En la continuación de la vista preliminar que se sigue contra Jonathan Román Burgos, imputado por supuestamente manipular el sorteo de la Lotería Tradicional del 7 de marzo de 2012, una vez más quedó evidenciada la manera laxa e informal en que se manejan los procesos de la Lotería.

Román Burgos, quien se encuentra preso, enfrenta cargos de apropiación ilegal agravada y fraude.

Ayer testificó Zoraida Correa García, la líder de grupo a cargo del área de los bolos y de la supervisión de la bóveda donde se guardan los materiales del sorteo.

Ante la jueza Elizabeth Linares Santiago, del Tribunal de San Juan, la empleada con 26 años de experiencia en la agencia declaró que informó verbalmente a sus supervisores de la pérdida del bolo número 06498 después que unos empleados que estaban bajo su supervisión le notificaran de su desaparación.

Pese a la importancia del suceso, no realizó la denuncia por escrito.

“Lo notifiqué verbalmente a mis supervisores Hiram Williams y María del Mar Velázquez al día siguiente o dos días después. La directora (Velázquez) me informó que ella se encargaba de los asuntos del sorteo, que me podía retirar”, apuntó a preguntas del fiscal Héctor Rivera Sánchez.

“Como ella me dijo que me retirara y que ella iba a tomar acción, yo confié”, agregó sobre la razón para no documentar el suceso por escrito.

No existe un récord claro que consigne las circunstancias en que se perdió ese bolo, pero Correa García y la ex directora auxiliar de la Lotería, Wanda Rodríguez Torres, quien se sentó como testigo previamente, declararon que el bolo se reportó como perdido luego del sorteo de la Lotería Extraordinaria del 15 de septiembre de 2011.