Discurre la creatividad por el Río Camuy
Celebran vigésima balseada en el cuerpo de agua subterráneo.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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Camuy - El ingenio de Miguel Hernández González salió a flote con cientos y cientos de botellas plásticas.
Hernández González, de 56 años y vecino de Arecibo, le dio rienda suelta a su imaginación al presentar su embarcación, con la que participó en la vigésima Balseada del Río Camuy, celebrada ayer sobre las aguas de este río subterráneo, considerado el tercero más acaudalado en el mundo.
De hecho, la creación de Hernández González, fue reconocida como la balsa más original hecha con materiales renovables.
Un total de 950 botellas y botellones de plástico sirvieron para darle forma al chasis y demás piezas del curioso vehículo, que captó la atención de las personas que miraban asombradas la cantidad de botellas que se utilizaron para crear el carro de carreras Formula 1 que cargó con el premio.
Hernández González, quien se destaca como operador de maquinaria en una empresa que produce equipos de control de temperaturas en Arecibo, dijo que le tomó “entre cuatro y cinco meses” poder completar su obra, a la que dedicó gran parte de su tiempo libre.
“Entre rato y rato, me eché varios meses en construirla pero fue una experiencia bien gratificante”, dijo.
“Lo más que me dio trabajo fue poder amarrar todas esas botellas con el alambre pero se pudo hacer”, comentó.
El hombre dijo que decidió utilizar plástico para “hacer énfasis en la importancia sobre reciclar”.
“Todo se puede reciclar y aquí está la prueba”, manifestó.
Un soporte hecho con tubos de cloruro de polivinilo (PVC) y más de 18 libras de alambre fueron necesarios para darle firmeza al vehículo flotante. Además, utilizó un sinnúmero de latas de aluminio para adornar o crear otros componentes, como los “pistones del motor”.
Esperan a orillas del río
A pesar de que el ambiente festivo de la tradicional balseada comenzó el sábado en la mañana, personas como Edwin Rodríguez Gerena habían llegado junto a sus familias algunas semanas antes, en anticipación al gran evento.
“Yo vivo aquí mismo en Camuy pero como nos encanta este ambiente, el campo y cambiar de rutina, decidimos venir a quedarnos aquí”, manifestó el hombre, quien desde el Jueves Santos se estableció junto a su esposa y tres hijos en un pedazo de tierra a orillas del Río Camuy.
Desde ese día, ha estado “viviendo y durmiendo” en una caseta, y disfrutando de la brisa fresca y la comida que ha preparado al aire libre.
“Esto es otra cosa, otro evento aparte. Hemos hecho pavo, arroz con frijoles, lasaña… de todo. Yo salía de aquí a trabajar y regresaba a dormir aquí”, apuntó, mientras preparaba un caldero de arroz vago, plato que lleva, entre otros ingredientes, tocineta, carnee de res, chorizo, pollo y jamón de cocinar.
El hombre disfrutó de la actividad lanzándose al río en su kayak durante la actividad que recibió a miles de personas de toda la Isla.