Cabo Rojo. La vida de Yamillete Negrón Quintana ha estado llena de duros golpes y pruebas que superar, pero nada ha amilanado a esta madre caborrojeña.

“No me dejé derrumbar nunca. Al sol de hoy, nada me detiene. Me como el mundo”, afirmó la mujer, que a sus 37 años es cuestionada en todos lados sobre cómo ha logrado superarse.

Yamillete quedó embarazada a los 17 años, cuando todavía no había culminado la escuela superior. A los 28 años, tuvo un accidente y quedó cuadripléjica. En pleno huracán María, cuando el pueblo agonizaba en medio de la destrucción y la falta de los servicios esenciales, su esposo la abandonó. Quedó sola junto a sus dos hijas. Pero, hoy en día, demuestra que es una madre y empresaria emprendedora.

Los días de Yamillete giran en torno a la ayuda que pueda recibir, principalmente de sus hijas, para salir de su cama de posiciones, el aseo personal y hasta trasladarla a su negocio, la boutique Koqueta’s Fashion de Cabo Rojo.

“Mis nenas hacen mucho esfuerzo por mí”, fue lo primero que dijo la mujer al momento de ser entrevistada por Primera Hora con motivo del Día de las Madres.

En su relato de vida, esta caborrojeña comentó que desde los 12 años sabía que sería empresaria. Es que compraba prendas por docenas y las dividía entre sus amiguitas para venderlas. Por cada venta, les daba el 30% de ganancia. Ya a los 15 años hacía uñas acrílicas y tenía su propia clientela.

“Siempre me veía haciendo cosas grandes... Me veía soñando en grande. Me decía: ‘Lo que cabe en tu mente, cabe en tu mundo’”, reveló.

Durante la escuela superior, estudió mercado en la escuela vocacional. Fue allí donde conoció a su esposo y a los 17 años quedó embarazada de su primera hija, Alondra, quien hoy en día tiene 19 años.

Yamillete reconoció que le asustó ser madre a temprana edad.

“Al principio me chocó, porque uno no se espera ese tipo de cosas. Pues, veía a otras compañeras que habían pasado por lo mismo y se habían tronchado sus vidas, y realmente no es así. Fue duro, no te puedo decir que no fue duro al principio. Pero nada, creo que fue la base principal para yo seguir luchando por las cosas que quería”, comentó.

Reconoció que el apoyo que le dieron sus progenitores y el padre de sus hijas en el momento de quedar embarazada fue “motor para hacer cosas grandes”.

La nueva familia comenzó al establecer una mueblería para poder sobrevivir. Cuando tenía 25 años, ya tenían dos mueblerías y casa propia.

“Al cabo de los 25 años, decidí planificar mi segundo bebé”, contó. Fue, entonces, cuando nació Alexandra, que hoy tiene 13 años.

Tras la llegada de su segunda hija, la pareja experimentó los embates de la crisis económica. Yamillete, con su espíritu emprendedor, se lanzó en su carro a vender ropa casa por casa, así como en oficinas gubernamentales o de médicos. Así creó la boutique hace 12 años, que tenía tiendas en Cabo Rojo y Mayagüez.

El 11 de noviembre de 2011 su mundo cambió, pero “no me detuvo a seguir mis sueños”, dejó claro la mujer.

Esa tarde, sus padres se habían llevado a las niñas para cuidarlas y para que pudiera tener una cita con su esposo. Insistió, sin embargo, en que antes de irse a cenar, debían bajar una mercancía de la mueblería. Por accidente, una estufa le cayó en la cabeza.

Yamillete nunca quedó inconsciente. Pero, describió cómo de inmediato sus piernas, su cuerpo, quedó inmóvil. Fue intubada y estuvo dos meses hospitalizada en el área de intensivo del Centro Médico de Río Piedras. El diagnóstico fue de cuadriplejia, causada por una lesión en la médula espinal que la llevó a una parálisis en los brazos y piernas.

“Pasé de ser una mujer superindependiente a no poder hacer nada. Fue bien retante para mí. Luego, fui entendiendo poco a poco que era un proceso en mi vida que tenía que pasar. Tuve que adaptarme a la nueva vida. Al principio fue más fuerte, porque me sentía incapaz. Me decía: ‘No sirvo. ¿Qué voy a hacer ahora?’ Gracias a la mujer fuerte que soy, me pude superar. Aunque todos los días siguen siendo un reto para mí, al cambiarme la vida, yo creo que he sido una mujer muy fuerte. Yo decía ‘yo puedo’, a pesar que atacan las cosas negativas”, señaló Yamillete.

Fueron meses largos de terapia. Le decían que no iba a poder mover nunca su cuello y ya lo mueve. También le auguraban que no podría mover sus manos. Pero, ya logra levantarlas y escribir en la computadora con un dedo.

Durante el proceso, cerraron las dos mueblerías y la boutique de Mayagüez. Pudo quedarse con la tienda de Cabo Rojo, porque su prima Carmen se hizo cargo por cinco años.

Al cabo de años de lucha, Yamillete comenzó a ocupar su mente en el negocio. Al principio, solo se hacía cargo de hacer el inventario. Este trabajo le ayudó a motivarse para volver a salir hacia adelante. Aunque le sobrevino el divorcio, nunca se dejó derrumbar.

Al repasar su historia, la mujer aceptó que solo se le hace “el corazón una pasita” cuando piensa todo lo que sus hijas han tenido que sobrellevar.

“Tuvieron que crecer antes de tiempo. Me lastimó mucho y me duele el corazón”, reconoció.

Sin embargo, sus hijas Alondra y Alexandra solo sienten orgullo por su madre.

“Es una persona que en su condición hace más cosas que yo y yo estoy de pie. Por eso yo la admiro. Como hija, estoy sumamente orgullosa, porque siempre estuvo ahí para nosotras, siempre da lo mejor, nos da los mejores consejos y nos enseña a emprender, a ir por esos sueños y esas metas y lograr todo lo que nos propongamos...”, manifestó Alondra.