Un universitario intenta dar una presentación por videoconferencia, pero su Internet se lo impide. Una profesora advierte a sus estudiantes que la clase podría terminar abruptamente porque en su residencia se va la luz constantemente. Catedráticos dictan sus clases virtuales sin saber manejar las tecnologías. Una joven solo posee su celular para cumplir con todas sus obligaciones universitarias: conectarse a sus clases, estudiar, hacer los trabajos y tomar los exámenes.

Estos escollos para algunos alumnos del País –y del mundo– comenzaron en marzo pasado cuando la pandemia por la COVID-19 obligó a las universidades a moverse a educación a distancia. Para este nuevo año académico, la mayoría de las universidades de Puerto Rico reportaron reducciones en sus matrículas de hasta un 10%.

Esta disminución responde, según encuestas realizadas por las instituciones universitarias, a diversos factores como: falta de acceso al Internet, miedo a contagiarse con coronavirus, progenitores solteros que no poseían cuidadores para los menores, la migración y la merma en el número de estudiantes que se gradúa de escuela superior.

Aunque algunos de estos problemas –como la falta de Internet y acceso a aparatos electrónicos– continúan vigentes entre los estudiantes matriculados, las instituciones educativas han implementado diversas estrategias para lograr un aprovechamiento académico satisfactorio.

Universidad de Puerto Rico

La Universidad de Puerto Rico (UPR) ha visto una merma de 2,360 estudiantes comparado con la matrícula 2019-2020, esto representa una disminución del 4.53%.

Sin embargo, refleja unos minúsculos aumentos en los programas graduados del Recinto Universitario de Mayagüez (4 estudiantes) y en los universitarios subgraduados del Recinto de Ciencias Médicas (26).

Aunque el Recinto de Río Piedras ha sido el más afectado con 503 bajas, la disminución más drástica, proporcional a la matrícula del año anterior, es para la unidad de Utuado con un 17.93% (121 alumnos menos, de un total de 675 en 2019-2020), seguido de Carolina con 14.40% (una disminución de 434 de los 3,014 el semestre anterior).

“La pandemia no es el único factor que ha afectado la matrícula de estudiantes en todas las instituciones universitarias. Según el Compendio Estadístico sobre la Educación Superior de Puerto Rico, el número de estudiantes que se gradúa de escuela superior ha ido en disminución considerablemente. Es una realidad que en esta última década distintos factores y eventos reportados han ocasionado cambios poblacionales y demográficos; muchos de nuestros jóvenes se han mudado de Puerto Rico junto a sus familiares”, señaló el vicepresidente de Asuntos Estudiantiles de la UPR, José Perdomo, en declaraciones escritas.

Por su parte, la vicepresidenta de Programas Profesionales y a Distancia de la UPR, Lisa Nieves Oslán, indicó que evaluaciones internas de la Vicepresidencia de Acreditación y Avalúo reflejan que “la mayoría de los estudiantes está satisfecho con la utilidad de las plataformas de aprendizaje y reconoce que sus necesidades de apoyo en línea han sido atendidas de forma apropiada. Asimismo, entienden que los recursos de apoyo en línea son de fácil acceso y están satisfechos con la disponibilidad y respuesta de los profesores”.

Hasta el momento, aseguró que han distribuido “gran parte” de los fondos asignados mediante la Ley federal Cares Act y que la primera partida de $40.5 millones se entregó “a los estudiantes con necesidad”. Asimismo, informó que con la segunda partida, “los recintos y unidades han comenzado a distribuir equipos tecnológicos e incentivos económicos a profesores, estudiantes y personal administrativo para mejorar la experiencia educativa en línea y brindar apoyo a la comunidad universitaria”.

Entre estos, se incluyen: computadoras portátiles, tabletas, equipo para obtener conexión de Internet, así como micrófonos y cámaras para maximizar el aprendizaje mediante tecnología en línea.

Nieves Oslán aseguró que, además, los recintos y unidades le brindan apoyo psicológico y consejería a la comunidad universitaria y que ha realizado entrega de alimentos a estudiantes en necesidad.

“Hemos aprovechado la coyuntura para capacitar a nuestros docentes en las mejores prácticas de la educación a distancia. Además, se ha fortalecido la infraestructura de los sistemas de información con el objetivo de ofrecer un servicio más robusto y confiable”, dijo.

Universidad Interamericana

La Universidad Interamericana reportó una reducción de un 10% en el número de estudiantes, aunque no precisó la cantidad total. No obstante, notó un aumento de matrícula en las escuelas profesionales.

“En el caso de Derecho, este año hemos logrado un 102.8%, con criterios de admisión más rigurosos. Y Optometría llegó a un 100%, donde el 90% son estudiantes extranjeros”, mencionó el presidente de la institución, Manuel J. Fernós, en entrevista telefónica con Primera Hora.

Asimismo, 46 profesores se jubilaron antes del comienzo del año académico. “Conforme se redujo el número de estudiantes en un 10%, hubo una reducción de secciones de clases y, conforme a ello, la reducción de la facultad fue proporcional y nos ayudó a cuadrar presupuesto”, destacó el licenciado.

La Interamericana se comunicó con los estudiantes para explorar por qué no se matricularían este año y las razones fueron diversas.

“Algunos de ellos piensan que van a esperar la vacuna. Tenemos situaciones en donde los estudiantes son padres y madres y no tienen quién les cuide a los niños que son pequeños. Ha habido distintas situaciones a nivel familiar que han tenido que hacer un alto en los estudios”, destacó Fernós.

Esta institución lleva 20 años practicando la educación a distancia. Para este semestre, tiene un total de 346 programas académicos mediante salas virtuales o sincrónicos, y 77 programas asincrónicos.

“Afortunadamente, con los $29 millones del Cares Act, los estudiantes, en su inmensa mayoría, pudieron comprar computadoras y laptops. Para aquellos que no pudieron adquirir estos recursos, nosotros hemos diseñado un sistema de préstamos de computadoras portátiles y hotspots”, mencionó.

Además, establecieron antenas repetidoras de Wifi en los estacionamientos de todos los recintos para que los estudiantes pueden llegar hasta allí y descargar sus clases, que quedan grabadas en la plataforma Blackboard Collaborate.

Y para aquellos estudiantes de primer año que no puedan personarse a los estacionamientos, las clases generales se están ofreciendo a través de InterOnline, Canal 5 de Liberty, las 24 horas. “Se les han buscado todas esas alternativas a los estudiantes”, destacó Fernós.

Pontificia Universidad Católica

La Pontificia Universidad Católica, por su parte, registró una baja 838 estudiantes, lo que representa el 9.10%, al compararlo con la matrícula oficial 2019-2020. El recinto que sufrió la merma más grande fue el de Ponce con 538 universitarios menos.

“Tuvimos una baja en matrícula general. Hubo un aumento en Derecho, Arquitectura y, sobre todo, en los programas graduados. Donde más se vio el impacto fue en los estudiantes nuevos. Para los estudiantes actuales fue difícil el año pasado y algunos dijeron: ‘Voy a cogerme este semestre libre a ver qué va a pasar’”, sostuvo el vicepresidente de Desarrollo Universitario, Investigación y Planificación, Félix M. Cortés Morales, en entrevista con Primera Hora.

La institución encuestó a los estudiantes y la facultad entre mayo y julio pasado para saber los retos que enfrentaban. Algunos de los estudiantes expresaron que no volverían a estudiar hasta que volviera a ser presencial porque “no se acostumbran”, “no tenían espacio”, “compartían la computadora” y “tomaban clases en celulares”, entre otros. La mayoría de los problemas tenían que ver con acceso al Internet y los recursos.

Es por esto que la Católica realizó una inversión de $2.5 millones para pasar a las clases a distancia. También, compraron 500 laptops para los profesores y 2,000 iPads -con Internet integrado- para los estudiantes.

Mientras, la directora del Instituto de Educación Virtual, Ivette Torres Vera, señaló que ofrecen ayuda a la comunidad universitaria, cursos a distancia y cursos híbridos mediante varias plataformas como: Google Classroom, Moodle, Zoom y Google Meet.

Asimismo, habilitaron salones digitales “donde [los profesores] tienen equipo de proyector interactivo, tienen cámaras para que el profesor ofrezca su clase desde el salón de clases”, resaltó. Todos estos profesores también recibieron adiestramiento para el uso de estos salones.

Otra de las iniciativas ha sido la conversión de libros de texto en eBooks [libros digitales] “para ayudar a los estudiantes a tener un ahorro”. Una estrategia que ya venía fomentándose desde enero, por el impacto de los terremotos en el suroeste del País.

“Es importante reconocer que nosotros servimos a un 60% de la región sur, así que el impacto a nuestra región fue una cosa increíble; por esto, comenzamos a trabajar desde antes de la pandemia. Los terremotos nos movieron a ampliar nuestra capacidad tecnológica”, apuntó Cortés Morales.

Universidad Ana G. Méndez

Igualmente, la Universidad Ana G. Méndez (UAGM) ha visto una disminución aproximada de 3,500 estudiantes comparado con el año pasado. Sin embargo, el proceso de matrícula continúa abierto hasta el próximo 20 de octubre, pues posee diferentes inicios de clases durante el año.

“Nuestra expectativa de matrícula ronda en unos 30,000 estudiantes (esto incluye los campus en los Estados Unidos continentales). Al momento, ya sobrepasamos el 96% de la meta para este año… Sin lugar a dudas, la cantidad de estudiantes de nuevo ingreso proveniente de las escuelas superiores ha mermado. Pero también hemos visto el interés en otros grupos, como el estudiante adulto, que ve todo lo que está pasando como una oportunidad de reinventarse ya sea completando una carrera que tenía inconclusa o comenzando estudios graduados”, manifestó el presidente de la institución, José F. Méndez Méndez, en declaraciones escritas.

Entre los elementos para la baja en la matrícula destacó: la migración, la baja en natalidades, universitarios progenitores que se han visto obligados a colaborar activamente en la educación de sus hijos, el no poder adquirir equipos electrónicos o el adiestramiento para poder utilizarlos, y la pérdida de empleos por la pandemia que los ha forzado a buscar varios empleos parciales para poder sustentarse.

“Quedó descubierta la brecha digital. El acceso a la tecnología es una limitación que afecta a más personas de las que creemos. De hecho, toma como ejemplo las residencias que solo tienen una computadora, con acceso limitado a una red de Internet y la tienen que usar los padres para trabajar remoto, ayudar para que sus hijos en etapa escolar puedan estudiar y para que el que está en universidad pueda realizar sus trabajos. Este asunto se convierte en una dificultad”, resaltó el ejecutivo.

Por estas razones, Méndez Méndez apuntó que brindaron adiestramientos a los profesores y personal administrativo “para destacar la importancia de ser empáticos con las necesidades de nuestros estudiantes”. Además, ofrecieron capacitaciones relacionados a la plataforma que utilizan para los estudios a distancia (Blackboard) y brindaron computadoras a los estudiantes de nuevo ingreso.

También, establecieron unas áreas de conexión inalámbrica de Internet, donde los estudiantes que no tengan conexión pueden llegar a los recintos y, desde su vehículo, pueden conectarse.

NUC University

La División de Educación a Distancia de NUC University, por su parte, aseguró que cuenta con una matrícula de sobre 4,000 estudiantes, pero no detalló si han experimentado alguna merma.

“En marzo, cuando comenzó el toque de queda, en menos de una semana movimos a todos nuestros estudiantes presenciales a estudiar en modalidad a distancia. Logramos que un 95% de nuestros estudiantes permanecieran estudiando y pudieran completar su término académico”, indicó el presidente de la institución, Michael Bannett, en declaraciones escritas.

Durante este término, se encuentran bajo modalidad híbrida: los cursos teóricos continúan ofreciéndose en línea y solamente los laboratorios y prácticas se están ofreciendo presencialmente “con todas las medidas de seguridad que establece el protocolo”.

“Como parte de los fondos recibidos por la Ley Cares Act (total de otorgación $20 millones) la cantidad de $10 millones son dirigidos a mejorar la estructura de educación a distancia de la institución. Hemos comenzado a trabajar estas mejoras y seguiremos invirtiendo para asegurar que la experiencia educativa de nuestro estudiante sea la mejor”, añadió.

La universidad también gestionó equipos tecnológicos como computadoras, ‘tablets’ y ‘hotspots’ para que los estudiantes puedan obtenerlos a “un precio accesible y por debajo del mercado”.

Además, durante el verano, desarrollaron dos repositorios de videos para las bibliotecas virtuales y un Canvas Channel, disponible en el canal de You Tube de NUC, donde se incluyen videos de las herramientas de la mencionada plataforma de educación a distancia.

Los estudiantes que tengan necesidad de servicios tecnológicos pueden sacar una cita para asistir a los laboratorios de computadora y las bibliotecas de todos los recintos y centros. También, los servicios de tutorías, consejería y servicios psicológicos han continuado de manera remota.

“Como proyecto futuro para el beneficio de los estudiantes de NUC estaremos integrando simuladores y material instruccional interactivo de apoyo en los cursos de los programas de Ciencias de la Salud. Esto nos ayudará a que los estudiantes puedan interactuar en escenarios clínicos o de trabajo simulados y que puedan adquirir destrezas que apoyen la instrucción cuando se integren a sus áreas clínicas y laboratorios y mejorar la experiencia educativa de nuestros estudiantes”, dijo Bannett.

Universidad del Sagrado Corazón

La Universidad del Sagrado Corazón registró este semestre una merma del 3% comparado con la matrícula del año pasado. No brindaron los datos específicos.

“En términos de la matrícula de este semestre, hemos logrado aproximadamente el 97% de la matrícula del año pasado. La diferencia radica principalmente en un grupo de estudiantes que ha pospuesto su regreso o su ingreso a la universidad”, expuso en declaraciones escritas el presidente de la institución, Gilberto J. Marxuach-Torrós.

Este año académico integraron cinco modalidades. Dos de ellas contemplan sesiones presenciales en el campus. Las otras tres son principalmente en línea y fueron diseñadas, según expresó, “con componentes interactivos que facilitan la dinámica de aprendizaje entre profesores y estudiantes, tanto para los programas de bachillerato como de nivel graduado”.

Universidad Politécnica

Por último, la Universidad Politécnica no ofreció detalles de su matrícula, pero explicó en declaraciones escritas que durante el trimestre de agosto a octubre el Centro de Educación Virtual y de Innovación del Aprendizaje de la Universidad Politécnica desarrolló tres opciones de estudio de manera remota.

Estas son: Cursos Virtuales Sincrónicos, que requiere participación regular del estudiante en actividades instruccionales en tiempo real y de manera remota tales como Cursos Virtuales Asincrónicos, que no requiere de reuniones en un horario fijo; y Cursos Híbridos, que requiere de reuniones presenciales, así como de reuniones en línea que se celebran de acuerdo con el horario en que el estudiante haya matriculado el curso.

“Estas tres modalidades de enseñanza se podrán adaptar fácilmente al estatus de la diseminación del COVID-19 en Puerto Rico y a las disposiciones gubernamentales sobre las reglas de distanciamiento vigentes durante el período académico. Por ejemplo, si la diseminación del COVID-19 se intensifica y se vuelve a implantar el ‘lock down’ total, los cursos híbridos se revierten y se convierten a cursos Virtuales Sincrónicos. Por el contrario, si se logra el control total del COVID-19 y se elimina totalmente el distanciamiento, los cursos Virtuales Sincrónicos se convierten en cursos presenciales con el horario matriculado por el estudiante”, manifestó la institución.

Tanto para estudiantes regulares como para los de nuevo ingreso, la Politécnica dijo que cuenta con oportunidades de capacitación en el uso de las aplicaciones y herramientas oficiales que utiliza la institución para la educación virtual.