Deserción escolar: el gran reto de la educación
Cada vez son más los jóvenes que abandonan el salón de clases a causa de diversos factores de índole social

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 9 años.
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Alexis Padilla tenía 17 años cuando la fragilidad de su entorno social -tras residir en un hogar pobre, entre cinco hermanos y con una madre que acaba de enviudar-, lo llevaron a abandonar la escuela.
En su mente de adolescente, también se forjaba el compromiso de ayudar a su familia económicamente.
Y en ese afán prematuro por acoger las riendas del hogar, sacrificó sus estudios e inició una carrera como camionero.
El dinero llegó a su bolsillo y el alimento a la mesa de su familia, en el barrio La Garita en Cabo Rojo.
“Mi mamá es una señora mayor, mi papá había fallecido y la realidad es que buscando un porvenir me salí de la escuela y me fui a la calle a trabajar”, cuenta aquel muchacho que afortunadamente con el pasar de los años obtuvo su diploma de cuarto año a través de una escuela de barbería que lo impulsó a desarrollarse en este campo y crear su propio negocio.
Sin embargo, la realidad vivida por Alexis hace 13 años es el reflejo de miles de jóvenes que anualmente abandonan las aulas.
En el Departamento de Educación se ha reconocido el problema durante años, pero su gravedad ha ido en aumento.
Lo que dicen los números
Y, aunque la agencia no cuenta con estadísticas confiables sobre el particular, el actual secretario de Educación, Rafael Román, ha señalado públicamente que un 40% de los estudiantes que comienzan grados primarios en el sistema público no completan sus estudios superiores. Es decir, que 4 de cada 10 alumnos abandona la escuela.
Mientras, el Instituto de Desarrollo de la Juventud indica que el 6.9 % de los jóvenes entre 16 y 19 años no está matriculados en la escuela pública, privada o home school, ni tiene diploma de cuarto año.
Estas cifras, a juicio del ex secretario de Educación, el sociólogo César Rey, evidencian el panorama de un país en el que, según el Censo, el 56% de los menores de 18 años viven bajo el nivel de pobreza.
Vínculo entre deserción y trata humana
“El problema de la deserción es macro y nos lleva a cuestionar cuál es el caldo de cultivo que provoca el abandono escolar. Y sin duda, el elemento de pobreza y desempleo está condicionado mucho a la deserción”, expresó Rey.
Agregó que el alejamiento del entorno escolar hace propenso también a estos jóvenes -particularmente a los que están en nivel intermedio- a ser víctimas de trata humana.
Al menos, así quedó evidenciado en sendos estudios que el educador realizó a través de la Fundación Ricky Martin, que investigó el problema de trata de niños en Puerto Rico.
“El 100% de las víctimas (menores) que entrevistamos eran desertores”, indicó.
Rey dijo que las motivaciones para que un niño abandone el salón de clases son variadas, pero casi todas están relacionadas al factor socioeconómico.
“La mirada es muy compleja, pero hay mucha invisibilidad hacia nuestra realidad... Tenemos complejo de primer mundo, cuando la realidad es que aquí hay mucho abandono, mucha pobreza, mucha mala nutrición... y todo eso provoca deserción”, indicó.
El educador indicó que ha conocido a muchos adolescentes que optaron por renunciar a su porvenir académico seducidos por el dinero ganado fácilmente en la calle.
“Tengo testimonios dramáticos de jóvenes para los que $200 semanales ganados en el punto eran mejor que quedarse en la escuela. Muchachos para los que tener unos tenis de marca o unas gafas caras les da más estatus que estudiar. Y esas son realidades invisibles que no se resuelven con una carta circular, con un cambio de Secretario de Educación o un cambio de Gobierno”, dijo.
Y es que para el también profesor universitario, la educación es un asunto de todos.
Las propuestas
“Se espera que el sistema educativo resuelva todo y eso es terrible. La sociedad no se puede desvincular. El sector privado tampoco”, expresó.
Igual visión tuvo el ex sectetario de instrucción pública Rafael Cartagena, quien dirigió la agencia para el 1989 y es fundador de la Escuela Daskalos.
“Creo que tenemos que unirnos y buscar estrategias para seguir más de cerca el interés del estudiante”, añadió Cartagena.
Sin diploma no hay licencia
Propuso Cartagena que se incentive a los alumnos para que regresen al plantel.
“Por ejemplo, amarrar el diploma de superior a la licencia de conducir, como sucede en Suecia. O buscarle otros beneficios que sean atractivos, como pudiera ser costear los primeros dos años de universidad”, agregó.
Mientras, para la presidenta de la Asociación de Sicología Escolar, Sayra González, la deserción pudiera comenzar a disminuir cuando se reconozca la importancia de la presencia de un profesional de la conducta humana en la escuela.
“Precisamente, los sicólogos escolares tenemos esa capacidad de identificar esas banderas rojas y hacer intervenciones con esos estudiantes y familias antes que haya un abandono de la escuela. Y esto es Ley (170 ) hace más de 10 años pero no logramos que se haga realidad”, sentenció.
Silencio del secretario
Mientras, fueron en infructuosas las gestiones para conversar con el secretario Román, por lo que se quedaron en el aire las preguntas: qué ha hecho su administración para que se cumpla con la Ley 37 de 2014, que se creó para propulsar un Programa de Retención Escolar, entre otras cosas.
Además, el estatuto exige que haya un registro actualizado de desertores y se identifiquen las necesidades especiales de educación y empleo para los desertores.
También queda al pendiente explicar por qué si afirma que el abandono escolar es de un 40% los reportes de la agencia reflejan una tasa de deserción de solo 0.87%.