Filadelfia.- Juntas madre e hija. Tras seis años de separación y una semana de angustiosa espera, Luz Aida Cuevas recuperó ayer a la hijita que arrancaron de su lado cuando apenas tenía diez días, y que por instinto maternal y gracias a un encuentro social fortuito, pudo reconocer como suya.

Madre e hija celebraron ayer en familia y Delimar, de seis años, se regodeó comiendo y casi enterrando la cara en un gigantesco bizcocho, engullendo una pizza y abriendo las decenas de regalos que recibió de bienvenida, en su mayoría muñecas Barbie. Jugó con sus tres hermanitos, a los que recién conoció el jueves pasado, y con varios primos.

"La nena está bien, bien feliz. Trajeron un bizcocho que lo hizo una muchacha de Puerto Rico", relató el representan demócrata Ángel Cruz, quien estuvo prosente en el ágape. Temprano, en la madrugada de ayer, los medios de comunicación de Filadelfia, Nueva Jersey, Nueva York y las principales cadenas de televisión de Estados Unidos desplegaron un contingente de recursos que ocuparon todos los posibles lugares donde pudieran arribar Luz Aida y su hija Delimar, quien creció con el nombre de Aaleyah que le puso su presunta secuestradora, Carolyn Correa, incluyendo la oficina de su abogado, la del legislador Cruz y la residencia de sus hermanos y captar así el glorioso y emotivo momento.

Cerca de las 5:00 de la tarde, el Departamento de la Juventud y la Familia de Nueva Jersey le entregó a la niña, que fue secuestrada hace seis años en medio de un misterioso fuego en su casa, y cuya custodia un Tribunal de Menores le concedió de forma absoluta. Pasaron dos horas, se corrió el rumor de que Luz Aida llegaría a su propia casa, lo que será de hoy en adelante el hogar de la niña y que, hasta ayer, su localización se mantuvo en secreto. Madre e hija entraron con toda la rapidez del mundo por la parte trasera a su casa, mientras periodistas, cámaras y 'flashes' centelleaban intentando capturar el fugaz instante.

 De momento, varios vehículos se apostaron a lo largo de la calle despertando la curiosidad de los vecinos que salían a curiosear a pesar de la espesa y fría lluvia. En un momento dado se asomó a la puerta una de las hermanas de Luz Aida. La niña, sin darse cuenta también, asomó su cara y al deslumbrarse con la luz de una cámara exclamó un "wow". "Tanta cámara me pone nerviosa.", dijo. Se le intentaba entrevistar y decía: "Estoy muy contenta de estar en mi casa por fin". Entonces miró a su tía. La abrazó y le dio un beso. "Estoy contenta. Las cámaras me ponen nerviosa. Por favor, no vengan más", dijo con toda diplomacia, despidiendo a los intrusos.

Luz Aida y Delimar se conocieron en una fiesta a principios de año. Al verla, la boricua supo que se trataba de la hija que las autoridades dieron por muerta, pero que ella siempre sospechó que le habían robado, así que le arrancó unas hebras de pelo con la excusa de que tenía un chicle en la cabeza y con la ayuda del representante Cruz consiguió que le hicieran una prueba de ADN que demostró que era su hija. El segundo encuentro se produjo el miércoles pasado, cuando un juez le dio la custodia provisional y se inició un proceso de visitas supervisadas que culminó con la entrega de ayer.