El ímpetu y la fortaleza con que siempre enfrentó los retos que la vida le impuso a José J. “Pepo” Hernández fue el principal tema de conversación entre sus familiares y amigos esta mañana, en la Funeraria Viner de Bayamón, cuando algunos se reunieron para despedirse del recordado joven símbolo de la Asociación de la Distrofia Muscular de Puerto Rico.

“Él enfrentó con ímpetu todos sus retos. Aun cuando para él no había obstáculos pequeños, él venció todos. Ese es el mejor regalo que él les dio”, comentaba en la capilla una amiga de la familia a Bryan José Hernández, de 27 años, y Nanushka Armstrong Tejero, de 16, hijos del artista gráfico.

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En la capilla donde fue expuesto su cuerpo, además se mostraron imágenes que dan fe del carisma, y espíritu luchador y simpático del fallecido, así como del amor y la complicidad que siempre le profesaron quienes le conocieron.

Los restos de Pepo serán velados hoy, durante todo el día, y luego serán cremados, confirmó su padre José Hernández Nieves, quien explicó que su hijo murió este sábado a causa de lo que se presume fue un paro cardiaco.

Señaló que el deceso tomó por sorpresa a su familia, pues este no presentaba síntomas de alguna condición asociada al corazón.

No obstante, Hernández Nieves destacó que Pepo superó todas las expectativas de vida para alguien con distrofia muscular Duchenne, que es la que más rápido empeora.

“Él sobrepasó todas las expectativas de vida y de su enfermedad. Eso es lo que hablan todos sus compañeros de la (Asociación de la) Distrofia (Muscular), que él era un ejemplo de tesón. Él nunca dijo nada negativo, siempre estuvo echando pa’ alante, trabajando, estudiando, y haciendo de todo”, expresó el progenitor.

A Pepo le sobrevive también su hijo Jeremy José Hernández, de 14 años, y su nieta, Skyler Hernández, de 3.