Alegría, bullicio, diversión e inclusión es la mezcla de emociones que se vivió en el primer Campamento de Verano Adaptado del municipio de Guaynabo.

Allí 27 niños y adolescentes, con diversidad funcional y neurotípicos, entre los cuatro y 14 años, disfrutaron de este proyecto piloto que buscó principalmente la integración de todos los participantes, en un ambiente seguro y divertido.

El campamento inició el 5 de julio y su cierre es precisamente hoy.

“Que en verano hagan lo que todo niño hace en verano: divertirse, pasarla bien, compartir. Su condición no los define, no los limita. Tenemos participantes con autismo, síndrome Down, perlesía cerebral, déficit de atención, disfagia y típicos. Lo que quisimos es que en esta oferta de experiencia de verano ellos puedan integrarse a todas las actividades que cualquier campamento regular ofrece, sin embargo, hemos adaptado las mismas para que todos participen”, detalló Luis Iván Díaz Colón, director del campamento ubicado en el Museo del Deporte.

Para lograrlo, las salas de exhibición fueron transformadas en salones ambientados con actividades.

“A parte de la programación, en su salón tuvieron diversión, televisores, juegos de mesa, juegos sensoriales para también ir estimulando esa parte, por lo cual aquel niño que por alguna razón no quiera participar de la actividad (que se lleve a cabo), ya sea por ruido, o por algo, puede ir a su salón”, explicó Díaz Colón cuyo hijo con síndrome Down participó del campamento.

De los 27 participantes, 18 tienen diversidad funcional y cada uno cuenta con un asistente. La matrícula estuvo dividida en tres salones: el primero para los de cuatro a seis años, el segundo para los de siete a 10 y el tercero para los de 11 a 14 años. Cada salón contó con una maestra y personal de apoyo. Al ser un proyecto piloto, hubo hijos de empleados municipales y menores que residen en pueblos cercanos.

Juan Jorge Luciano ofreció un taller de lenguaje de señas.
Juan Jorge Luciano ofreció un taller de lenguaje de señas. (VANESSA SERRA DIAZ)

Oferta variada

Charlas educativas, talleres de artesanías, confección de alimentos, clases se baile, yoga, zumba, aeróbicos, deportes, como el baloncesto y el voleibol, fueron algunas de las actividades que se llevaron a cabo en este campamento, que fue gratuito.

“Lo más que yo disfruto del campamento son los juegos de mesa, hacer deportes, jugar con mis amigos, la comida”, comentó Alexis Mojica Nieves, de 13 años y cuya hermana, Adriana O’Neill Nieves de 11 años y con síndrome Down, participó de manera muy activa de este espacio de diversión.

“Estar con mi hermana en el campamento significa que ella va a estar tranquila, no va a tener ningún problema, la están velando, no tengo que preocuparme mucho por ella”, añadió el menor que tiene un diagnóstico de déficit de atención.

Los niños y adolescentes, entre varias actividades, visitaron el Museo del Niño en Carolina y hasta se fueron de gira a Ceiba, para participar de una sesión de equinoterapia.

“Sabemos que la equinoterapia es uno de los recursos que ayudan para el habla, calmar, la auto regulación y desarrollo social y queremos exponerlos. Fue una sesión corta, que no es milagrosa, pero pudieron incursionar y que los papás descubran que hay una alternativa y que fomenten el que ellos puedan seguir recibiendo ese tipo de servicios”, explicó el director.

Lenguaje de señas

Durante la visita de Primera Hora los niños participaban de un taller de lenguaje de señas básico, ofrecido por el intérprete Juan Jorge Luciano Torres, donde se les enseñó el abecedario, los números, cómo llamar a los miembros de la familia y frases de cortesía.

“El objetivo de esto es que ellos puedan hacer conciencia de que, dentro de la diversidad de personas con condiciones especiales, también están las personas que no pueden escuchar y que también hay una manera de comunicarse con ellos”, detalló Luciano Torres.

El Campamento de Verano Adaptado proveyó a los participantes desayuno, merienda y almuerzo. El proyecto cuenta con una enfermera, paramédicos y un policía fijo, que asiste en el proceso de recibir a los niños y de la entrega a sus padres.

“Los niños con condiciones y diversidades funcionales son iguales que cualquier niño neurotípico, así que lo que queremos es fomentar valores, fomentar la inclusión”, puntualizó el director del campamento, cuya expectativa es que se convierta en un programa fijo de verano.