“Mami, me cogieron unos niños por las manos y por las piernas, me jalaron, me tiraron en una esquina y me empezaron a dar patadas y cantazos”.

Eso fue lo que escuchó Marien Delgado Olmeda al recoger a su hija de 11 años, quien cursa el quinto grado en la Escuela Fernando Malavé del barrio El Tuque de Ponce.

La menor estaba aterrada por la amarga experiencia que sufrió, por lo que la madre llegó hasta la oficina del director, pero asegura que la respuesta que recibió fue todavía más desconcertante.

“Sentí coraje, quería decir muchas cosas, tuve que calmarme, porque cuando fui a recogerla y ella me dice que la agredieron entré a la escuela y hablé con el director. Le digo lo que estaba sucediendo, de que habían cogido a mi hija por manos y brazos pies y le estaban dando patadas y lo único que me dice es: ‘¿pero la niña no te dijo lo que hizo en el comedor escolar?”, expresó Delgado Olmeda. 

“Eso era irrelevante en esos momentos, lo que hay que tomar en cuenta es lo que está sucediendo y no lo que supuestamente hizo la niña. ¿Por qué no está haciendo preguntas de lo que le sucedió a la niña? ¿Qué le hicieron a ella para que actuara de la manera en que lo hizo?”, cuestionó la madre indignada.

Según Delgado, la actitud del director se debió a un incidente ocurrido horas antes en el comedor escolar, donde presuntamente otra niña le tiró con comida a su hija y esta respondió a la provocación de la misma manera. Lo que desembocó en la agresión denunciada. 

Según la madre, la situación no quedó ahí, sino que ocasionó una ola de ataques contra la menor desde insultos hasta amenazas.

“El director me dijo que viniera al otro día, pero él no estaba y yo me sentía tan enojada que no quería faltarle el respeto a nadie, lo dejé así y le di un chance a ver lo que sucedía. Pero las cosas siguieron empeorando, todos los días hay un cuento nuevo: ‘Me jalaron el pelo, me dijeron malas palabras, me están molestando. Hoy tuve que andar con el teléfono en mi mano y oreja porque unas nenas estaban diciendo que me iban a caer encima. Me están buscando los de sexto pa’ caernos encima a toditos nosotros”, explicó la angustiada, según el relato de la menor.

Sin embargo, la hija de Marien no es la única víctima de bullying en esa escuela, según asegura, sino que otros dos alumnos que también llegaron de la Gran Manzana, alegadamente, sufren por el acoso de sus pares. Todo, porque apenas hablan español.

“Nunca tuve problemas con mi hija, en ninguna escuela, hasta ahora que vengo para acá y todo esto está sucediendo y mi hija es la mala, pero no le preguntan qué es lo que está sucediendo. Le echan la culpa a ella y no buscan lo que tienen que buscar, que son los otros niños molestándola y por eso ella actúa así, porque no sabe explicar en español”, sostuvo.

“Siento que es discriminación hacia mi hija y los otros dos niños, porque cuando ellos tratan de expresarse para decir que no fueron ellos los que empezaron, que hay otros estudiantes molestándolos, insultándolos, diciéndole malas palabras y si se defienden, ellos son los malos. Entonces, ya ha habido comentarios de que le dicen los gringuitos, los americanitos y cosas así”, confesó.

Por su parte, Ana Romero, madre de dos estudiantes de quinto y tercer grado, también se mostró preocupada ante las agresiones que presuntamente reciben sus hijos.

“Ese bullying empezó el año pasado con mis nenes. Les dicen sobrenombres, los empujan y cuando uno le va a decir algo a los maestros, no le creen a los niños sino a los otros, que llevan más tiempo en la escuela y como no se saben defender ni explicarse, les creen a los otros. Este año ingresó la nena nueva y se hicieron amiguitos porque, como saben inglés, se pusieron a andar juntos”, replicó.

“Hay niños de sexto que les dan y ellos van para la casa deprimidos, a veces no se quieren levantar para ir a la escuela, eso no pasaba antes. Tengo fotos de que un nene le pegó con los ‘earphones’ (audífonos) al nene mío, tiene el brazo marcado, ahora están acusando a mi hijo de que le pegó a un nene de primero y eso no es así. Son muchas cosas que no están bien”, relató.

No obstante, ambas madres han acudido a la dirección escolar, pero hasta el momento no han recibido una respuesta satisfactoria.

“Hasta ahora la escuela no ha hecho nada, me he tratado de comunicar con el director para hablar con él y nunca está en la escuela. Mi hija solo responde a lo que los otros le dicen, pero no quieren tomar eso en cuenta”, argumentó Delgado Olmeda.

“He hablado con la consejera y ella me dice que van a atender el asunto, pero no pasa nada. Siempre sigue el ‘bullying’ con ellos. Al principio, tenían ánimo de ir a la escuela, ahora no; el más pequeño me pregunta por qué le hacen eso, por qué tiene que ser así”, coincidió Romero.

Delgado urgió la atención del Departamento de Educación para que tome cartas en el asunto ya que teme por la seguridad de la menor.

“En su forma de ser, se ha puesto un poquito más triste, un poquito agresiva cuando cualquiera le dice algo, a la defensiva, antes ella no era así. Temo que me caiga en depresión y se quiera hacer daño porque no puede con el bullying, ya ha pasado con otros niños que he visto y yo no quiero que mi hija caiga en eso”, advirtió.

“Quiero exhortar al Departamento de Educación, a los maestros, orientadores, consejeros, trabajadores sociales, que tomen más en cuenta las quejas de los estudiantes, que reúnan a los padres de esos niños, que los orienten tanto a los niños como a los padres, que por favor, se preocupen más por la estabilidad mental de esos niños, porque la salud mental es bien importante, cuando esos niños se desestabilizan se deprimen, dejan de tomarle interés al estudio y a la vida propia”, manifestó Olmeda.

“Que el Departamento de Educación realice una investigación en esa escuela para que nuestros estudiantes estén protegidos. Que implementen un comité de padres, de estudiantes, para que hagan vigilancia en esa escuela para que no esté sucediendo esto, porque si los directores, los maestros, los trabajadores sociales y los guardias de seguridad tienen las manos llenas, por lo menos que ese comité los ayude”, apuntó.

En tanto, la directora regional del Departamento de Educación en Ponce, Iris Vanessa Berrios confirmó que tiene conocimiento del caso y que enviará personal de la División Legal y de Ayuda al Estudiante para investigar estas denuncias.

No obstante, insistió en que la escuela comenzó a trabajar la situación desde que salió en las redes sociales.

“La trabajadora social y la consejera ya habían dado una charla de bullying y estaban trabajando con el caso y el director estaba ciertamente ausente; él tiene un certificado médico por enfermedad. El director tiene unas evidencias de que se atendió el caso y nos va a entregar las intervenciones que ya ha estado haciendo”, resaltó al asegurar que estos casos son “aislados”.

“Quien hizo la denuncia en las redes fue la abuela y madre está consciente de que la escuela sí estuvo trabajando y haciendo las intervenciones. No obstante, luego de hablar con madre la escuela volvió a reorientar a los estudiantes y están estableciendo un plan de trabajo de intervención para bregar con los estudiantes y orientar en cuanto al acoso escolar”, dijo por su parte Axel Huertas Alicea, encargado de Ayuda al Estudiante quien dijo que visitó el plantel el viernes pasado.