Tras enfrentar varios diagnósticos que le impedían trabajar en una finca de Guayanilla, don Ariel Santiago Rivera encontró una manera más llevadera para ganarse la vida al adquirir su propia agencia de Lotería Tradicional.

Aunque no recuerda la fecha exacta en que tomó su decisión, el hombre de 64 años asegura que la venta de billetes le da para solventar algunos gastos y, a su vez, le ayuda a distraerse de la rutina diaria.

Se despierta temprano para acomodar una mesa y la tabla con las distintas numeraciones, justo al frente de la Cooperativa de Guayanilla (Caribe Coop) en la calle Muñoz Rivera, mientras sus compueblanos se le acercan en busca de la buena suerte.

“Esto lo hago pa’ ayudarme”, sostuvo Santiago Rivera, quien trabajó como croupier en el antiguo Pichis Convention Center por espacio de tres años.

“Yo también trabajé en la Corco un tiempo, del 1999 al 2004. Trabajaba de operador, recibía barcos. Pero cogí una bacteria en los pulmones y me enfermé; es uno de los problemas más grandes que tengo… el respiratorio”, explicó.

“Después, trabajé limpiando patios y en una finca de mangó. Pero como las cosas se pusieron flojas… y después me enfermé. Yo tengo las manos que me dan unos calambres bien fuertes. Pero del gobierno me dieron una ayudita pa’ empezar a vender billetes”, recordó.

Asimismo, resaltó que se le hizo fácil establecer la agencia de Lotería Tradicional.

Según don Ariel, “el cambio resultó favorable porque la venta de billetes me está ayudando, aunque sea un poco, pero ayuda. Sobre todo, con la mente, que uno la mantiene un poco distraída con esto”.

“Es que ya no podía trabajar porque tengo las manos muy malas. Fíjese, yo empecé a vender (Lotería Tradicional) como un año antes del huracán María porque, cuando vino María (en 2017), yo estaba vendiendo”, expresó.

Entretanto, detalló que, ha vendido premios pequeños, entre estos, el segundo y el tercero. Sin embargo, “todavía no he vendido el primero”.

“Estoy por vender el primer premio. Siempre le digo a la gente que vengan a jugar, porque se van a pegar. Casi todos los que compran son personas mayores que les gusta jugar y, todo el que juega lo hace con el interés de pegarse”, acotó.

No obstante, advirtió que el asunto del “fiao” es cosa del pasado.

“A mí se me cayó la casa con los temblores (enero de 2020) completa. Todavía no la he podido reconstruir, pero estoy bregando eso con el gobierno. Por lo menos, los billetes me dan para sobrevivir”, lamentó.

“Yo le recomiendo a otras personas que hagan lo mismo y se busquen una agencia de Lotería. Estoy aquí un ratito a diario y, de verdad que se pasa bien aquí; hablo con la gente y se me olvidan las dolamas. Pero de que vendo el primer premio, eso sí”, concluyó.