No son comunes, pero cada vez se reportan más casos de incesto en la Isla.

La directora del Programa Biosicosocial para Niños Maltratados y Víctimas de Abuso Sexual, Brenda Mirabal, destacó que “desgraciadamente” este tipo de agresión sexual está ocurriendo con mayor frecuencia, aunque entre hermanos no es lo más común.

“Te diría que lleva aumentando hace años. Es algo que nos ha inquietado. Antes veíamos que eran adultos, padres, padrastros, abuelos, y ahora hemos visto un aumento de hermanos con hermanos”, manifestó la catedrática del Recinto de Ciencias Médicas (RCM).

Indicó que este tipo de situación es sumamente complejo porque hay que proteger a la víctima y sacar al agresor del hogar, pero ambos son hermanos y viven bajo el mismo techo.

De hecho, felicitó a la madre por su valentía y llevar a su hijo, de 18 años, ante las autoridades cuando se dio cuenta de que agredía sexualmente a su hija de 12 años.

La experta en maltrato de menores y abuso sexual recalcó que es meritorio investigar si el propio joven fue víctima de agresión sexual también y esté “recreando lo que le hicieron a él”.

Aunque no ha evaluado el caso personalmente, aclaró que este tipo de caso no comienza por curiosidad sexual y fue enfática al destacar que, aunque la niña posiblemente no detuvo a su hermano, no es consentido porque ella es menor.

“El proceso es gradual, poco a poco por muchos años. Empieza con actos lascivos y eventualmente se convierte en agresión sexual al haber penetración. No puede ser como algo que sea normal porque no es normal. Probablemente, ha estado ocurriendo por mucho tiempo. Es importante aclarar que una niña de 12 años legalmente no puede consentir. El que no pelee y no le dé puños no quiere decir que está consintiendo”, recalcó Mirabal.

Por su parte, la sexóloga Gloria Mock explicó que la menor está siendo utilizada porque no tiene “ni la madurez ni las herramientas para saber realmente lo que está pasando”.

Destacó que desconoce por qué y cómo inició este caso, pero que muchas veces se debe “al desconocimiento de la sexualidad, el bombardeo en los medios de temas sexuales, la curiosidad y las hormonas”.

“Las hormonas activas en la adolescencia llevan a querer sentir y tener descarga de placer sexual. Todo está activo y si la persona no tiene la información clara, no entiende lo que está pasando”, explicó Mock, quien agregó que la falta de carencias afectivas en el hogar también puede llevar a “la descarga del instinto sexual para compensar por esas carencias en la vida”.

Concordó con Mirabal en que hay que evaluar al agresor porque “pudo haber sido víctima en la niñez de algún tipo de hostigamiento sexual y puede ser un factor que contribuye a que la persona repite ese comportamiento en la adultez, pero los factores pueden ser muchísimos”.

La psicóloga clínica experta en abuso sexual Libna Sanjurjo recalcó que los casos de abuso sexual “son más comunes de lo que podemos pensar, pero muchos no se reportan por secreto” y advirtió que es indispensable la crianza y supervisión de los padres.