Un grupo ambientalista denunció el sábado que empleados municipales y del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) talaron, según sus cálculos, alrededor de 200 árboles en la desembocadura del río Guajataca, entre los municipios de Quebradillas e Isabela.

"Eran más de 200 árboles entre grandes y pequeños. Es un bosque ribereño y había especies de humedal. El área es un lugar propenso a inundaciones y los árboles eran una barrera para aguantar la erosión, pero ahora está todo el terreno suelto", dijo a Prensa Asociada Alcides Morales, portavoz de la Liga Ecológica Quebradillana.

Sin embargo, Juan Vega Salamanca, director regional del DRNA en Aguadilla, indicó a la AP que el proyecto de tala de árboles lo llevó a cabo el municipio de Quebradillas con maquinaria prestada del DRNA para sacar entre "10 y 12 árboles secos" que, según indicó, impedían el paso para recoger chatarra como automóviles, neveras y estufas mohosos que contaminaban la desembocadura.

El director regional explicó que esos troncos secos se cortaron en trozos para construir una verja que protegerá a unos 500 árboles que ya se comenzaron a sembrar, siguiendo un plan de reforestación preparado por un biólogo forestal.

Pero Morales, quien envió fotos de la desembocadura pelada, aseguró que la gran mayoría de los árboles talados estaban vivos y que no era necesario cortarlos para dejar pasar la maquinaria, pues la Liga Ecológica ya había hecho una limpieza de dos toneladas de chatarra de la ribera con camiones del municipio que tuvieron espacio para pasar por allí sin talar los árboles.

"Era un camino accesible, no era necesario meter un ’bulldozer’... La vegetación estaba viva. No había árboles que impidieran la limpieza del área", aseguró Morales, quien es estudiante de agronomía del Recinto Universitario de Mayagüez.

El portavoz de la Liga sostuvo que solamente se han plantado entre 30 y 40 árboles nuevos, entre los que figuran las especies nativas de emajagüilla, maría y úcar, así como flamboyanes y cepillos de botella, que son exóticos.

"El cepillo de botella es invasivo en áreas de humedales", advirtió.

Vega Salamanca relató que la controversia surgió porque una maestra de la escuela Manuel Ramos Hernández llevaba a cabo un proyecto investigativo con estudiantes, en conjunto con la Liga Ecológica, para estudiar animales invertebrados en la hojarasca y el material orgánico del suelo.

Afirmó que tanto el DRNA como el municipio desconocían del proyecto. "Si hubiésemos conocido del estudio de la profesora, hubiésemos coordinado con la escuela para que lo que se había hecho no se afectara", enfatizó.

La Liga Ecológica presentó una querella por la tala de árboles y pidió al Departamento de Justicia que investigue el suceso bajo las disposiciones de delitos ambientales del nuevo Código Penal.

Vega Salamanca dijo que vigilantes del DRNA que acudieron al lugar atendieron la querella presentada por la Liga.