Peñuelas. En un domingo de verano, con el sol espléndido, un grupo de personas de distintos pueblos decidió encaminarse al sur, no para irse de chinchorreo o bañarse en una playa, sino para practicar la solidaridad.

“Mi esposa y yo estamos aquí como ciudadanos, en solidaridad con esta lucha a favor del ambiente, que está siendo maltratado por intereses económicos que no paran en sus ansias de tener más y más, no importa lo que les pase a los seres humanos que habitan donde ellos están haciendo sus movimientos económicos”, comentó Pedraza.

El frente ciudadano en contra de las cenizas tóxicas de carbón se reactivó la semana pasada cuando la empresa Applied Energy Systems (AES), ubicada en Guayama, reanudó el envío del material al vertedero Peñuelas Valley Landfill (PVL), operado por EC Waste en el barrio Tallaboa. 

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Escoltados por un contingente policiaco compuesto por cientos de efectivos y el helicóptero de FURA, AES pasó más de 150 camiones en cuatro viajes, dos de ellos nocturnos. Siete manifestantes fueron arrestados.

“En este país se ha inculcado el pensamiento de que existe la democracia, pero quedó explícitamente demostrado que vivimos en una dictadura, en un estado de sitio para todo aquel que quiera ejercer sus derechos humanos”, sostuvo Chevres Díaz, integrante del capítulo de jubilados de Prosol-Utier.

Chevres Díaz, de 58 años, fue al campamento a comunicar que la Cooperativa de Ciudad Universitaria en Trujillo Alto, donde reside, aprobó una resolución en apoyo a la lucha contra las cenizas de carbón.

Por su parte, Eric Martínez acudió con su hija y una amiga.

“Estamos en solidaridad con la gente de Peñuelas y de Puerto Rico. Esto es un evento que se repite. Se maltrata a través del estrangulamiento económico y también se maltrata a través de diezmar la salud ambiental de la isla”, expresó el hombre de 72 años. 

“Yo vengo a protestar con mucho amor por mi pueblo y en contra de los que ejecutan ese maltrato, que son estas compañías productoras de la contaminación con el beneplácito del gobierno ausente”, agregó Martínez.

El sacerdote Pedro del Valle, de la Iglesia Episcopal del Pueblo de Yauco, ha apoyado esta lucha reiteradamente y ayer volvió a decir presente en el campamento.

“El estar aquí presente implica dar apoyo a nuestras comunidades y tratar de salvarlas, y a su vez tratar de salvar a la humanidad. Estamos aquí para lo que la comunidad mande”, sentenció Del Valle.

La Policía vigilaba ayer la entrada al vertedero y no tenía efectivos en el campamento ubicado en la carretera PR-385.