Disposición hay, viabilidad no.

A pesar del interés de los gobiernos estatal y de San Juan de acoger niños haitianos afectados por la tragedia del terremoto que azotó su país hace casi una semana, la realidad es que no hay forma de sacarlos de allí, en estos momentos, de acuerdo con los requisitos internacionales.

Las buenas intenciones gubernamentales se estrellan con la falta de un gobierno en Haití que viabilice los permisos de salida para los menores, proceso que se estima podría tardar por lo menos un mes.

“Para sacar un niño de Haití se necesita la autorización de un gobierno, que en este momento ni existe ni está organizado”, advirtió el secretario de Estado, Kenneth McClintock, quien el viernes se reunió con la secretaria de la Familia, Yanitsia Irizarry, sobre el particular, ante la preocupación de personas en Puerto Rico que estaban en trámites de adopción de niños haitianos, interrumpidos por la tragedia.

Irizarry dijo a Primera Hora que se recibieron llamadas de unas cinco o seis personas y “queremos tenderles una alternativa a estas personas... ser facilitadores”.

“Existen posibilidades de que podamos abrir la alternativa de niños haitianos sin padres, que podamos recibirlos y poder compartir de lo que tenemos, principalmente nuestro amor”, indicó Irizarry.

La Casa Cuna del Municipio de San Juan expresó su disponibilidad para acoger niños haitianos, no necesariamente para adopción sino mientras se despeja la situación caótica en Haití y puedan ser relocalizados con sus progenitores.

Enid Gavilán, directora de la Oficina de Desarrollo Integral de la Mujer del Municipio de San Juan, a la que está adscrito el programa de Casa Cuna, dijo a este diario que el albergue “tiene licencia como institución y como agencia de adopción, para albergarlos aunque fuera temporeramente, y si fuera otra la situación, estaríamos en la disposición de colaborar”, como había adelantado la primera dama de la capital, Irma Garriga.

Casa Cuna tiene autorizados 32 espacios, pero Gavilán dijo que hay capacidad para el doble y el asunto estaría sujeto a que la secretaria de la Familia diera el visto bueno “para tener esos menores (haitianos)”.

“Hay unos trámites legales. Siendo una situación extraordinaria, se podría ver cómo recibir menores durante la emergencia y, otra cosa, trabajar las necesidades de niños huérfanos o que han perdido sus padres en esta catástrofe”, precisó Gavilán al subrayar que tenerlos allí sería “una alternativa temporal” en lo que aparecen familiares.

Pero, McClintock recalcó que, “faltando un gobierno al cual acudir, habrá que esperar que se restablezca alguna semblanza de orden civil (en Haití) para poder obtener las autorizaciones requeridas por tratados (internacionales) para trasladar niños haitianos fuera del país”. Y, lamentó, que dentro de las circunstancias, “no va a poder ser una de las primeras prioridades”.

Además, consignó que algunas de las organizaciones que pueden tramitar adopciones en Haití, como Caritas, “han quedado sin liderato”, ante la muerte de miembros de la alta jerarquía católica en ese país.

“Tiene que pasar un mes. Después yo hablaré con el Gobierno de Haití”, expresó el párroco de la Iglesia San Mateo, en Santurce, Olin Pierre Louis, quien dijo que hay unos dos o tres ex sacerdotes en el Gabinete actual de su país. El sacerdote haitiano, que vive en Puerto Rico desde el 2000, afirmó que “hay que dar tiempo para sanar esa herida que ha dejado el terremoto”.