Se declara culpable.

María García González se declaró culpable por cada uno de los 14 cargos que pesaban en su contra por cometer fraude contra la compañía de ollas Lifetime, llenando contratos de compra falsos con información personal de ciudadanos con los que intervenía en sus labores como agente de la Policía.

Después de cumplirse un año desde que cometió los actos y la empresa Lifetime International Home Products recibió un facsímil anónimo que alertaba sobre las acciones ilegales de una de sus vendedoras, García González optó por declararse culpable ante el juez superior Aldo J. González Quesada del Tribunal de Primera Instancia de San Juan.

Su abogado, Guillermo Rodríguez Santiago, indicó que su clienta quería hacer alegación de culpabilidad por todos los delitos y recomendaba que las penas fueran concurrentes entre sí. La fiscal Deborah Benzaquen aclaró que no había un preacuerdo entre las partes, pero que el Ministerio Público no objeta que las penas sean concurrentes, y que podría cumplirlas en probatoria.

El juez la declaró culpable por los 14 cargos graves de tercer y cuarto grado por fraude, apropiación ilegal, falsificación de documentos y enriquecimiento ilícito al apropiarse de una comisión de $405 y de $12,318.82 en ollas.

“Son muchos cargos que son serios”, alertó el juez, quien dijo esperará por el informe presentencia para determinar si cualifica para probatoria y pautó la lectura de sentencia para el 25 de enero.

El contralor de Lifetime, José Rivera Aponte, destacó que lo positivo del caso es que “ya no puede ejercer de nuevo como agente del orden público”. Indicó que buscarán la restitución del dinero del que se apropió a través de un pleito civil.

La agente -suspendida y sin placa desde mayo- obtuvo los nombres y números de seguro social de sus “clientes” para llenar contratos de venta de ollas sin su consentimiento. La investigación de las autoridades encontró que consiguió los datos de uno de sus supuestos compradores al investigar un accidente, otro en un acto de carjacking, y un tercero al decomisar un arma. Los otros tres fueron de su cuñado, una vecina y otra señora que desconoce cómo obtuvo su información.