Más de 300 microempresas que forman parte de los programas de capacitación empresarial del Centro para Puerto Rico han generado 426 empleos que – con el debido seguimiento – se convertirán en muchos más, anunció hoy la exgobernadora Sila María Calderón en la sede del Departamento de Desarrollo Económico (DDEC) en Hato Rey.

Entre las empresas que el Centro de Puerto Rico ha ayudado a establecer, en su mayoría producto directo del programa de Formación Empresarial para la Mujer, figuran numerosos ejemplos de personas que han convertido sus talentos en actividades sustentables y, por lo tanto, han generado sus propios empleos.

“Para Puerto Rico es importantísimo ese empuje de las mujeres y los hombres que quieren valerse por sí mismos y dejar a un lado la dependencia. Es fundamental, a todos los niveles”, puntualizó la exgobernadora.

“La recuperación económica de Puerto Rico es responsabilidad de todos”, acotó.

Según Calderón, los efectos socioeconómicos de un autoempleo o una microempresa superan por mucho un mero ingreso.

“Se combate el ocio, se reduce la dependencia gubernamental, permite la regularización de la actividad comercial informal, estimula el apoderamiento y la autoestima y – sobre todo – contribuye al desarrollo del capital social”, subrayó.

Rinde frutos

En el jardín interior del icónico edificio figuraban once muestras concretas de la diversidad de negocios que forman parte de esta iniciativa.

Allí estaba la creatividad sustentable de Felícita Vázquez, con Ecoprendas. “Me dedico a transformar en prendas que normalmente uno desecharía, el cartón, el papel de periódico, el plástico. Y trato de concienciar a las personas que si no tienen cómo reusar algo, que lo pongan en el canasto de reciclaje”, dijo Vázquez.

También dijo presente la dulce piña del País con el matrimonio de la química Ruth Pérez y el ingeniero Luis Almodóvar, quienes reinventaron sus carreras retornando a la Tierra desde 2009. Ese año, Luis comenzó sembrar piña cabezona en Lajas y ahora también cultiva la variedad hawaiana. Y desde 2013, su esposa Ruth desarrolló la línea Finca Doña Pupa de condimentos, dulces y hasta pico de gallo a partir del excedente de este valioso fruto.

Un camino similar ha seguido Carmen Umpierre, de Toa Baja, quien crea y vende productos variados a partir de parcha fresca, como pique, marinada para carne y postres.

Mientras, Yesenia Fernández, de ese mismo municipio, representaba el sector de servicios con su negocio de planificación de eventos "My Fab Event by Yessy".

Además, existen casos de negocios que han creado trabajo para otros. Por ejemplo, Ana Burgos de Aibonito emplea en su compañía de servicios de lenguaje de señas a 27 personas; Carmen Méndez, de Las Piedras, a otras 17 en su centro de terapias; e Iris Santiago, de San Juan, a 12 en su servicio de bienes raíces.

 Entretanto, aunque hay gran variedad de renglones económicos, el agro y la industria de alimentos son los que cuentan con mayor representación, en negocios repartidos por todo Puerto Rico.

 “Lo mejor es que se están creando negocios en todas las ramas”, observó de su parte Alberto Bacó Bagué, jefe del DDEC y anfitrión de la actividad.

 “Somos una economía diversificada, un ecosistema, y todas las áreas son importantes”, aseguró.

A la vez, admitió que aunque la política pública reconoce el potencial de desarrollo económico de las empresas pequeñas, “en la ejecución nos falta mucho por hacer y hoy tenemos aquí un buen ejemplo”. 

Según Bacó, la iniciativa ha llevado al Centro para Puerto Rico a convertirse en un socio del DDEC, al punto de que la Compañía de Comercio y Exportación, que dirige Francisco Chévere, “da prioridad a todo empresario que venga del Centro”.

 En esa línea, Calderón adelantó que tienen firmado un convenio para crear una incubadora empresarial en el casco de Río Piedras, con el apoyo del DDEC.

Lo próximo

La filántropa aprovechó la ocasión para anunciar un paso más allá en los servicios del Centro a los negocios emergentes: el Programa de Mentoría Corporativa.

Ese programa crea nexos de apoyo entre empleados de empresas privadas como Danosa, Metropistas, Wendco, Hewlett Packard, Walgreens y MMM, con microempresarios en capacitación o que buscan ampliar sus negocios.

“Hemos comprobado que el acompañamiento y el apoyo técnico son fundamentales para el desarrollo de una empresa. Un emprendimiento que recibe este tipo de apoyo tiene mayor probabilidad de éxito”, explicó Calderón.