A pesar de los incidentes registrados entre la Policía y manifestantes que defienden el acceso público a las playas y exigen la revocación del permiso de construcción de una piscina en una aparente zona marítimo-terrestre de la playa Los Almendros en Rincón, un grupo de jóvenes se mantiene en pie de lucha y asegura que no se quitará hasta que se haga justicia.

Aunque la cifra de personas que acuden a la protesta es relativamente menor a la de ayer, ciudadanos de todas las edades disfrutaban hoy frente al polémico proyecto del condominio Sol y Playa, en un ambiente tranquilo, caracterizado por música, baile y cánticos de protesta por la fuerte presencia policial en la zona.

Esto, porque no comprenden las razones para un movimiento tan amplio de diversas unidades policiacas de toda la Isla para apostarse alrededor de una construcción privada.

Sin embargo, el rostro de una nueva lucha en protección de los recursos naturales parece estar pintado de juventud con conciencia social. Y sin reservas se dejan escuchar.

Una joven residente en Rincón quien prefirió el anonimato aseguró que el contingente de la uniformada no desalentará su derecho a protestar, pues la sustitución de población en el pueblo es cada vez más evidente, además de que “esta gente quiere poner un título de propiedad a las áreas de dominio público”.

“Estamos aquí disfrutando de la playa y de los bienes de dominio público, simplemente aquí dando presencia. No tenemos ningún problema con la presencia de las autoridades. Lo que nos incomoda es que no se haya hecho nada para parar la construcción y de proteger el bien de dominio público. Eso (la construcción) sigue detrás del muro cuando debería ser parte de la playa”, cuestionó mientras llevaba unos refrigerios a jóvenes que llegaron de otros pueblos.

“Siento que cada vez nos queda menos, y se siente un poco como que se ha salido ya de las manos… no hay ningún tipo de control, ningún tipo de restricción, no hay planificación urbana con tanto desarrollo que hay, con tanta saturación demográfica porque estos últimos años se ha estado mudando un sinnúmero de personas a Rincón, sea ya por los actos 2022 o simplemente porque las personas se relocalizan aquí por las mismas playas. Si hubiese algún tipo de desarrollo urbano o planificación que vaya a corte con ese crecimiento en la población, las cosas tendrían un poco más de sentido”, resaltó.

(Xavier Araújo)

A pocos pies del grupo, estaba Daisa Soto Delgado, otra rincoeña presente en la batalla por una playa que es parte de su experiencia de vida.

“Me parece bien, es lo que Rincón va necesitando de nuestra generación y de las personas que deciden apoyar a la lucha. Hay abuelitos, profesores, científicos, niños, todos en sintonía de que las playas son del pueblo y más que del pueblo, esto es un hábitat completo, yo crecí aquí, esto es una tierra virgen, santa, ocurren milagros cuando una tortuga salió del mar y depositó sus huevos en la misma construcción, no sé qué más podemos esperar”, destacó.

“La gente no se va a ir de aquí… Rincón se va a proteger. Las cosas van a seguir así, sabemos que hay intereses, como por ejemplo un primo de (gobernador) Pierluisi y otras personas poderosas. Todo el pueblo está unido y con estas actividades lo que se logra es unir más al pueblo, que mucha gente de toda la Isla venga acá y conozca lo que Rincón ofrece”, agregó.

Asimismo, afirmó que “la Policía de Puerto Rico tiene que entender que la juventud y los puertorriqueños en general estamos muy cansados de sus actitudes en contra nuestra. No se solidarizan, independientemente de la causa. Esta es una causa ambiental, va más allá de los ideales políticos porque aquí hay personas de todos los partidos y de todas las edades”.

Mientras que Merari Torres, una residente de Ceiba de 26 años observaba de cerca la algarabía de varios muchachos que entonaban estribillos de protesta al ritmo sonoro del mar.

“Esas cosas no deberían ocurrir en ninguno de los casos ni de nosotros hacia los policías ni de los policías hacia nosotros, pero ya ellos tienen protección y entiendo que más allá de cómo se ven los policías intimidando a los que protestan, eso no deberían estar aquí”, sostuvo al destacar que el creciente número de policías intimida de cierta manera a quienes reclaman el derecho constitucional de protestar.

“Hasta cierto punto sí, porque cuando uno intenta luchar por un recurso que debería ser del mar, sentirse intimidado hasta cierto punto porque no tienen la seguridad que ellos tienen. Nos pueden llevar arrestados en cualquier momento si así lo desean, pero la naturaleza es de todos y sin ella no existimos”, reiteró Torres quien lleva en el lugar desde el pasado viernes.

Hablan los mayores

Al apoyar la manifestación en defensa de las playas, Oscar Soto López, recomendó al gobernador, de quien dijo es su amigo, que no permita la controvertida construcción “porque están tocando un terreno que no es de ellos”.

“Esto es patrimonio de nosotros, de Puerto Rico y los rincoeños y, sigo insistiendo que la policía no está de más en el área, pero están protegiendo a los ricos, y nosotros acá que somos el pueblo no estamos protegidos”, confesó Soto López el cual se describió como militante del Partido Nuevo Progresista (PNP).

Por su parte, Manuel Morales González, del grupo de Cruces de Aguada en contra de la proliferación de antenas en las comunidades, acudió nuevamente a la manifestación en la playa de Rincón para repartir hojas informativas sobre cómo el ciudadano puede protegerse contra los gases lacrimógenos.

Esto en caso de que ocurra algún incidente adicional en que la uniformada utilice ese mecanismo.

“Nos quieren quitar las playas en el área oeste. De esta lucha pienso que aquí el gobierno de Puerto Rico está arrastrando los pies y está mandando a la Policía en una forma agresiva como si fuera, en vez de ser policías parecen mercenarios o una fuerza castrense porque se le nota. El domingo yo vine aquí y un agente de la policía le dijo a una señora que ella tenía que pasar por donde a ellos le diera la gana”, reveló.

“Ayer cogieron y cerraron eso ahí completo (nuevo perímetro con vallas) para poner a las personas contra la pared. Aquí nos están carpeteando, se esconden en los carros detrás de esos cristales”, resaltó al coincidir con lo dicho ayer por la directora ejecutiva de Amnistía Internacional de que el nuevo perímetro en el acceso hacia la playa los Almendros podría tratarse de un intento por fichar a los manifestantes.