Doce horas después de que el efecto máximo del huracán Earl se dejara sentir sobre Culebra, los vientos del fenómeno todavía azotan, aunque en una intensidad mucho menor.

Según aclara el día, la mayor prueba del paso del ciclón por aquí la da la vegetación, con varias calles del casco del pueblo cubiertos por hojas y ramas.

El comportamiento del mar en la zona del muelle, que varió en su dirección, parece dar señales de que la navegación no sería viable por bastantes horas.

No obstante, ya algunos vehículos comenzaron a llegar hasta aquí quizá con la esperanza de atrapar un espacio en el primer ferry que llegue.

Los curiosos no se han hecho esperar.

Aunque se escucha el canto de algunos gallos, nubes grises con una rotación que podría indicar que son parte de las bandas de lluvia dejada por el fenómeno siguen tapando los cielos y evitan que los primeros rayos de sol iluminen como usualmente lo hacen a esta turística isla.

En el refugio, el conteo de personas anoche alcanzo las 52, aunque esta mañana permanecían allí unas 30.

Aunque el servicio de agua recuperó en la madrugada, el de electricidad sigue ausente desde alrededor de las 9:00 p.m. de anoche.