Los signos que reflejaban que la población en Puerto Rico está envejeciendo se acentuaron en la reciente publicación de la Encuesta sobre la Comunidad de Puerto Rico del Censo para el periodo del 2017 al 2021, la cual da cuenta no tan solo de un acelerado aumento de adultos mayores que residen en la Isla, sino que cada vez son más los que viven solos, bajo niveles de pobreza y con alguna discapacidad.

El panorama llega en momentos en que se registra una baja poblacional a causa de la migración y la baja natalidad.

El cuadro no es alentador, según opinaron los demógrafos Alberto L. Velázquez Estrada y Judith Rodríguez, toda vez que el gobierno y los municipios no están preparados para atender a una población dependiente, que requiere cuidado especial, así como que se le provean más y mejores servicios de salud.

La Encuesta sobre la Comunidad, publicada ayer por el Censo, es el mecanismo estadístico principal para recopilar datos acerca de las características de la población y la vivienda para Puerto Rico.

Según se estimó, en la Isla había unos 3,311,274 residentes entre el periodo de 2017 al 2021, de los cuales 924,477 o un 28% son habitantes mayores de 60 años.

“De la población, tres de cada 10 son personas de 60 años o más”, explicó Rodríguez.

Para la Encuesta sobre la Comunidad realizada entre el 2012 al 2016, entretanto, había unos 3,529,385 habitantes, de los cuales 829,670 o un 24% eran habitantes de 60 años o más.

Cambia la composición del hogar

Velázquez Estrada, quien es gerente senior de Proyectos Estadísticos del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, destacó que el mayor impacto en esta transformación generacional se ve reflejado cuando se analiza la composición del hogar. Es que la nueva encuesta reflejó que cuatro de cada 10 hogares en 50 de los 78 municipios está conformado por una o más personas mayores de 65 años.

El resultado da un drástico salto en torno al impacto que tenían para el periodo de 2012 al 2016, ya que se reflejaba que tres de cada 10 hogares en solo 12 municipios tenían una o más personas mayores de 65 años, explicó el experto.

Detalló que los municipios de Las Marías, Naranjito, Comerío, Aguada y Corozal mostraron el mayor incremento en la presencia de adultos mayores en los hogares, con un cambio cercano o mayor a 10 puntos porcentuales.

“Esto lo que va es confirmándonos esa transición demográfica a un envejecimiento acelerado. Muchas veces se habla desde la perspectiva de la mediana edad. Pero aquí estamos viendo ya desde la perspectiva de lo que es el núcleo en el hogar, como tal. A medida que vaya acelerándose el envejecimiento poblacional, que ya es un hecho, ya no hay que hablar de que eso se ve en un futuro, está pasando en el presente, pues este tipo de hogar va a tener mayor presencia”, precisó Velázquez Estrada.

Pero, el cambio más “significativo” que destacó fue que “entre el total de hogares de Puerto Rico (1,196,790), el por ciento de hogares que tienen una o más personas de 65 años de edad o mayor aumentó de 35.1% a 40.6%”.

Específicamente, para el ciclo que cerró en el 2016 había 434,317 hogares con un adulto mayor o más, mientras que para el ciclo del 2021 subió a 486,421.

Velázquez Estrada mostró preocupación, ya que los puertorriqueños no están preparados para atender esta nueva composición del hogar.

“Se han hecho unos esfuerzos, verdad, de ciertos programas. Pero, esto ya está sucediendo y la rapidez con lo que está ocurriendo es lo que, por lo menos, desde mi punto de vista acá, yo como demógrafo, me lleva a pensar que no estamos preparados cabalmente para atender esta situación que vamos a tener en un futuro cercano, donde más de la mitad de las personas dentro de un hogar van a tener 65 años o más. Ya estamos llegando a esos porcentajes. Ese es otro aspecto, otro acercamiento distinto a lo que solíamos tener nosotros, que siempre permeaba más hogares de población joven, joven adulta, adulta como tal, no una población adulta o vieja”, manifestó.

Se destacó que esta población requiere de más servicios y atenciones, principalmente en el área de la salud.

“Prácticamente, el 41% de los hogares de Puerto Rico tiene un adulto mayor, con lo que conlleva ser adulto mayor en Puerto Rico. La necesidad primordial de un adulto mayor, cuando uno hace una encuesta, no hay duda que la mayor necesidad es en el área de salud y esos son los servicios más costosos”, afirmó Rodríguez.

“Estos datos presentan los retos del presente y de los próximos años tanto para el gobierno central como para los municipales. El incremento en la dependencia por parte de una población cada vez más envejecida constituye por sí solo un aumento notable de los recursos necesarios para satisfacer las necesidades de este grupo de edad en crecimiento. Un ejemplo de estas necesidades, es la demanda por servicios de salud, amas de llave y centros de cuidado diurno para adultos mayores con y sin algún tipo de demencia”, añadió.

Viven solitos

En este aspecto del hogar, la demógrafa Rodríguez le dio prioridad al hecho de que cada vez son más los viejos que viven solos. La encuesta que cerró para el 2016 identificó a unos 145,080 o un 11.7% las personas mayores de 65 años que tenían que valerse por sí mismas.

Para el 2021, la cifra aumentó a 175,328 o un 14.7%.

La mayor preocupación de la demógrafa es que la mayoría de los envejecientes que viven solos en la actualidad son mujeres. Es que, de los 175,328 hogares, unos 114,437 eran de féminas.

“Conforme van ganando en edad, es una población vulnerable y va a necesitar algún tipo de asistencia”, subrayó, al comentar que las mujeres requieren contratar personal para reparar las casas u otros servicios.

Rodríguez también prestó atención a otros panoramas que demarcaron cómo es esta la población envejeciente.

La encuesta alude a que el 38.5% de las personas mayores de 65 años viven en la actualidad bajo niveles de pobreza y el 47.6% tiene algún tipo de discapacidad.

“Son viejos que necesitan ayuda, por eso hay muchos familiares atendiendo familiares más viejos y ahí viene el agotamiento del cuidador y esta situación se va a seguir agravando. Nos vamos a encontrar con muchos problemas, con algún tipo de demencia, y no estamos preparados para tratar el envejecimiento”, explicó.

Otro aspecto que subrayó es que el 54.4% de las unidades de vivienda en Puerto Rico se construyeron en o antes del 1970.

“Son unidades de vivienda vieja que necesitan reparación. Muchas de esas viviendas, no hay duda, que la habitan personas de edad avanzada”, dijo Rodríguez.

El panorama, según los expertos, apunta a que es al gobierno y a los municipios a los que les tocará proveer asistencia a estos hogares con miembros envejecientes.

“No tenemos la infraestructura, no tenemos recursos humanos en el campo de la salud para lidiar con todos los problemas que trae consigo la vejez. Mucha gente con recursos económico podrá migrar del país en búsqueda de mejores recursos, pero muchos otros tendrán que quedarse a esperar tres meses o hasta un año por una cita médica con un especialista. Esa es la realidad”, puntualizó Rodríguez.