Desaire a los bueyes

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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Camuy. Los presentaron como parte de una estampa puertorriqueña. Sin embargo, los flacos bueyes negros y blancos que pasearon por el Desfile Puertorriqueño en Nueva York no se asemejan a los criados aquí y ni siquiera estaban enyuntados a la usanza del agricultor boricua.
Jardín, Diamante, Canario, Clavel, Brillante, Caramelo, Caracol, Canario II, Pañuelo y Rubio, los bueyes que iban a debutar en el desfile, se quedaron en Puerto Rico con sus pañuelitos en la cabeza y sus carretas alborotadas porque, a última hora, la delegación del Municipio de Mayagüez no pagó para trasladarlos hasta la ciudad neoyorquina.
“Lo que más me ha afectado es que los sustituyeron por unos bueyes que no son de aquí, porque yo (con los bueyes) represento la cultura y la historia del jíbaro puertorriqueño, no la del jíbaro norteamericano, que no es jíbaro, es un hillbilly con un sistema y características muy distintas a las de nosotros”, indicó Pedro “Tito” Toro, propietario de cuatro de los bueyes y quien coordinó el traslado y estadía de los animales en Nueva York, con funcionarios del Municipio de Mayagüez . “Fue una falta de respeto a nosotros como puertorriqueños y a nuestra cultura”, dijo.
Por el desfile se lucirían arrastrando cinco carretas idénticas a las usadas en la Isla para mover caña, los bueyes de Toro, los de su hermano Alberto, y los de sus amigos Milton Valle, Ramiro Padilla y Joaquín Valentín.
No obstante, cuando sólo faltaban días para el traslado de los diez bueyes, el Municipio de Mayagüez no emitió el cheque que cubriría los gastos de traslado marítimo, terrestre y estadía de los animales. Todos los gastos de viaje de los agricultores serían pagados por ellos mismos.
Así que los bueyes boricuas no viajaron y fueron sustituidos por unos de Pensilvania.
Toro presume que lo dejarán con la deuda de los gastos que tuvo para mantener a los animales en cuarentena y cumplir con las exigencias del Departamento de Agricultura federal.
“Los bueyes estuvieron 38 días en cuarentena en la base Ramey, en Aguadilla, y allí eran inspeccionados diariamente por funcionarios de Agricultura federal para asegurarse que se cumpliera con sus exigencias”, explicó Toro.
Allí seguían requisitos de alimentación y análisis que aseguraran que estaban libres de enfermedades y de una garrapata que existe en Puerto Rico y no la hay en los Estados Unidos, explicó Miguel Borri, director de la Oficina de Servicios Veterinarios de Agricultura federal.
“Ellos siguieron todo al pie de la letra”, dijo Borri, quien explicó que los animales estaban aptos para viajar a Nueva York, pero ante el aparente problema con el desfile, los dueños de los animales los sacaron días antes de completarse la cuarentena.
Toro estimó que gastó alrededor de $10,000 en preparar esos diez bueyes y no se explica el cambio de parecer de la administración municipal porque “siempre se mostraron muy entusiasmados” con presentar las yuntas de bueyes en el desfile, que este año se le dedicó a la Sultana del Oeste.
Toro dijo que los trámites se hicieron con la directora de Arte y Cultura del Municipio, Awilda Anguita, y también trabajó en la organización la ex legisladora Álida Arizmendi, quien trabaja en la Oficina de Prensa de ese pueblo.
Anguita señaló a Primera Hora que las decisiones del desfile fueron tomadas por la Oficina de Prensa, pero Arizmendi y la directora de esa oficina, Mei- Ling Villa, no habían regresado ayer a sus labores, por lo que nadie nos pudo dar una explicación de por qué se sustituyeron los bueyes boricuas con bueyes americanos.