Dolor por muerte de joven embarazada

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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Las Piedras.- El usualmente tranquilo sector Sabana del barrio Ceiba Sur cambió dramáticamente ayer cuando se llenó de personas que lloraban y gritaban por la muerte de una de sus residentes, Yazmín Vilá Ortiz.
La joven de 33 años falleció el martes a causa de un disparo en la frente proveniente del arma de su compañero consensual, Jimmy Santos Pérez, quien será acusado hoy por el confuso incidente.
Santos Pérez primero alegó que su pareja, que tenía siete meses de embarazo, se había suicidado. Ayer, el guardia de seguridad cambió su versión y le dijo a la Policía que su arma se disparó accidentalmente cuando le mostraba a Vilá Ortiz un problema que tenía con la baqueta.
Pero, familiares de la occisa no creyeron ninguna de las dos versiones que dio el joven de 24 años... y la Policía tampoco.
Era desgarradora la escena de la madre de Yazmín, Doris Ortiz, quien, sentada en el balcón de la casa de su progenitora, gritaba y lloraba desconsolada al perder a la mayor de sus tres hijos.
“Ay, Señor, ayúdame. Ay, que me la arrebataron así tan feo, Señor. Ay, me duele mi alma, Señor”, gritaba doña Doris, sin consuelo.
Con su mirada perdida, doña Doris comentó que su hija tenía pautado dar a luz el 24 de junio. Tendría una niña que se llamaría Yazmín Lioneska.
Doña Doris dijo que perdona al sospechoso “porque hay que perdonar”, pero advirtió que debe hacerse justicia.
“Yo lo perdono porque servimos al Señor y si yo no perdono, el Señor no me va a perdonar, aunque duele”, expresó.
Tanto ella como sus familiares dudaron de las versiones de Santos Pérez aun antes de que la Policía determinara que no se trataba de una muerte “accidental”.
“Si él cambió la versión (de suicidio a accidente), por algo será. Ya yo perdí a mi hija de la manera que fuera, la perdí y no la voy a recobrar. Ay, eso me duele”, manifestó doña Doris.
Su tío, Moisés Ortiz, dijo que lo perdonan, “pero tiene que haber justicia porque él la mató”.
“Ella estaba juntando ropa y cosas para su cuarto y estaba bien contenta (con la llegada de la bebé)”, recordó don Moisés.
La joven convivía con Santos Pérez desde hace ocho meses en los altos de la residencia de su abuela, Manuela Rodríguez. Allí, en una de las dos habitaciones de la humilde casa de concreto con techo de madera y cinc, había una cuna rosa y artículos de bebé. Los hechos ocurrieron en el cuarto principal, donde estaba la baqueta a la que se hizo referencia.
Nadie escuchó nada anormal, aunque unas tías aseguraron que Yazmín había buscado amparo en la Ley 54 cuando era novia de Santos Pérez, dato que la Policía no pudo corroborar ayer.
Su tía, Gladys Ortiz, negó que su sobrina estuviera deprimida por la sentencia de 109 años impuesta el martes al ex agente Javier Pagán Cruz, quien se crió con ellos al ser su vecino de toda la vida.
“Ella lloró y estaba triste, pero jamás eso la llevaría al suicidio”, aclaró doña Gladys.
“Cuando se cambia de versión es porque uno por lo regular es el culpable, porque si yo digo la verdad, voy a decir la verdad ahora, mañana y siempre”, agregó.
Su esposo, Miguel de León, dijo que estaba 90 por ciento seguro de que “él la liquidó”, pero desconocen el porqué.
Una vez llegue el cuerpo, que estaba ayer bajo análisis en el Instituto de Ciencias Forenses, será velado en la residencia de su abuela.