Peñuelas. Los embates de los huracanes Georges, Irma y María, hicieron que Jorge Luis Rodríguez Román y su esposa, Yolanda Serrano Burgos perdieran su casa de madera en el barrio Palmarejo en Villalba.

El humilde matrimonio, él de Villalba y ella de Orocovis, decidió sin embargo, emprender una nueva vida y con muchos sacrificios y con un préstamo en sus costillas compraron la casa de sus sueños en el sector El Alto, en el Barrio Tallaboa ,en Peñuelas. El pasado mes de mayo llenos de ilusiones se mudaron a su nuevo hogar con sus dos hijos jóvenes adultos, de 30 y 34 años, pero la familia sólo pudo disfrutar por siete meses la amplia residencia en concreto de tres cuartos, dos baños y dos salas, pues la sacudida del terremoto del pasado 7 de enero, dejó la estructura partida y a punto de colapsar.

Hoy durante una visita al campamento de refugiados en Peñuelas, la vice gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul mostró mucha empatía con los damnificados, especialmente, con los niños, pero cuando el alcalde Gregory Gonsález Souchet la llevó en un recorrido por el barrio Tallaboa Alta, el equipo que la acompañaba “por seguridad” no dejó que la funcionaria norteamericana subiera una cuesta para que viera de primera mano la precariedad en la que ahora vive esta familia puertorriqueña.

Al ver que la vicegobernadora no llegaba, Jorge Luis y Yolanda bajaron hasta la carretera con el Alcalde. Hochul abrazó al matrimonio y les dijo que tanto ella como el gobernador neoyorquino, Andrew Cuomo sentían mucho lo ocurrido. “Los tenemos en el corazón”, dijo Hochul, mientras una traductora le explicaba los daños que había sufrido la casa.

Antes de montarse en el vehículo, que la llevaría a Guayanilla y Yauco para inspeccionar otras áreas afectadas, la vice gobernadora le dijo al alcalde peñolano que le informará de todas las necesidades que encontró al alcalde Cuomo.

La pareja vive en carpas luego de que los terremotos de enero comprometieran la casa que compraron tras perder la suya por los huracanes de 2017.
La pareja vive en carpas luego de que los terremotos de enero comprometieran la casa que compraron tras perder la suya por los huracanes de 2017. (Jorge A Ramirez Portela)

Después que se fue la caravana de carros oficiales, incluidos tres vehículos de escoltas y varias policías en motora, Primera Hora accedió hasta la propiedad.

“Son decisiones de ellos. Yo no sé cuál fue su propósito aquí y si ella cumplió su propósito con llegar hasta ahí (más abajo de la casa)”, expresó Rodríguez Román.

Bajo tres carpas y una caseta, el matrimonio sobrevive con sus dos hijos, un varón y una fémina que será sometida a una operación en estos días, con la compañía de cuatro perros bravos que son los guardianes en la oscuridad de la noche y cuando la tierra tiembla también avisan.

“No tenemos casa, no podemos habitarla”, relató Rodríguez Román, quien dijo que desde el mismo 7 de enero tuvieron que improvisar un campamento en la tierra, que desde entonces han tenido que convertir en hogar.

“Nuestra mayor necesidad es lograr salvar parte de lo que tenemos en nuestra casa que son casi todas nuevas y la necesidad que tenemos de que la nena Ana Mary va a ser sometida a una operación de tiroides porque en una biopsia le encontraron algo sospechoso y ella no puede estar aquí. Necesitamos un cuartito o algo para ubicarla”, sostuvo la madre, quien es sobreviviente de cáncer.

Su esposo contó que ya se consideran peñolanos y que llegaron a este pueblo por necesidad ya que con los estragos del huracán María la casa que tenían en Villalba, ya afectada por otros temporales, quedó suspendida en un barranco. El pasado mes de mayo, por un clasificado en la Internet y después de obtener un préstamo a través del Small Business Administration compraron la casa en Peñuelas y en la pequeña finca sembraron guineos y frutas, algunas exóticas.

“Aparte de ser la casa de los sueños yo le decía a mi esposa a veces, ¿cuándo tu pensabas tener algo así porque ni yo mismo? El Señor nos ayudó y por eso sigo contento y animado por qué algún propósito hay. Si salimos de aquella que era más pequeña y alcanzamos esta con otras cosas mejores, en adelante puede ser igual o mejor”, expresó el hombre que recibe Seguro Social tras haber trabajado más 15 años en un terminal de una refinería y otros nueve años en una megatienda.

“A lo material yo no me aferro, estoy aferrada a nuestros hijos, a mi esposo y estamos en pie de lucha para seguir adelante”, añadió Yolanda, quien dijo que no consideran irse de Puerto Rico.

“En mis planes no está, si surge es por algo mayor a esto. Esto no nos ha quitado a nosotros de Puerto Rico ni nos va a quitar a Puerto Rico tampoco. Puerto Rico es bendecido y nosotros también. Si (en el terremoto) mis hijos caminaron sobre cristales rotos, vidrios y no se cortaron es porque Dios está ahí”, afirmó el esposo.

Cuando el equipo de Primera Hora salía del lugar llegó un camión de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) con varios celadores que colocaron un foco en el poste en el patio de la casa que no tenía alumbrado.