En un veredicto sorpresivo, en el que el jurado pareció no creer la versión del testigo estrella, halló culpable anoche, de asesinato en segundo grado a Moisés Mercado Flores, quien fue el primero de tres acusados en enfrentar juicio por el crimen del baloncelista Félix Javier Pérez, baleado cuando trató de evitar un escalamiento en la casa de un vecino en la urbanización Torremolinos, en Guaynabo, la madrugada del 21 de septiembre de 2005.

El jurado de siete mujeres y cinco hombres anunció el veredicto a eso de las 9:00 p.m., tras varias horas de deliberación.

A Mercado Flores se le rebajó de primero a segundo grado el cargo de asesinato y también el jurado falló en contra del acusado en un cargo de conspiración y en otro de tentativa de robo agravado. Sin embargo, lo absolvió de las cinco infracciones a la Ley de Armas que pesaban en su contra, de un cargo de apropiación ilegal agravado por el arma que le fue robada al baloncelista después de que fuera ultimado y en otro cargo de tentativa de asesinato contra la viuda, Sara Aponte Rivera.

La jueza superior Ivelisse Moyano Ares, de Bayamón, ordenó anoche su ingreso a prisión, lo refirió a la evaluación técnica sociopenal y fijó la sentencia para el próximo 3 de agosto.

La fiscal Vilmarie Rodríguez Pardo dijo que estaba satisfecha con el trabajo realizado y que pedirá una sentencia con agravantes por que “los hechos reflejan que se usó un arma”.

El convicto, de 18 años, se expone a una condena mínima de 25 años de prisión.

Por su parte, la viuda dijo que fue un veredicto mezclado. “Esta justicia es para él, para Félix Javier que ya no está y a nosotros nos toca defenderlo”.

El espigado ex integrante de la Selección Nacional, de 6 pies y 10 pulgadas de estatura y quien ayer hubiera cumplido 36 años, enfrentó a los tres asaltantes con una pistola Smith & Wesson Tactical para la cual tenía licencia, pero no se percató de que el arma no tenía balas.

El jurado se retiró a deliberar a las 11:30 de la mañana y al mediodía, pidió volver a escuchar el testimonio grabado del testigo estrella, Christian Molina Figueroa, uno de los acusados en el caso que se convirtió en testigo de la fiscalía a cambio de un acuerdo que le pemitiría una sentencia suspendida. Un tercer individuo, Aneudis Reyes Lamis, alias “More”, está pendiente de ser procesado.

Según el testimonio de Molina Figueroa, fue Mercado Flores el que haló el gatillo contra el baloncelista después de que éste les había dado el alto.

Molina Figueroa declaró a preguntas de la fiscal Vilmarie Rodríguez Pardo que después de que los tres salieron corriendo de la escena antes de huir en una guagua Durango azul que él conducía, le preguntó al acusado “¿le diste?” y éste le respondió: “Sí, le zumbé porque era la única forma de salir de allí, presos o lo matábamos”.

El testigo dijo que días antes de los hechos, los tres planificaron un “tumbe” en la residencia del vecino del frente del baloncelista, Ricardo de Varona, quien es propietario de una gasolinera y tenía estacionados en los predios de la casa una guagua Porsche, un auto BMW y un Lexus.

Según Molina Figueroa, el día de los hechos, él único que portaba un arma calibre .40 era el acusado. Dijo que More llevaba una de “embuste” y que él no llevó ninguna porque “no tenía”.

La viuda, Sara Aponte Rivera, declaró que su esposo enfrentó a los asaltantes con una pistola sin balas, lo que ella supo un mes después, cuando encontró el cargador del arma debajo del colchón del cuarto matrimonial.

Aponte dijo que cuando su esposo les dio el alto, dos de los individuos desarmados se le acercaron a él mientras el tercero permanecía en la marquesina sin que ella lo pudiera ver. Dijo que oyó gritar a su esposo poco antes de desplomarse frente a su residencia, mientras los dos individuos corrieron huyendo.