La criminalidad es un asunto que también se puede explicar desde el punto de vista biológico, pues son múltiples los factores neurológicos que pueden provocar que una persona que se ve "normal" tenga un comportamiento desviado que lo convierta en un terrible delincuente.

Así lo dijo a Primera Hora el neurólogo Porfirio Rodríguez, al explicar que lo primero que hacen los especialistas cuando reciben algún paciente con antecedentes criminales es evaluarlo para descartar su organicidad cerebral.

"Lo hacemos para saber cuál es la causa real del problema. Por ejemplo, para saber si esa conducta es por algo físico como un tumor, o es algo psíquico", manifestó.

Explicó que existen varias condiciones neurológicas que tienen efectos en el comportamiento de un ser humano y entre ellas pudieran destacarse los niveles alterados de químicos como la serotonina, alteraciones en el lóbulo frontal del cerebro, enfermedades como la epilepsia o el efecto de diversas drogas, entre otros factores.

"Hay personas que pudieran tener una conducta inapropiada y es por un problema con sus neurotransmisores... un problema con el balance químico de su cerebro", dijo.

Normalmente, el criminal que sufre de algún disturbio químico "no es tan fríamente calculador".

"Estos pacientes, en los que se demuestra que hay una condición orgánica neurológica, hacen las cosas porque tuvieron el impulso, pero no era buscando una ganancia secundaria, sino que le dio la locura e hizo lo que hizo", agregó al explicar que en el caso de los adictos a drogas como la cocaína o heroína, el cuadro podría ser similar, pues básicamente se queman las neuronas.

Otro cuadro clínico que podría repercutir en que una persona incurra en una conducta aberrante son los pacientes que tienen algún tumor, en especial si es en la corteza cerebral donde se ubica el lóbulo frontal, pues es ahí donde habitan nuestras emociones. Cabe destacar que existen también el lóbulo occipital y el temporal. En este último es donde se desarrollan condiciones relacionadas con la memoria, como el Alzheimer.

"Si le hago un MRI a un paciente y resulta que tiene un tumor en el lóbulo frontal, posiblemente pueda explicar la razón por la que es una persona con una conducta inapropiada, hostil o agresiva. Ahora, ésta es una condición que se puede tratar y es reversible. Le saco el tumor y vuelve a ser normal", dijo.

De otro lado, si se tratase de un paciente epiléptico, se podría esperar que asuma un comportamiento en el que haga cosas que luego ni siquiera recuerde.

"Juana de Arco era epiléptica. Por eso hacía las cruzadas. Ése es un tipo de convulsión que se llama parcial compleja donde el paciente hace cosas cuando está en el iptus de la epilepsia que, luego, ni sabe qué fue lo que pasó. Son pacientes que no hacen las cosas adrede o premeditadas... lo hacen por un impulso, no estudian lo que van a hacer ni están buscando algo secundario para su beneficio", explicó.

¿Podría haber factores genéticos que expliquen la conducta criminal?

Sí, pero son los pocos.

En esa línea de la genética el especialista explicó que existen los famosos hombres con la alteración cromosómica XXY.

"Ésos son los hombres que tienen dos X y una Y. Los llamamos en algún momento los supermachos... y en esa categoría, por alguna razón, están los hombres abusadores, los agresores sexuales, los que maltratan a las mujeres... la gran mayoría están en la cárcel", dijo.

Sin embargo, el médico se inclina a pensar que son muchos los delincuentes en la sociedad que más que padecer de una condición neurológica, lo que tienen es un problema de personalidad.

"Aquí abundan mucho los antisociales y ésos son los que no saben utilizar sus mecanismos de defensa y tienen problemas de personalidad desde la adolescencia. Tal vez, haya algún desbalance químico, en especial si usan sustancias controladas, pero realmente son personas que arrastran problemas con su entorno social y cultural y cuando cometen algún acto delictivo lo hacen por coraje y otras emociones... ése normalmente actúa a sangre fría y sin arrepentirse", analizó.

A su juicio, las personas en este grupo de delincuentes pudieran ser individuos que fueron maltratados o se criaron en un ambiente violento.

"Son personas que tienen una conducta aprendida. Son sujetos que nunca aprendieron a romper el eslabón de la violencia y ahí ya estamos hablando de un asunto que se resuelve con prevención desde una etapa temprana de la niñez y fortaleciendo esa autoestima. Jamás, jamás ése es un problema que se corrige encerrado en una cárcel", culminó diciendo Rodríguez.