Antes del inicio de clases en los próximos días es importante que todos los estudiantes de escuelas públicas o privadas -incluyendo los centros de cuido y universidades- tengan sus vacunas de rutina al día, un ejercicio que en Puerto Rico se lleva a cabo en 9 de cada 10 personas en población pediátrica, pero que en jurisdicciones de Estados Unidos y las Américas ha descendido, provocando situaciones graves de salud pública con el retorno de enfermedades mortales que son totalmente prevenibles.

En la isla, conforme a la Ley 25 de Inmunización de 1983, se requiere que todos los alumnos sigan un itinerario de vacunación, según su edad, explicó la Primera Oficial Médico del Departamento de Salud, Iris Cardona, durante un evento efectuado en el parque Luis Muñoz Marín, en San Juan, donde se promovió el proceso y se educó a padres y madres sobre las medidas de prevención que existen contra algunas de estas enfermedades infecciosas.

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“Las vacunas son instrumentos de prevención de un sinnúmero de enfermedades y deben comenzar cuando comienza la vida. Al nacimiento se puede administrar la primera vacuna y este es un proceso que dura mientras tengamos vida para niños, para infantes, para adolescentes y para adultos. No obstante, como medida de salud pública, siempre se ha reconocido que el entorno escolar puede ser un foco donde los niños que no estén protegidos adquieran diversas enfermedades que podemos prevenir con vacunas”, acotó Cardona.

Recordó que muchos planteles, cuidos y universidades requieren un certificado de vacunación (conocido también como la “hoja verde”) para realizar el proceso de matrícula. La entrega de este documento también se ofreció de manera gratuita en la actividad “Ready pa’ la escuela” que auspició el municipio de San Juan y en la que participaron más de 3,000 menores.

Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), algunas de las infecciones que se pueden prevenir con vacunas son: difteria, meningitis bacteriana, enfermedad neumocócica, hepatitis A, hepatitis B, herpes zóster (culebrilla), paperas, rubéola, sarampión, tétanos, tosferina, varicela, poliomielitis, rotavirus y virus del papiloma humano.

Según Cardona -infectóloga pediátrica de profesión y experta en temas de vacunación por varias décadas- en Puerto Rico se realizan anualmente unas auditorías a todos los centros académicos y con una muestra representativa por pueblo se obtiene el nivel de cobertura o la tasa para cada una de las vacunas que se recomiendan en la población escolar.

“Debo decir que en los niños de dos a cuatro años obtenemos, prácticamente, sobre un 90% de cobertura en todas las vacunas... cuando vamos a los niños de Kindergarten estamos acercándonos a un 95%. Eso quiere decir que nueve de cada 10 niños cumplen con los requisitos de vacunación. Y estamos hablando que este ejercicio también lo hacemos con los de sexto, séptimo, octavo grado y los que entran a la universidad y en todos los renglones estamos por encima de un 90%”, puntualizó la funcionaria.

Detalló que en otras jurisdicciones de Estados Unidos -donde hay establecidos 64 programas de vacunación- hay lugares en los que la cobertura está por debajo de un 60%.

De hecho, datos publicados en abril por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), afirman que en 2021 se identificó que uno de cada cinco niños menores de un año en países de las Américas no recibió todas sus dosis de vacunas y que, debido a este descenso, se ha alertado que hay un riesgo de brotes de enfermedades prevenibles con vacunas y que ha sido el más alto en 30 años.

“Si bien las Américas fueron la primera región del mundo en eliminar la poliomielitis en 1994, y han sido históricamente un líder mundial en el control y la eliminación de enfermedades, los programas nacionales de inmunización han sufrido numerosos reveses en la última década”, advirtió el director de la OPS.

En Puerto Rico, afortunadamente, no se ha percibido el escenario, pero no se puede bajar la guardia, explicó Cardona.

“Ver esa tasa de 60% en algunos lugares de Estados Unidos te predispone a que la mitad está vulnerable al sarampión. Si llega alguien de visita a la escuela con sarampión, van a haber muchos niños que se van a enfermar y ya ha ocurrido. Ocurrió en el 2014 y 2019 en California. Y ha ocurrido también con tosferina. Nosotros sí hemos tenido casos, porque no voy a decir que aquí no hay casos de neumococos o meningitis, porque sí hay uno, dos, tres casos... pero no tenemos esa situación de brotes. Eso es algo que sí lo vemos con influenza”, explicó Cardona. La vacuna de influenza es recomendada a la población pediátrica, pero no es obligatoria por ley.

¿Qué se hace cuando se identifican menores que no han cumplido con el itinerario de vacunas?, se le preguntó a la Primera Oficial Médico de Salud.

“Se hace el ejercicio de llamar a los padres. Pero hay también una realidad, y es que hay cerca de un 2% de los estudiantes que no importa lo que se diga, no se pueden vacunar por distintas razones que van desde salud o religiosas... pero insisto que hay enfermedades prevenibles por vacunas que los padres modernos no conoce. No saben lo que es la enfermedad del polio, por ejemplo. No tienen recuerdo histórico de eso. Pero si buscan información pueden ver como hace apenas un año ocurrió un caso de polio en Nueva York. Y ese solo caso se considera un brote”, específico sobre el paciente que resultó ser un joven adulto.

La enfermedad de polio se transmite por aire, contacto directo o por la boca. Puede no causar síntomas o provocar dolor de garganta, fiebre, náuseas y dolor de cabeza. La enfermedad puede provocar parálisis o la muerte, según se explica en la página web de los CDC.

“¿Qué hizo la ciudad de Nueva York con ese caso de polio? Pues, hubo un proceso investigativo de salud pública, se identificaron lugares y se llevó la vacuna a esos bolsillos donde los niños necesitaban las vacunas”, explicó.

Sobre la dinámica de vacunar en las escuelas y universidades, expresó que son actividades que no se descartan, pero que suponen retos de logística. Por eso, el gobierno prefiere llegar a diferentes pueblos, como lo hizo en San Juan, y establecer actividades de orientación en los que se ofrezcan los servicios.

De hecho, las próximas actividades en calendario se llevaban a cabo el 5 de agosto en la Biblioteca Pública Municipal de Ceiba y el terminal de carros públicos de Patillas; y el 16 de agosto en el Coliseo Salvador Dijols en Ponce.

Aquellas personas con dudas sobre el Itinerario de Vacunación correspondiente, puede consultar con el pediatra. También pueden acceder a la página del Departamento de Salud en https://www.salud.gov.pr o a la página https://www.dondemevacuno.com, de Voces Coalición de Inmunización y Promoción de la Salud.

¿Qué vacunas se requieren para el inicio de clases?

A diferencia del pasado año escolar, este “Back to school” no requerirá dos dosis de vacuna de COVID-19 para estudiantes de 16 a 21 años, pues queda a discreción de los padres y madres.

A continuación, los requisitos mínimos de vacunación para el próximo curso escolar en estudiantes de escuela elemental, intermedia y superior, de acuerdo con el Departamento de Salud:

  • Cuatro dosis de la vacuna contra la difteria, tétanos y tosferina (DTaP, DTP, DT), siempre y cuando la última dosis haya sido administrada en o después de los 4 años.
  • Tres dosis de la vacuna contra el polio (IPV), siempre y cuando la última dosis haya sido administrada en o después de los 4 años.
  • Una dosis de la vacuna contra el Haemophilus influenza tipo B (Hib), si fue administrada en o después de los 15 meses.
  • Tres dosis de la vacuna contra la hepatitis B.
  • Dos dosis de la vacuna contra el sarampión común, el sarampión alemán y las paperas (MMR).
  • Dos dosis de la vacuna contra la varicela (VAR)
  • Una dosis de la vacuna conjugada contra el neumococo, siempre y cuando haya sido administrada en o después de los 24 meses.
  • Una dosis de la vacuna contra el tétanos, la difteria y el pertussis acelular (Tdap) para todos los adolescentes de 11 a 18 años.
  • Una dosis de la vacuna conjugada contra el meningococo (MCV4) para todos los adolescentes de 11 años. Todo adolescente vacunado entre los 11 a 12 años requerirá una dosis de refuerzo a los 16 años. Todo adolescente vacunado entre los 13 a 15 años también requerirá una dosis de refuerzo entre los 16 y los 18 años. Si la primera dosis se administró a los 16 años o más, no requiere refuerzo.
  • Una dosis de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) para todo adolescente de 11 a 18 años (hasta un día antes de los 19 años), y es requisito completar la serie según indicado en el Itinerario de Vacunación para que se garantice la inmunidad necesaria contra el virus.

Requisitos para universitarios de nuevo ingreso menores de 21 años

  • Una dosis de refuerzo de la vacuna contra el tétanos, difteria y pertussis acelular (Tdap) o un refuerzo de la vacuna contra el tétanos y difteria (Td), según sea el caso.
  • Dos dosis de la vacuna contra el sarampión común, sarampión alemán y paperas (MMR)
  • Tres dosis de la vacuna contra la hepatitis B.
  • Tres dosis de la vacuna contra el polio (OPV/IPV), si la última fue administrada en o después de los 4 años.