objeto fue lanzado desde la cancha del sector, que queda contigua al expreso.

Dijo que, hasta el momento, no tienen sospechosos del delito y que el caso fue referido al Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Carolina.

En tanto, agregó que reforzarán la seguridad en el área y que encaminarán un esfuerzo de concienciación para impactar a los vecinos de allí. “Esta es la primera vez que sucede un incidente como este en este sector. Vamos a hacer un plan para evitar que vuelva a suceder; hablar con los vecinos... Tendremos más patrullas en el área, a ver si damos con los muchachos. Esto puede tratarse de gente joven que ni se imagina el daño que hace”, sostuvo el agente.

Esta historia de terror la han vivido muchas personas en la Isla que han sido víctimas de inescrupulosos, que en sus horas de ocio tienen como letal entretenimiento lanzar objetos contundentes, muchas veces desde puentes peatonales, a los autos que transitan por las vías públicas.

Una de esas víctimas es Lidia Pérez, quien hace 15 años fue golpeada en el rostro por un bloque de cemento que impactó su auto tras ser lanzado al vacío por un adolescente desde un puente peatonal en el expreso Baldorioty de Castro.

“La historia de esta joven (Michelle Rodríguez) fue mi ‘wake up call’ esta mañana (ayer). Siento una tristeza y una frustración bien grande al saber que este tipo de situación siga ocurriendo… cada vez que esto ocurre es como revivir la pesadilla. Y es frustrante, sobre todo, porque no vemos respuesta del gobierno en muchos factores. Hay impunidad por todas partes y son tantas las barreras que dan ganas de llorar”, dijo.

Bárbara Figueroa colaboró en esta historia.